Criminalización de la juventud. Detienen a estudiante por decirle a patrulla que se pasaba el alto

El 13 de abril, Carlos caminaba con su amigo pasadas las 10:00 de la noche, se dirigían a sus respectivos hogares. Al momento que están atravesando la calle, a la altura de la 1 norte y 20 oriente (en la Colonia Sarabia), una patrulla que circulaba rápidamente los presionó para que se apresuraran a cruzar y ésta pudiera seguir su camino.

La velocidad con la que iba alertó a los estudiantes universitarios pues quedaron frente al vehículo policiaco al que le señalaron que el semáforo estaba en rojo.

Molestos por la indicación de los jóvenes, en un acto de amedrentamiento, los policías comenzaron a radiarlos hasta decirles “Párense, les vamos a hacer una revisión.” Desconfiados, Carlos y su amigo deciden correr ante el abuso de autoridad que había ocurrido, así que comienzan a perseguirlos y logran detener al primero mientras que el segundo logra escapar.

Ya en la patrulla, Carlos refiere que un oficial le dijo que lo iba a ahorcar. Aproximadamente a las 11:00 pm lo ingresan a los separos de la policía municipal de Tehuacán. La población sabe que una vez entrando de lo que se trata es de dinero. Las faltas administrativas, según el policía que está en el acceso, van de los dos mil a los siete mil pesos; todo depende de la “negociación” con el juez. Para la familia del estudiante, significó una multa de 2 mil 600 pesos que tuvieron que desembolsar para liberarlo.

Este clima de abuso y violencia policial se ha agudizado con la militarización en la segunda ciudad más grande de la entidad. Se han estado normalizando los rondines del Ejército y la Guardia Nacional por las calles ante el aumento de la presencia del crimen organizado, en donde las sospechas de colusión entre los niveles de gobierno siguen estando presentes.

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