Cerc-Mori sacó esta semana su último estudio “Percepciones de progreso dicotomizadas según el nivel socioeconómico al cual se pertenezca” en el cual se da cuenta del importante debilitamiento de Piñera y su gobierno, el desplome de las instituciones y las tendencias de polarización según nivel económico.
Miércoles 29 de mayo de 2019
Fuerte caída del gobierno y polarización socioeconómica
Una de las cuestiones claves que señala el estudio, está en la caída del apoyo del gobierno de Piñera. Si en abril de 2018 su aprobación según el mismo estudio llegaba al 44%, en mayo de este año, cayó solo al 27% de aprobación. Va en línea con otras encuestas que ponen cerca de un 30-35% de aprobación, y el rechazo cercano al 55%.
La percepción de “progreso” dela población, si era de 43% en abril de 2018, a más de un año ahora llega solo al 31%. En cuanto a percepción de que el país va en la dirección correcta, bajó a 35% desde el 51%, a la vez que quienes consideran que el país va en dirección equivocada aumenta de 38 al 58%. Según los académicos que realizan el estudio: “en un contexto tan negativo de la política, con una coyuntura internacional negativa, este Gobierno no tiene muchas posibilidades de mejorar su posicionamiento, para ello se requeriría un mejoramiento de la imagen de la política y las instituciones”.
No es casual en esto el contexto económico, pues gran parte del desgaste piñerista se debe a la frustración y el choque de expectativas de que los “tiempo mejores” no llegaron para la clase trabajadora, solo para los empresarios. Unido al decaimiento económico que el primer trimestre llegó solo al 1,6% de crecimiento, hacen difícil una recuperación del gobierno, y posiblemente continúa el desgaste, que empieza a transformarse en una cierta “indignación” social.
En este marco, uno de los aspectos más interesantes del estudio, tiene que ver con un aumento en la polarización política, pero particularmente según el nivel socioeconómico, pues la “sensación de progreso” cambia según la clase social a la que se pertenezca. Por ejemplo, en lo que el estudio llama la “clase alta”, el 50% cree que el país va en “dirección correcta”; sin embargo, en la “clase baja” el 68% señala que el país va en “dirección equivocada”. También es marcado según las preferencias políticas, donde la clase social va determinando el apoyo de gobierno y oposición. Mientras la clase baja apoya más a la oposición que al gobierno (26% versus 23%), en la “clase alta” la mayoría apoya a Piñera (37% versus solo 7% a la oposición).
El desplome de instituciones claves de la democracia para ricos
De conjunto, para el estudio la crisis de las instituciones se sigue profundizando, con el desplome abierto de varias de las principales instituciones del régimen. Según Cerc-Mori, “Entre abril de 2018 y mayo de 2019 se desplomó la confianza en las instituciones como no había sucedido desde que comenzó la medición en 1990”. Esto no es menor: el desplome no se detiene, y alcanza niveles históricos.
Veamos la caída. Una de las instituciones centrales del régimen tutelado que estableció la transición, las Fuerzas Armadas, y que se beneficiaron no solo con privilegios de sus altos mandos con casos de corrupción y apropiación de recursos públicos (al grado de señalarles la fiscalía como “asociación ilícita” por parte de sus principales jerarcas), sino como una de las instituciones más protegidas y financiadas por el Estado. La caída es abrupta. Si anteriormente era la institución estatal que más apoyo popular tenía, la tendencia a la reversión y al rechazo es evidente: si el 2018 su aprobación llegaba al 54%, ahora solo llegan al 33%. No es menor siendo la institución armada del estado capitalista, aquella institución que tiene el monopolio de la fuerza pública y que ha cumplido el rol de ser el principal “guardián” del sistema económico y político. Asimismo la policía, envuelta con ciento de funcionarios de alto rango en casos de corrupción igual que en el Ejército, y que además, h sumado un amplio rechazo y cuestionamiento por la represión policial, como quedó en evidencia con el asesinato del weichafe Camilo Catrillanca de forma totalmente impune y sin mediar ninguna provocación. Fue un nuevo asesinato a manos del Estado por parte de este régimen defendido por la Derecha y la ex Concertación.
Otra institución que tuvo una caída importante es el Poder Judicial, que tras los diversos escándalos bajó 18 puntos, alcanzando solo un 13% de apoyo. El Ministerio Público, que ha estado en el centro de la escena este último tiempo frente a la disputa interna que vive el “partido judicial” (quebrado internamente tanto en jueces como en la fiscalía) que tras los escándalos alcanza solo un 17% de confianza.
Si tomamos estas instituciones claves del Estado y de su poder de fuerza, tanto armada como del poder punitivo del Estado, no es menor el desplome. Asimismo, la institución “moral” clave de los últimos 30 años, la Iglesia, no para en su desplome, llegando apenas al 8% de confianza (23 puntos de la debacle).
Dos estrategias frente a la crisis del régimen
Las instituciones de este régimen y de sus partidos están al servicio de los grandes grupos económicos y las multinacionales. Mientras hablan y prometen derechos, la gran mayoría de la población vive con salarios y pensiones de hambre, con endeudamiento creciente, precariedad y represión. Esta democracia para ricos está al servicio de que una pequeña minoría, los capitalistas y sus partidos, vivan a costa de la explotación y opresión de las grandes masas. Pero este régimen está cuestionado.
Sin embargo, no basta con este cuestionamiento si no se activa una lucha para terminar con él. La “oposición”, mientras la DC y el radicalismo votan las leyes de Piñera, busca fortalecerlo contra el pueblo trabajador. También buscan fortalecer sus mecanismos de fuerza frente a un rechazo activo en las calles.
Otro sector, como el Frente Amplio y el PC, buscan alimentar la confianza en las instituciones mediante la “unidad de oposición” que termina haciéndole el juego a la derecha y propone la alianza con los viejos partidos neoliberales que se dicen “progresistas” pero que co-gobiernan con la derecha. Asimismo, su programa de “reformas políticas” de “mínimos comunes” en vez de poner la fuerza en la movilización, lleva al callejón sin salida de “unidad” con la DC, y bajo esa vía, a una creciente integración a este régimen de la democracia para ricos.
Desde La Izquierda Diario y con la militancia del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) y sus agrupaciones, decimos que este régimen no tiene nada que ofrecernos. El rechazo creciente a estas instituciones al servicio de los capitalistas, hay que transformarlo en un gran movimiento en las calles y los lugares de estudio y trabajo, con la unidad de trabajadores, mujeres y estudiantes, que enfrente al gobierno, sus reformas y ataques, pero de forma independiente a la ex Concertación; y que se proponga terminar con toda la herencia de la dictadura y este régimen que está al servicio de las multinacionales y los grandes grupos económicos.
Este 30M se ha convocado una movilización contra las reformas de Piñera. También los secundarios se están movilizando contra la represión; los profesores han convocado paro indefinido desde el 03 de junio; los funcionarios de la salud desde hoy estarán en paro; los historiadores convocan contra el quite del ramo de historia y educación física y las mujeres se empiezan nuevamente a movilizar por el aborto. Es momento de unificar estas batallas con un plan de lucha, pliego unificado y hacia el paro nacional para ser millones en las calles, enfrentando unificadamente los ataques de Piñera y este régimen al servicio de los capitalistas.
Pablo Torres
Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.