En medio de la crisis de la educación y de salud mental, las autoridades despiden a psicólogas y psicólogos del Servicio Médico de la Universidad de Tarapacá de Arica, quienes prestan atención a las y los estudiantes de la Institución.
Lunes 2 de diciembre de 2024
En medio del proceso de renovación de contrato para el próximo año, donde las y los trabajadores de la Universidad esperan con incertidumbre saber si continuarán en sus funciones, las autoridades le notificaron a siete de los ocho profesionales de la salud que trabajan en la Dirección de Asuntos Estudiantiles que no les renovarán su contrato para el año 2025, esto a semanas de navidad y año nuevo.
Este es un golpe para las y los trabajadores, quienes están bajo la condición a contrata quedando sujetos a “evaluaciones” anuales autoritarias de sus jefes, que determinan su continuidad laboral. Esta inestabilidad laboral, donde prima el agobio y la incertidumbre, es parte de la precarización que viven gran parte de los trabajadores cada fin de año.
Como parte del problema de salud mental en Chile, los psicólogos enfrentan condiciones precarias, donde prima el agobio que surge a raíz de verse superados por la cantidad de atenciones que tienen día a día, las horas extenuantes de trabajo y la excesiva carga laboral. Considerando que la dotación de psicólogos que había tampoco era suficiente para los más de 8 mil estudiantes.
Durante los últimos años son diversas carreras quienes vienen dando una pelea por la salud mental y que la Universidad se haga cargo de este problema. Incluso donde la problemática de salud mental ha traído consigo trágicos desenlaces como suicidios de estudiantes. Los datos a nivel país no son menor, el suicidio es la segunda causa de muerte juvenil en Chile y a nivel población general, hay un suicidio cada 5 horas, según las estadísticas del ministerio de salud en Chile.
Es por esto que la decisión de las autoridades va en desmedro de la salud mental de las y los estudiantes, y es totalmente autoritaria. Es necesario recordar que fueron los mismos estudiantes en base a exigencias y movilizaciones quienes lograron aumentar la cantidad de psicólogos, ya que los que habían hasta ese momento no daban a basto frente a las problemáticas que enfrentan los estudiantes.
En los hechos la salud mental para las autoridades es solo el discurso y para lavarse la cara, mostrarse como una Universidad que avanza en ciertas temáticas pero de fondo solo le interesa mantener en negocio de la educación. La Universidad debe velar por el bienestar integral de cada estudiante, el problema es que bajo la lógica de la educación de mercado son vistos solo como clientes, donde no importa qué suceda con sus vidas, si pueden financiar o no una carrera, entre otras problemáticas que enfrentan los estudiantes y sus familias.
Es necesario enfrentar estos ataques, buscando la máxima unidad entre estudiantes y trabajadores, en defensa de los puestos de trabajo, de la salud mental y de una educación integral. Hay que tomar ejemplo como el de la Universidad de la Frontera en Temuco donde ante el despido de casi 300 funcionarios, las y los estudiantes se vienen organizando para doblarle la mano a las autoridades, quienes se escudan bajo el discurso de la crisis financiera.
