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Red Internacional
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DESPIDOS EN MIRGOR - SEGUNDA PARTE. Despidos en Tierra del Fuego: “Hay que cuestionar la precarización laboral que hay en la provincia”

A 525 trabajadores y trabajadoras del grupo Mirgor se les vencieron los contratos; un eufemismo para decir que fueron despedidos, ya que en muchos casos tenían hasta cinco años de antigüedad. Dicen que ya sabían que tenían trabajo hasta abril. Seguramente lo que no sabían es que se iban a quedar sin su sustento en medio de una pandemia.

Viernes 3 de abril de 2020 10:23

Trabajadoras de Mirgor brindaron su testimonio a La Izquierda Diario sobre cómo vivieron estos últimos días frente al miedo de perder el trabajo.

VR trabaja desde 2013 en Mirgor y es PPD. Prefiere no dar su nombre (como el resto de los testimonios, para resguardar su trabajo): “Desde un primer momento, la empresa tuvo una postura bastante descuidada hacia los trabajadores, las medidas adoptadas fueron alcohol en gel y lavados de manos simplemente. Aun cuando ya se habían realizados los anuncios desde Gobierno nacional de darle licencias a los trabajadores que componían el grupo de riesgo” contó sobre la situación que están viviendo. “Por eso no me sorprende que hoy esté en una posición "tan poco comprensiva". Desde que nos retiramos de nuestro puesto de trabajo no hemos tenido información de cómo iba a proceder la empresa, nunca hubo notificación de parte de la misma, siendo que tienen los correos de todos los colaboradores”.

La trabajadora metalúrgica coincidió con casi todos los testimonios que la falta de información no solo fue por parte de la empresa, sino también de los mismos delegados. “Por parte del gremio, lamento que no hayan podido crear un canal de comunicación efectivo, solo circulan números de delegados para realizar consultas, pero generó que solo haya confusiones como también información falsa. No tenemos una vía de comunicación oficial donde puedan responder las inquietudes de los trabajadores, ni sabemos cuántas veces se han reunidos con la empresa ni que temas estuvieron tratando”.

Además, la operaria explicó que “los compañeros que se comunicaron con uno u otro delegado solo pudieron obtener como respuesta "hicimos todo lo que pudimos”. Incluso personalmente le escribí a un delegado proponiendo una juntada de firma masiva, o la posibilidad de generar desde las redes una movida para ser atendidos desde Gobierno provincial, pero obtuve como respuesta estamos trabajando en eso, ahora sale una nota en los medios”.

VR dice que ella apoya al gremio, pero “siento que está muy limitado, y no tengo idea si están haciendo todo lo que está a su alcance porque no tenemos información, solo lo que transmiten los portales. Una se siente impotente, porque realmente querés colaborar, querés apoyar, pero no se abren puertas y aislada es totalmente difícil. Yo ya estoy transitando el sexto mes de embarazo, no me puedo asomar ni a la calle. Recurro a las vías de comunicación virtuales pero no siento que sirva”.

Otra de las trabajadoras bajo la modalidad PPD coincide en la incertidumbre que vivieron las y los trabajadores durante las últimas semanas. Ella está sola con sus cuatro hijos: “La empresa, como sabemos, siempre cuida su bolsillo y por más que le pidan ser solidarios es difícil que se pongan en nuestro lugar. Los PPD estamos en una situación complicada porque no sabemos cuáles son nuestros derechos como trabajadores, si puedo exigir que no me dejen afuera o si me puede echar como si nada”.

“A todo esto se suma que hay que esperar que pase esto del virus, que no tienen un tiempo definido, si van a ser días o meses. No quiero perder la calma por mí y por mis hijos porque si yo me enfermo las cosas no funcionan en la casa y no le quiero transmitir el nerviosismo a los chicos”, agregó.

Las condiciones de encierro en la que trabajan aumentan el riesgo de contagiarse y llevarlo a casa. “Obviamente que el impacto económico si nos quedamos sin trabajo va a ser muy fuerte porque los empresarios de los comercios son unos sinvergüenzas, aumentaron los precios de la comida, se dispararon los precios de todo lo que se consume. Además te causa tristeza ver gente pidiendo ayuda, esas personas que viven de hacer changas, los que viven el día a día, porque son familias que laburan, pero no pueden salir a trabajar y no tienen de dónde sacar para darle de comer a sus hijos; es muy feo porque tenés que salir a pedir, te sentís humillado, es horrible estar pasando por esa situación”.

SM es contratada en la fábrica desde hace cinco años. “La caída de los contratos era algo de esperarse, lamentablemente, porque IATEC, esta empresa que es parte del grupo Mirgor, ya viene especulando con esta crisis financiera o baja de materiales, así se justifican para no renovarnos. Yo estoy contratada desde el año 2015, vengo con contratos por mes y nunca la empresa se puso a favor de los contratados o de los empleados en general. Era sabido que por las medidas que se están tomando a nivel provincial, nacional y mundial nos íbamos a ver afectados”.

Es por eso que asegura que “una tiene que empezar a tomar previsiones por otro lado, tratar de armar un microemprendimiento. Pero igual lo que hay que cuestionar es la precarización laboral que hay en la provincia. Yo no me sentí respaldada ni por el gremio, y obvio que tampoco por la empresa que son CEOs neoliberales que nunca van a hacer algo a favor de los trabajadores; sé que somos un número, pero sería genial que esto tenga repercusión nacional y se tome alguna medida con los contratados eternos que hay dentro de las empresas”.

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