No conformes con haber cobrado la vida del joven weichafe Camilo Catrillanca, el gobierno ha buscado fortalecer la represión en el Wallmapu, y contentar así a los sectores patronales y latifundistas que se encuentran exigiendo cuentas al gobierno.
Sábado 19 de enero de 2019
Fortalecimiento de la represión en el Wallmapu
Con un plan piloto elaborado desde el Ministerio Público en conjunto con Carabineros, se determinó levantar al 50% de los oficiales que se encuentran en los 332 puntos fijos de vigilancia y represión en el Wallmapu. Esto justamente con el objetivo de realizar una represión con mayor sistematicidad y dinámica. Dicho plan tendrá una vigencia de 25 días, el cual será evaluado por fiscalía en conjunto con terratenientes, latifundistas y empresarios para determinar si podría ampliarse a otras provincias de la región.
Es por esto que Héctor Leiva, fiscal jefe de Alta Complejidad de La Araucanía, aseveró que: “esto se planteó como un equilibrio entre la vigilancia permanente y las rondas. Por ejemplo, si yo tengo tres puntos fijos en un sector cercano con buenas formas de comunicación, cambiar eso por un vehículo en movimiento revisando estos puntos sin detenerse, o en periodos breves vigilando la zona, se puede lograr mayor capacidad de reacción”
Sin embargo, la línea represiva no acaba allí. En esta misma tónica desde el Ministerio del Interior ordenaron el traslado de: “el avión vigía que tiene en la zona norte, avión que lleva una década trabajando en el combate del crimen organizado en la frontera. El avión ya llegó a la zona de La Araucanía, está desde anoche y empieza el día de hoy a operar“. Según afirmaron desde el gobierno. A lo que se suma la visita de Piñera a fines de enero al Wallmapu.
Necesitamos ponerle fin a la represión, y eso exige en fin de las FF.EE y la policía
Carabineros desde sus inicios ha funcionado como el brazo armado de la represión del gobierno, pasando por su creación en plena dictadura de Carlos Ibañez del Campo a la misma influencia nazi que lleva la institución.
Es esta institución, como policía, que lleva adelante y vela por el interés de los ricos y poderosos, aunque con ello tengan que asesinar inocentes por la espalda como Camilo Catrillanca, o a estudiantes como José Huenante o Manuel Gutiérrez.
No sólo se trata de una institución que históricamente ha vulnerado los derechos humanos, que ha planificado montajes para engañar a la población, o de una institución corrupta hasta sus entrañas, si no que justamente son ellos quienes llevan la represión a cada huelga que toma fuerza, a cada gran movilización estudiantil, a aterrorizar a las comunidades mapuche, disparar a niños, en definitiva, mantener por las armas el sistema de precarización, desigualdad, y explotación.