Carta de Solange Avila. Despedida de la autopartista Kromberg.
Jueves 26 de mayo de 2016 01:03
Soy parte de esas mujeres que nos llaman “sostén de hogar”: dos hijos, una casa peque- ña aún sin terminar, 26 años. Todos los días tomaba el colectivo a las 5 am para la fábrica hasta que me llegó un telegrama que decía que estaba despedida. (…) Me siento joven y hay días que me siento inservible. Casi 5 años de mi vida le dejé a Kromberg & Schubert, la cual me trató (como a todos mis compañeros) como número. Por la acción repetitiva del trabajo que realizaba con altos ritmos, generé dos cosas.
Por un lado, altas ganancias para la empresa, nunca se expresaron en los salarios. Por el otro, pérdida de mi salud. Mis muñecas (como las de muchas trabajadoras) comenzaron a dañarse tanto, que me operaron de ambas manos. Hay días que el dolor es agobiante pero lo peor es alzar a mi hijo de 5 años y no tener las fuerzas en las manos para sostenerlo. (…) Sigo levantándome temprano pero mi vida cambió. Sigo siendo una “sostén de hogar” pero ahora también le sumo a mi pelea cotidiana que es volver a ingresar a la fábrica, defender mi puesto de trabajo y ser reincorporada.