El Instituto Aço Brasil (acero) prevé que las siderúrgicas brasileras despedirán a más de 4.000 obreros todavía este año. En los últimos 12 meses, 11.180 fueron despedidos en el sector y 1.400 se encuentran suspendidos.
Viernes 17 de julio de 2015
Según el instituto, para el 2015 la producción de acero bruto debe presentar una reducción de 3,4% en relación al 2014, y se prevé una caída de las ventas internas de 15,6%. Estos datos se suman a los de la encuesta de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de la semana pasada, que señalaba la misma tendencia, previendo que 68% de las empresas necesitarían recortar vacantes. Ya son más de 150.000 despedidos en el sector industrial.
Mientras tanto, los empresarios del sector piden al gobierno reducción de impuestos y protección contra el acero importado, especialmente el que viene de China. La Compañía Siderúrgica Nacional (CSN) y la ThyssenKrupp, gigantes del sector, afirman que consideran desinvertir y vender acciones en empresas nacionales del sector.
Esta crisis tiene lugar debido a la caída en las ventas, fruto de la crisis económica. Los empresarios quieren descargar el peso de esta desaceleración en la economía sobre las espaldas de los trabajadores -con el apoyo de Dilma y las burocracias sindicales como la CUT y Força Sindical- sea con suspensiones, vacaciones colectivas o despidos masivos.
Esta amenaza se agrega a todos los ataques que ya fueron hechos por el gobierno del PT contra los trabajadores este año, como los recortes al seguro desempleo, en la salud y educación, el aumento de tarifas de luz y de la medida recientemente aprobada por Dilma, el Plan de Protección del Empleo (PPE) que le da una herramienta más a la patronal para mantener sus ganancias a costa de la reducción salarial costeada por los trabajadores y por el gobierno.
Solo la fuerza de los trabajadores podrá dar una salida contra los despidos, contra las ganancias capitalistas y contra las penurias que alcanzan al conjunto de la población. La organización y la lucha es lo que puede permitir pasar por encima de los intereses de la alianza entre el gobierno y Dilma, los grandes empresarios y la burocracia sindical que no quiere organizar ninguna lucha seria.
Datos de Jornal O Globo