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Red Internacional
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Chile

MINERIA. Despidos en la gran minería y la precarización del trabajo

La empresarios anuncian un año de penas para los trabajadores con más despidos, mientras exigen a quienes quedan en las faenas cumplir con cientos de roles para llenar el vacío que los patrones dejan despidiendo compañeros de trabajo. Es momento de romper el hielo del miedo para darle frente a los masivos despidos y defender las condiciones laborales.

Domingo 31 de enero de 2016

Desde que comenzó el fin del súper-ciclo del cobre de mano de las repercusiones que ha tenido en Latinoamérica la crisis económica internacional y las debilidades de la economía china-el principal comprador del cobre chileno-, los grandes empresarios de la minería no dudaron en reducir los costos ante el escenario de incertidumbre que enfrenta el mercado de las materias primas.

Estas reducciones se tradujeron en casi 20.000 despidos durante el año 2015, donde las grandes compañías mineras como Codelco o Minera Escondida Ltda. han dejado miles de familias en la calle. Comenzando este 2016 el panorama para los trabajadores es desfavorable, la compañía estatal anunció que se vienen 3.000 despedidos más contra los trabajadores contratistas comenzando con los 765 que habrán en El Salvador, todos pertenecientes a la contratista en la que trabajaba Nelsón Quichillao, minero asesinado por la policía en las movilizaciones por el Acuerdo Marco. Minera Escondida el 27 de enero desvinculó a 100 trabajadores. Ahora faltan los datos duros de las medidas de reducción que llevarán adelante mineras como Collahuasi y la compañía perteneciente a Antofagasta Minerals del multimillonario Luksic.

Estos ataques también perjudica a quienes quedan dentro de las compañías laborando, donde el trabajo ha dado un giro a la precariedad y flexibilidad, como el tema de la polifuncionalidad y los contratos a plazo fijo.

Precarización y fragmentación de los trabajadores

En la mitad de los años setenta la modalidad de la acumulación de capital en Chile, principalmente en la minería, dio un giro hacia un esqueleto productivo que se basa hasta el día de hoy en la fragmentación productiva -como lo es el subcontrato- y la flexibilización del mercado de trabajo [1]. Todo esto con el fin de las empresas mineras para poder amortiguar los costos de producción ante un exigente mercado internacional donde la división mundial del trabajo le daba y le da énfasis a la producción, compra y venta de materias primas.

Este giro, lejos de las necesidades de los trabajadores, se concreta con el Código del Trabajo de 1987 con la nueva imposición de relaciones entre patrones y trabajadores, favoreciendo en todos sus niveles a los primeros con el fin de precarizar y fragmentar a la clase obrera chilena.

De mano de la tendencia productiva, se desarrolló al mismo tiempo la flexibilización del trabajo como anillo al dedo para atacar en dos frentes a los trabajadores y que en estos años de crisis para los commodities vienen a ocupar un papel protagónico. Si nos damos cuenta todo lo que se refiere a los salarios de hambre, los tipos de contrato de trabajo y la polifuncionalidad, responden a los vaivenes de la economía y con ello a las políticas de los empresarios para sacar, agregar o cambiar trabajadores de acuerdo a los ritmos del mercado que ellos mismos controlan.

Un ejemplo claro es el tema de que los sueldos en su mayoría dependen de bonos productivos que pueden ser quitados fácilmente en momentos de desaceleraciones o crisis económicas. Pero, lo que actualmente predomina son la imposición de la polifuncionalidad y el aumento de contratos a plazos fijo en comparación a la planta permanente de trabajadores con contrato indefinido.

Polifuncionalidad y Plazos Fijos

Estos dos elementos inestables para los trabajadores vienen tomándose la mesa respecto a los masivos despidos, claro lo gritaron en sus cuatro días de huelga los trabajadores de Cerro Colorado y los del área de Transporte Ferroviario de la División Chuquicamata de Codelco.

Y es que estas herramientas respaldadas por la legalidad no hacen más que poner a los trabajadores a disposición de manera impune para los patrones. En el caso de la polifuncionalidad muchos contratos no especifican la función o puesto del trabajador, y los transforman en un prestador de servicios a secas y/o lo tapan con cargos como auxiliares de producción, ayudantes de operador, etc. Esto permite a la empresa que el trabajador tenga la obligación de cumplir varios roles dentro de la cadena productiva para alivianar los costos en momentos en que los despidos son pan de cada día, es decir el trabajador tiene que estar dispuesto-con o contra su voluntad- a tapar todos los hoyos que tiene la empresa.

Por otro lado el tema de los plazos fijos también viene a salvaguardar grandes costos, ya que de acuerdo al ritmo del mercado conviene tener una dotación que sale más barata finiquitar que trabajadores de años, permanente e indefinidos los que son más costosos de cubrir al momento de despedir en los momentos complejos como los actuales en la minería. Esta es una realidad que vive a diario la juventud trabajadora que no logra estabilizarse andando de trabajo en trabajo cubriendo las fallas de la empresas cuando sube o baja la producción de acuerdo a la demanda. Además lo que buscan los empresarios con la desigualdad de los contratos no es más que la división política de la organización de los trabajadores para no enfrentar de conjunto lo que pasa con los despidos por ejemplo.

No más despidos ni precarización del trabajo

En un escenario complejo para las familias trabajadoras como el actual donde los golpes de las bajas del precio del cobre comienza a envalentonar a los empresarios para resguardar sus intereses a costa de la vida de miles, se hace necesario que los trabajadores se organicen rompiendo el miedo que los congela compresiblemente para no ser despedidos, pero también tenemos que entender que la única forma de estabilizar nuestra vida laboral, social y familiar es poniendo un pare a la impunidad con la que los patrones atacan para reducir costos mediante despidos. Si la desaceleración y la crisis del mercado de los commodities la provocaron los patrones, estos mismos deben pagarla. Este pare mediante la organización de la defensa los trabajadores y de hacer valer nuestros derechos tiene que comenzar con frenar los despidos y la precarización del trabajo donde para mantener las producción las empresas exigen que tengamos que cumplir decenas de tareas en la producción a costa de nuestros pulmones.


[1Capital Transnacional y trabajo. El Desarrollo Minero en Chile, 1998