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Vacunas. Después de AstraZeneca, llega Sinopharm: ¿una nueva estafa del amigo del Gobierno Hugo Sigman?

Mientras Argentina comienza a recibir por cuenta gotas, las primeras dosis de AstraZeneca, el empresario millonario ultima los detalles para fabricar la vacuna china. Un repaso por los negocios del amigo de todos los gobiernos, y mimado por el peronismo, que lucra con nuestra salud.

Mirta Pacheco @mirtapacheco1

Celeste Vazquez

Celeste Vazquez @celvazquez1

Martes 25 de mayo de 2021 13:04

Desde septiembre del año pasado, Sinopharm, cuya vacuna fue creada por el laboratorio Chino National Pharmaceutical Group y el Beijing Institute of Biotechnology, comenzó en el país los ensayos de la fase III de su vacuna. Esto fue producto de un acuerdo entre la Fundación Huesped, cuyo director es el médico asesor presidencial Pedro Cahn, el laboratorio Elea-Phoenix (del grupo empresarial de Hugo Sigman) y los centros Vacunar.

El convenio aún no está sellado, porque restan ultimar detalles técnicos entre los laboratorios argentinos y chinos. ¿Por qué laboratorios argentinos, así en plural? Porque Elea Phoenix no está sola en esta aventura, ya que junto a Novartis, forman parte de un conglomerado farmacéutico especializado en vacunas: Sinergium Biotech, en quien recaerá la producción. Las tres empresas son parte del Grupo Insud, o sea de Hugo Sigman.

La gran estafa

El nombre de Hugo Sigman se hizo mucho más conocido el año pasado, cuando junto al magnate mexicano Carlos Slim anunciaron la fabricación de la vacuna de Oxford AstraZeneca para América Latina. Alberto Fernández festejó y lo presentó como un gran logro de su Gobierno.

El trato no se cumplió. El Estado le pagó a Sigman el 60% de 22,4 millones de dosis, de las cuales acaba de entregar una ínfima cantidad y con más de cuatro meses de demora. A pesar del escándalo, Sigman sigue fabricando el principio activo en su planta y enviando las vacunas al exterior, se calcula que ya se produjeron más de 60 millones de dosis. Pese a versiones y discursos de ocasión, nunca hubo una explicación seria y concreta del Gobierno y su socio del por qué de la criminal demora. Y como si fuera poco, ahora tiene la oportunidad de hacer un nuevo negocio. ¿Se viene una nueva estafa?

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Aunque habrá que esperar para confirmarlo, lo que sí queda claro es que el Gobierno de Alberto Fernández, a través de su ministra de Salud, actúa como una especie de gerente de relaciones públicas de las empresas vinculadas a Hugo Sigman. Sin su aval, sería imposible quedarse con semejante negocio, después haber de haber hecho esa estafa con dineros públicos, con vacunas entregadas a cuenta gotas, entregadas casi 4 meses después.

Negocios millonarios con dineros públicos

Según el último informe de Forbes, Sigman tiene una fortuna de U$S 2.000 millones junto a su esposa Silvia Gold con quien construyó un imperio: el Grupo Insud, un poderoso conglomerado con presencia mundial centrado en la industria farmacéutica pero con intereses también en otros sectores como la industria papelera, biotecnología, turismo, medios de comunicación, de agronegocios y hasta la producción de mega-granjas porcinas. El matrimonio a su vez, vía Insud, es accionista de otras compañías como Sinergium Biotech; Elea-Phoenix; la química Maprimed; Bioceres; Inmunova; y Biogénesis Bagó.

La planta de Biogénesis, ubicada en Garín, Provincia de Buenos Aires, es actualmente un gigante de la biotecnología y la sanidad animal, exporta a Europa y a Estados Unidos, país que lo incluyó en la lista de los lugares del mundo que su Departamento de Estado protege contra el “terrorismo”. Todo un indicador de la importancia estratégica de su tarea para algunos países imperialistas.

Tras años de hacer negocios en Europa, en los noventa, el matrimonio empezó a operar comercialmente en Argentina al adquirir Elea, que desde entonces se dedicó a proveer a compañías como Merck, Pfizer y AstraZeneca. En 1994, a través de la producción de la vacuna contra la aftosa se convirtieron en proveedores del Estado y a partir de allí no pararon.

Pero ministros de salud peronistas: Juan Manzur, en el 2009 como funcionario de Cristina Kirchner, y Ginés González García, en 2020 durante el mandato de Alberto Fernández, le dieron dos oportunidades históricas: hacer negocios con pandemias a través de la producción y venta de vacunas al Estado.

En el 2009, Sigman fundó Sinergium Biotech exclusivamente para fabricar la vacuna contra la pandemia de la gripe A. Mediante la fusión de Elea y Novartis, logró quedarse con un contrato inicial de 10 años, pero tuvo la suerte de que ese lapso se prorrogará hasta 2022. Un acuerdo monopólico y más que provechoso para él. Sinergiun le provee al Estado también las vacunas contra el neumococo y el HPV.

Licitación Pública del 7/9/19. Adquisición de insumos médicos para el Banco de Drogas del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. B.O. de la Provincia de Buenos Aires N° 28605 del 17/9/19.

Las tres empresas son pesos pesados de la industria farmacéutica y sus ganancias salen, fundamentalmente, de los negocios con el Estado. Según los balances presentados y a los que este medio pudo acceder*, tienen una facturación de más de $ 3.079 millones. Entre las tres son propietarias de 352 marcas de medicamentos, productos farmacéuticos e insumos hospitalarios que venden al Estado (ya sea a través de licitaciones o contrataciones directa). En muchas ocasiones compiten entre ellas ya que se presentan en los mismos llamados a licitación.

Licitación Pública N° 80-0014 LPU20. Adquisición de anticonceptivos orales e inyectables, para la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. 25/3/2021. B. O de la República Argentina-N° 34617

Esto sin contar los otros laboratorios con los que tiene relación a través de compartir paquetes accionarios y que forman parte de los mismos procesos de licitaciones.
Por ejemplo, Elea tiene relación con laboratorios como Szabo, Bernabo, Roemmers, Gador, Fideitas. Además Elea forma parte de la sociedad OYTE SA que tiene a su vez como socio a Laboratorio Richmond, fabricante de la vacuna rusa en el país. Un mecanismo perfecto para aumentar las posibilidades de ganar.

Licitación Pública N° 80-0010-LPU18. Adquisición de medicamentos antirretrovirales. B.O de la República Argentina N°34086, 1/4/29019.

En 2017, el Ministerio de Salud (en ese momento bajo la presidencia de Mauricio Macri), le compró un 31 % de vacunas antigripales más de las compradas un año antes. Por esto, Sigman recibió $ 325 millones y el Estado terminó tirando esas dosis.

En el 2020, se quedó con la producción del principio activo de las vacunas de AstraZeneca. Y ahora, en el 2021 todo parece indicar que será el año en el que sellará su tercer negocio, en este caso, gracias a una ministra del Frente de Todos.

¿Negocio para pocos o vacunación para todos?

En este 2021 muchos países en el mundo están atravesando la segunda ola, incluso la tercera en regiones de Europa. En lo que va del año ya hay más contagios que en todo el 2020, mientras los fallecidos por Sars Cov2 ya son 3,4 millones.

Al mismo tiempo se sigue observando la criminal desigualdad entre las vacunas disponibles para los países imperialistas y los dependientes. Llegando a la aberración (que solo este sistema capitalista puede ofrecer) de que a Estados Unidos, por ejemplo, le sobran vacunas mientras hay países que no tienen vacunada ni al 2% de su población.

El mismo director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que "un pequeño número de países que fabrican y compran la mayoría de las vacunas controlan el destino del resto del mundo]". Esto, que es una verdad incontrastable, choca con la política del "pequeño número" de países que centralmente dirigen ese organismo y que más allá de los discursos -como el de Joe Biden- se niegan a levantar la barrera de la propiedad privada de las patentes, en beneficio de la humanidad.

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La liberalización de patentes y la transferencia de tecnología son fundamentales para la producción masiva de vacunas, en aquellos países que cuentan con la infraestructura para hacerlo, como el nuestro. Lo único que puede reducir la mortalidad del virus. Sin embargo, para el capitalismo y para quienes se benefician de su funcionamiento, los empresarios y los Gobiernos, eso significaría la desaparición de sus negocios.

¿Que pasaría si todo el dinero que el Estado argentino destinó, y seguirá destinando, en beneficio de los capitalistas que lucran con las vacunas fuera invertido en la salud pública? Ya sea para fortalecer los laboratorios e investigación de las universidades públicas o para montar de cero laboratorios con capacidad para producir o envasar vacunas.

Solo medidas profundas como estas, ligadas a un plan integral que incluya la centralización del sistema público de salud para unificar recursos junto con la declaración de utilidad pública de los laboratorios (que como los de Sigman, producen las vacunas, como mAbxience, y se enriquecen mientras más empeora la salud de la población), pueden verdaderamente hacer frente a esta pandemia.

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*Fuente: Nosis