Una nueva semana donde decenas de jóvenes entre salidas de los laburos y finales en la facultad, o aprovechando las vacaciones de invierno de la escuela, se hacen presentes en el horario pico de la tarde en la estación Once, para difundir las ideas de la lista Renovar y Fortalecer el Frente de Izquierda, que representan Nicolás del Caño y Myriam Bregman.
Miércoles 22 de julio de 2015
Son miles de personas las que confluyen en este punto neurálgico de la Ciudad de Buenos Aires, los que regresan a sus hogares a descansar luego de extenuantes horas de trabajo, los que salen apurados para encontrarse con sus amigos, los que pasan porque hacen trámites. Los jóvenes laburantes son los más interesados en agarrar los volantes, y se detienen a ver las proyecciones de los spots de Nico del Caño, y a charlar con los militantes que empapelan la estación y alrededores.
“Muy buena su campaña yo comparto varios de los ideales del PTS, los conozco por Claudio Dellecarbonara”, comenta un trabajador tercerizado del subte, que vive en la Matanza. “La izquierda es la única que habla de los trabajadores en negro y pelea por construir una verdadera unidad”, le dice a una de las compañeras antes de dejarle su número de teléfono para coordinar en las próximas actividades, y sale disparado para alcanzar el tren y por fin llegar a su casa.
Otro trabajador, despedido de Arcor, se acerca a ver los spots y comienza la charla. Se lleva volantes para dar una mano con la campaña: “¿Y todas estas cosas las hacen solo por convicción o les pagan?”, al escuchar que no hay plata mediante, se sonríe y despide, “Increíble, ¿me puedo llevar para mi familia?”.
Ante las campañas millonarias de los partidos tradicionales, la lista 1A Renovar y Fortalecer el Frente de Izquierda, muestra que los trabajadores pueden hacer política sin enriquecerse a costa de la precarización de millones, como ya lo hacen Nico del Caño y Christian Castillo durante sus mandatos como diputados cobrando como un docente.
Los partidos representantes de los gerentes y empresarios como el PRO, el FPV y el massismo, son ajenos de esa realidad que se vive en las fábricas. Solo salen de excursión a los barrios obreros en época de elecciones, posando para la foto o spots televisivos, inundando con frases vacías y demagogia electoral calles y avenidas. Sus funcionarios son totalmente ajenos a la militancia por convicción. En la estación, los militantes de Nuevo Encuentro reparten avergonzados pequeños volantes con las caras de Carlos Zanini, Martín Sabatella, Aníbal Fernández y Daniel Scioli, que se vanagloria continuamente con una campaña por más mano dura y de haber sido en responsable de la creación de “más policía y mejor entrenada” en el distrito del gatillo fácil y la persecución a los pibes de los barrios pobres, como es el conurbano.
Lidia es de Laferrere, pasa y se lleva un afiche con la fórmula presidencial Del Caño-Bregman para colgar en su casa; un señor saluda “¡Vamos el Frente de Izquierda!”, agarra el volante y sigue. La izquierda junto a los trabajadores, las mujeres y la juventud, muestra otra realidad. Por eso, sin recursos millonarios despierta la simpatía y entusiasmo de cientos; ya son decenas los que piden colaborar, preguntan dónde pueden fiscalizar y se llevan stikers para pegar en su casa o alrededores. Cerca de las ocho de la noche van finalizando las agitaciones, los miles de volantes que llevaron a la tarde se acabaron. En la populosa Plaza Miserere se vacía la estación, mientras tanto, sigue sonando la “Cumbia del Caño”.