Familiares y amigos de Pablo Vera fueron reprimidos en las inmediaciones de la ciudad judicial de Fiske Menuco (General Roca), y torturados en las comisarías 3 y 21 cuando reclamaban contra la excarcelación del policía que asesinó a Pablo.
Lunes 1ro de diciembre de 2014 10:30
El viernes 28 a la tarde la familia de Pablo Vera, el joven asesinado por el policía de Rio Negro Jorge Villegas, estaba reclamando contra la excarcelación del asesino de su hijo cuando fueron reprimidos en las inmediaciones de la ciudad judicial de Fiske Menuco (General Roca), y torturados en las comisarías 3 y 21. Todavía son trece los detenidos. Entrevistamos a Verónica Nauduan, cuñada de Pablo detenida el viernes, y María del Carmen Ñancufil, mamá de Pablo Vera.
¿Cómo se dieron los sucesos el viernes?
VN: Nosotros estábamos en Maipú esquina San Luis, nos rodearon y nos apuntaron con las escopetas y nos tiraron balas de goma. Nos pusieron las camionetas a los costados para que no escapemos y nos encerraron a todos mientras gritábamos que había criaturas y chicos, que no disparasen, mientras nos agarraban a todos y nos tiraban al piso y nos empezaron a pegar. Había un chico de 13 años que estaba al lado mío y mientras uno tenía el pie en la cabeza los otros lo pateaban. A mí me pusieron contra un paredón y me daban la cabeza contra la pared y me decían: “quédate quieta hija de puta”. Yo les pedía que dejen de pegar y me amenazaban que me iba a pegar si no me callaba. En ese momento fue cuando me esposaron y me empezaron a pegar en las piernas y en la espalda. Yo tengo 8 meses de embarazo y mientras me golpeaban a mí, vi como a un chico de 15 años le pegaban patadas en la cara y lo llevaban a las rastras mientras él me pedía ayuda, y si lo miraba me pegaban de vuelta la cabeza contra el paredón.
¿Cómo fue la detención?
VN: Después de golpearnos me tiraron esposada a la camioneta y caí de panza. Cuando llegamos a la comisaría nos encontramos con dos chicas de 12 años golpeadas. Además, a nosotros nos amenazaban con que sabían donde estaban nuestros hijos, sobretodo haciendo alusión a los más chicos, de lo que veníamos haciendo y de donde vivíamos. Por último, bajaron a todos los chicos y les pegaron con “los churros” aparte de las patadas.
MÑ: Ya dentro de la comisaria 21 a los menores les dijeron que se tiren al piso y les pegaban y amenazaron a quienes lloraran, les seguían pegando. También les dijeron que se callen y no comenten nada de lo que paso. Mientras, nosotras éramos tres mujeres grandes y dos nenas que nos tenían contra la pared, mientras dos policías pasaban atrás nuestro, nos pasaban sus partes íntimas cuando nos decían “no nos toquen”. Esto fue lo que vivimos en la comisaria, pero de esto, el dolor más grande era ver como maltrataban a las criaturas, los trataban como perros.
¿Se está difundiendo lo que paso?
VN: Ellos (la policía) no dejan que los medios se enteren. Ellos nos están apretando porque no quieren que nosotros lo hagamos público. Ayer porque nosotros estábamos pidiendo en frente de la comisaría, cortando la calle. Nos amenazaron que les iban a cortar la visita a los chicos y demás cosas.
¿Cuándo creen que va a continuar la medida?
VN: Nosotros queremos que liberen a los chicos, a los que están presos, porque es injusto que lo tengan ahí adentro. Porque ellos dicen que nosotros hicimos un repudio a ellos. Nosotros no le pegamos a nadie. Nosotros no matamos a nadie Ellos tranquilamente a nosotros y los chicos nos podrían haber matado. Como un chico que tiene 4 puntos en la cabeza u otro que tiene un hematoma en la cabeza y no les importó y sin embargo, como son policías.
MÑ: Nosotros no vamos a bajar los brazos, vamos a seguir luchando y seguir exigiendo justicia. Porque si ellos piensan que con esto a nosotros nos vencieron y vamos a bajar los brazos, están equivocados y no vamos a bajar los brazos hasta que no haya justicia. Porque acá no hay justicia.