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Red Internacional
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PROFESORES UNIVERSITARIOS. Despidos, persecución ideológica e inestabilidad laboral

En el marco de un 2015 donde el debate educacional seguirá latente, con un Gobierno que pretende desviar las demandas históricas del movimiento estudiantil y mantener el negocio educativo, el problema de la mercantilización y precarización de la educación también se expresa en las condiciones laborales de los profesores, los que vienen protagonizando diversas movilizaciones. En esta nota se busca abordar ciertos aspectos que aquejan a los profesores universitarios, los que en más de una ocasión viven persecuciones ideológicas, despidos e inestabilidad laboral.

Sábado 28 de marzo de 2015

La crisis de la educación de mercado puesta en el tapete nacional por miles de estudiantes secundarios y universitarios, ha desencadenado una serie de discusiones en relación a la casi nula responsabilidad y financiamiento por parte del Estado, el millonario negocio educativo que involucra a distintos sectores del régimen político, la prohibición de un derecho que debiese ser garantizado para todos, y también respecto a la precarización e inestabilidad laboral que afecta a miles de profesores en el país.
La mercantilización y precarización de la educación también fue puesta en debate gracias a las acciones, movilizaciones y pronunciamientos por parte del gremio docente, el que a fines del año pasado protagonizó un paro a nivel nacional y de grandes repercusiones que incluso cuestionó a las direcciones del Colegio de Profesores. Los docentes siguen exigiendo mejores condiciones laborales, aumento de sueldos, pago de la deuda histórica, 50 horas lectivas y 50 no lectivas, entre otras demandas centrales. ¿Qué pasa con los profesores universitarios?

Si bien, este sector de docentes muchas veces es mejor remunerado en comparación a profesores de colegios municipales, eso no quita que la realidad que viven cientos de estos sea también de inestabilidad y precarización laboral, sumado a hechos de persecución ideológica en los establecimientos de educación superior.

Inestabilidad laboral

A inicios del año 2012 en la Universidad de Santiago de Chile (Usach, ex UTE), la rectoría presidida por el aún rector Juan Manuel Zolezzi, impulsó un “plan de reestructuración” que derivó en más de 80 despidos entre profesores y funcionarios, con el fin de contratar a profesores “part time”. Aprovechando el receso de verano, Zolezzi avaló decenas de desvinculaciones excusadas en la “crisis financiera” de la Usach, situación que se torna contradictoria en relación a los sueldos millonarios de las principales autoridades del establecimiento. Sólo el sueldo de Zolezzi es cerca de $8 millones, sin contar el resto de las remuneraciones de la inamovible “casta” de académicos fieles a rectoría.

Tras ese hecho, profesores, funcionarios y estudiantes se movilizaron en repudio al plan que sólo aportó en profundizar aún más la inestabilidad y precariedad de los trabajadores, lo que se agrava aún más si se mencionan a los trabajadores del aseo y jardines, subcontratados que con suerte ganan el sueldo mínimo. Un sector importante de docentes también exigió el paso a planta de estos, y el término de las diferencias entre profesionales, donde existen los profesores de planta y los conocidos “taxis”.

Los profesores “taxis” son una realidad concreta dentro de la docencia universitaria que refleja la precariedad e inestabilidad laboral a la que se enfrenta el 62% de los profesores que realizan clases en universidades, es decir, más de la mitad de estos se encuentra bajo la modalidad de “honorarios” o boleteando, “una práctica que se creó en los 80 para atraer a profesionales destacados a la docencia, ahora se transformó en algo cotidiano en la mayoría de las instituciones privadas fuera del consejo”. Esta situación es aún peor cuando se trata de universidades privadas las que funcionan con un 74% de sus profesores a modo “taxi”, mientras que en las instituciones agrupadas en el Consejo de Rectores (CRUCH) la cifra disminuye a un 46% .

A lo anterior se suma la serie de despidos masivos que diferentes instituciones de educación superior han impulsado. Ya se comentó lo ocurrido en el 2012 en la Usach, lo que también se repitió en la Uniacc “la universidad de las comunicaciones”, donde también en el año mencionado hubo cerca de 150 despidos entre funcionarios y profesionales mixtos. ¿La razón? Debido a que la universidad no fue acreditada, se perdió alrededor del 40% de las inscripciones de estudiantes y claramente la imposibilidad de que estos pudiesen utilizar el Crédito con Aval del Estado, lo que produjo una pérdida millonaria para el establecimiento y pérdida también para los docentes.

Persecuciones ideológicas y hacia quienes cuestionan

En el 2013, el Movimiento Generación 80 publicó una nota donde se denuncia el despido de una profesora de la UMCE, ex Pedagógico, quien fue desvinculada debido a que “denunció en los organismos regulares de la UMCE, Dirección de Escuela, Vicerrectoría y Rectoría, los vicios e irregularidades por ella detectadas en el ámbito académico, administrativo y de probidad” (28 de septiembre 2013).

En octubre del año pasado y tras la crisis de la universidad ARCIS, situación que aún no es solucionada, varios académicos fueron desvinculados del establecimiento bajo el argumento de “no tener la confianza de la rectoría”. Los docentes despedidos fueron activamente participantes de las movilizaciones que se generaron durante el proceso de democratización de la universidad y también fueron críticos a las autoridades de la institución por el mal manejo de la administración que mantiene a la ARCIS actualmente sumergida en una profunda crisis.

Siguiendo con las persecuciones a los profesores que cuestionan algún aspecto de la educación de mercado, en enero de este año la Universidad Central despidió a la profesora Carolina Venegas, Directora del Departamento de Derecho Económico y del Trabajo del plantel, posterior a que esta denunciase supuestas irregularidades en la entrega de títulos de la carrera de Derecho. El rector de dicha institución, Rafael Rossel, argumentó que la desvinculación fue debido a que la docente “incumplió un contrato que impone una obligación de confianza y lealtad con la institución, lo que infringió con sus declaraciones con publicidad en que acusa a la casa de estudios de cometer ilícitos penales y falsificación de actas de alumnos” (Infinita, 23 de enero 2015).

Las persecuciones políticas, ideológicas, los malos tratos, las pésimas condiciones laborales, despidos masivos injustificados, los profesores de primera y segunda categoría, son algunos de los aspectos que engloban el diario vivir de miles de profesores de educación superior. En un año que ya comenzó con fuertes cuestionamientos a la casta política que gobierna el país, y que de seguro tendrá álgidos debates políticos, donde la educación seguirá en la palestra nacional, sólo queda esperar que tanto estudiantes, profesores de educación secundaria y también de enseñanza superior sigan exigiendo sus demandas y movilizándose para conquistarlas, en conjunto de los demás trabajadores que hacen posible la educación.