Luego de más de 6 horas de debate, la cámara de diputados despachó el proyecto de ley que habilita el segundo retiro del 10% de los fondos de pensión, este nuevo golpe al gobierno vino acompañado con el desbande de las filas oficialistas que profundizaron su crítica y distanciamiento de Piñera y el Ejecutivo.

Antonio Paez Dirigente Sindicato Starbucks Coffe Chile
Miércoles 11 de noviembre de 2020
120 votos a favor, 18 en contra y 2 abstenciones fue el resultado de la votación en la cámara baja que dejó ad-portas de un segundo retiro de los fondos previsionales para millones de cotizantes que siguen sufriendo con la actual crisis económica y sanitaria que atraviesa el país. Pero más allá del resultado de la votación, lo que se cierne tras bambalinas es el desfonde político de la coalición de gobierno y que Piñera se encuentra cada vez más solo en el poder.
No pasaron desapercibidas las duras palabras de la jefa de bancada de la UDI, la diputada Hoffmann que culpó al gobierno y señaló que “No estamos dispuestos a seguir asumiendo los costos por la falta de una línea clara”. Y es que la derecha esta profundamente asustada por los resultados del plebiscito de octubre, no quiere seguir pagando los costos de posiciones incómodas, de defensa de un modelo repudiado por la mayoría de la población y quedarse a la espera de una nueva debacle electoral como la que sufrieron el 25 de octubre y que mostró que la UDI esta atrincherada en un puñado de comunas y que no representa a más del 20% de la población.
Misma situación ocurre con RN, donde la mayoría de sus parlamentarios votaron a favor, incluso el símbolo de la derecha dura como es Diego Schalper señaló que “Son demasiados los que no han recibido la ayuda necesaria para pensar siquiera en sobrevivir el día a día. Y hasta acá no veo una alternativa contundente para hacernos cargos de eso” golpeando al gobierno defendió su voto a favor de la iniciativa. Pero no hay que hacer tanta memoria para recordar que el mismo Schalper voto en julio en contra el primer retiro y lo trató como algo de “principios” y que él estaría en la política “por convicción y por la defensa de principios claros, los cuales no deben rendirse ante las tentaciones populistas”. Que poco duraron sus convicciones.
Este cambio de opinión no es repentino, así como tampoco fue la ausencia del ministro Briones en la sala de la cámara, es la muestra contundente que desde estallido social el gobierno quedó sin proyecto político, atrapado por la crisis abierta entre la rebelión de octubre y los estragos de la pandemia. Su propio bloque hoy está fracturado, atrincherado en ideas trasnochadas y apuntaladas por informes que elabora la Fundación Jaime Guzman, o Libertad y Desarrollo (que además se financian irregularmente con recursos del Estado).
Sin brújula política y golpeados hasta la médula el gobierno sigue perdiendo apoyo y el panorama parece no tener fin en el poco más de un año que le queda de gobierno a Piñera. Si sigue gobernando es porque la oposición se transformó en un bloque de contención del reclamo popular para que saliera Piñera.
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El problema es que las consecuencias del actuar de este gobierno, debilitado y todo, los sigue sufriendo el pueblo que se ve en la obligación ver con simpatía seguir pagando la crisis con sus pocos ahorros para la jubilación, o las 648 personas que hoy están en prisión preventiva por causas de la revuelta, las más de 725 condenas por participar en hechos relacionados a la rebelión, mientras que solo 25 carabineros se encuentran en prisión preventiva de más de 8800 causas y denuncias de delitos cometidos por agentes del Estado (entre ellas las violaciones a los derechos humanos).