Domingo 28 de septiembre de 2014 00:18
Para La Nación, los obreros que habían asumido el gobierno en París eran “una turba de ignorantes feroces. Ignorantes porque no tienen la más leve idea no ya de las instituciones republicanas, sino del derecho común; feroces porque pretenden establecer los principios de la igualdad y la justicia a impulsos de la guillotina y la lapidación”.
Asustado, el cronista llama a la reflexión a las clases dominantes “¿Esperan acaso esas clases sacudir su letargo cuando […] llame a su puerta la mano famélica y codiciosa para empezar esa operación interminable de la nivelación de la fortuna?”
Exagerando el protagonismo de la Primera Internacional, La Nación sostiene que “La Internacional es una asociación formidable: ella ha hecho lo que sucede hoy en París”.
A pesar de la matanza de 30 mil comuneros, La Nación muestra que la oligarquía argentina sigue dominada por el pánico de la extensión de la revolución que identifica con la Primera Internacional. Dice el 29 de junio de 1871: “Su programa, publicado hoy mismo en todas partes, aún en París, donde no se puede descubrir la conspiración que fija los carteles en las calles, se reduce a estos cuatro principios: abolición de todo culto; exterminio de todo mandatario; abolición del capital; advenimiento de los obreros al gobierno de la sociedad humana. Su primera batalla ha sido el incendio de París. Su segundo combate será acaso la ruina de Europa entera”.
Fuente: "Marx en la Argentina" de Horacio Tarcus