Viernes 22 de julio de 2016 22:10
imagen: Iara Rueda - texto: Chiqui Nardone
Escuchá, en cualquier momento llega la prensa. Vos quédate acá, no digas nada. Se acabó la joda para todo el mundo. No, bueno, a vos te voy a defender, al campo, a los empresarios, a los Ceos como vos, etc. Pero vestite, ya mandé a que apaguen la calefacción central. Hay que abrir las ventanas, guardar los souvenirs panameños, traer nuestros abrigos importados, usar esas bufandas que nos regaló Obama. En fin, basta de ver explosiones en la televisión. Abrigate y pensá otro buen tarifazo. Vos quédate tranquilo, yo te defiendo, las ideas son mías, mente fría, cuerpito caliente, me calzo el poncho, trago saliva y salgo a la cancha.
Aranguren piensa la respuesta, se siente ahogado por el calor, no deja de ver esas explosiones de garrafas en cadena por la tv. El calor es tal que le impide pensar como hacer para seguir aumentando las tarifas. Está aprendiendo, le gustaría cambiar el canal, que aparezca alguna publicidad de Shell que le traiga la nostalgia necesaria para que los pensamientos fluyan correctamente. Debe cambiar el canal pero también está aprendiendo a usar el control remoto, tiene la mente en blanco. Blanco como el humo que aparece en esas explosiones televisivas. Piensa que el humo podría estar muy cerca, se le nubla la vista por esta idea o por el calor que ya es insoportable. El presidente va a defenderlo frente a la prensa, él seguirá en la misma posición con una gota de sudor cayéndole por la frente.
