El ministro escondió parte de sus planes ajustadores para aplicar después de las elecciones. La suba del tipo de cambio oficial y las presiones cambiarias recalentarán los precios. Las consecuencias recaen sobre las mayorías populares. El Gobierno está a la espera del desembolso del Fondo, ¿el organismo pedirá sumar a Milei y a Bullrich a la mesa de negociación? La clase trabajadora necesita pelear por otra salida.
Mónica Arancibia @monidi12
Lunes 14 de agosto de 2023 20:04
Foto: Maximiliano Luna, Télam.
La economía llegó a las PASO con alta inflación, más pobreza, reservas escasas en el Banco Central y una desaceleración de la actividad económica. El resultado electoral agrega mayor inestabilidad por el rumbo económico. El ministro candidato encargado de negociar con el FMI salió debilitado y los candidatos más votados, Javier Milei y Patricia Bullrich, incluyen entre sus propuestas una dolarización y una salida rápida del cepo cambiario respectivamente, medidas que significan una fuerte suba del tipo de cambio oficial, que impactará en los precios y destrozará los salarios.
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En tanto, el FMI confirmó este lunes que el Directorio se reunirá el 23 de agosto para aprobar el desembolso pendiente previsto en U$S 7500 millones. Con estos fondos se cubrirían los pagos de junio y julio que el Gobierno canceló con DEG (la moneda del organismo internacional), yuanes, los préstamos del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF y de Qatar.
La incógnita es si el FMI aprobará el acuerdo a nivel de personal técnico luego de los resultados electorales donde el oficialismo salió tercero o si pretenderá incorporar a la mesa de negociación a la fuerza de Patricia Bullrich o de Javier Milei para anticiparse a una posible transición.
Los “mercados” -un eufemismo para denominar a fondos de inversión, bancos, empresas, a capitalistas, en general, y al capital financiero- se anticipan a los planes de una mayor devaluación y siguieron las presiones cambiarias. El dólar blue subió a $685 (+13%), las acciones de empresas argentinas en Wall Street abrieron la jornada del lunes con caídas de 15%, y los bonos cedieron hasta 10%. No se puede descartar que sigan las turbulencias financieras.
Más regalos para los que más tienen
Después de conocerse los resultados de las elecciones Massa desde el escenario del bunker afirmó que pelearán hasta el último minuto para defender los derechos de las mayorías. Sin embargo, a las pocas horas anunció medidas que exigía el FMI que mejoran los bolsillos de la minoría que siempre gana: devaluación y suba de tasas de interés. Así, el tipo de cambio oficial saltó más de un 20%, y la tasa de interés aumentó 21 puntos hasta 118%. El dólar oficial se mantendría fijo hasta octubre, según las intenciones oficiales, pero si las presiones devaluatorias siguen y el Fondo pide más, ¿por qué Massa no convalidará un nuevo aumento del tipo de cambio oficial?
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Este martes el Indec dará a conocer la inflación de julio. Las consultoras proyectan una inflación de 7% en julio, pero se trata de una foto vieja. Las consultoras estiman que la inflación alcanzaría dos dígitos en agosto y en septiembre por efecto de la devaluación. El propio salto del tipo de cambio oficial desata el proceso inflacionario. Se profundizará el deterioro del poder de compra, los trabajadores no registrados ya perdieron un 42% con el macrismo y el gobierno del Frente de Todos.
La devaluación genera beneficios extraordinarios para unos pocos y significa una transferencia de ingresos desde el pueblo trabajador hacia el gran capital. Entre los principales ganadores están los bancos, fondos de inversión, las grandes empresas que fugan dólares. También los exportadores (los sojeros, la minería, el campo) y el gran empresariado se benefician con la devaluación del salario de los trabajadores. En agosto el salario mínimo, vital y móvil fue de $112.500. El día viernes 11/8 ese salario equivalía a U$S377. Este lunes se abarató hasta U$S308: un 18% menos.
Los principales perdedores de la devaluación son los que viven de su salario como ocurrió con la devaluación de Eduardo Duhalde en 2002, con la de Axel Kicillof en 2014, y con las que hubo durante el macrismo. La defensa del salario está en primer orden. Es urgente un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y programas sociales.
La suba de la tasa de interés busca que le gane a la inflación (tasas de interés reales positivas) y al aumento del dólar para que el peso argentino sea más “atractivo” como reserva de valor y minimizar la corrida hacia el billete verde. Esta medida beneficia a los que tienen Leliqs (grandes bancos en su mayoría), pero tiene como consecuencia un mayor enfriamiento de la economía, al encarecer cualquier tipo de actividad que de alguna forma esté ligada al crédito, también encarece las deudas contraídas con la tarjeta de crédito. La actividad económica acumuló en los primeros cinco meses del año una baja de 1,3%, es decir la economía se está desacelerando, según datos del Indec.
El fantasma de Cavallo
El paquete fondomonetarista no termina acá. El pasado fin de semana trascendió que Sergio Massa preparó una serie de medidas con su gabinete económico. Las propuestas incluyen la elaboración del Presupuesto 2024 que tendrá una meta de déficit cero para el año próximo (como le gusta al FMI), más prestamos con el BID y el Banco Mundial por U$S 500 millones, beneficios impositivos para importadores que utilicen sus dólares, no pagarán Impuesto País, ni IVA ni tasa estadística, premios para el sector de maíz y trigo con un programa de financiamiento de fertilizantes, y un Programa Exportador de litio, más regalos para promover el extractivismo, entre otras medidas. ¿Y las medidas para recomponer los ingresos, la posible suma fija para “los salarios más bajos”? Aún sin noticias.
Massa ya avanzó con el ajuste, se registraron doce meses consecutivos de caídas reales del gasto primario, con recortes en términos reales en jubilaciones y pensiones, Asignación Universal por Hijo, Potenciar Trabajo y políticas alimentarias en el primer semestre del año, pero para el Fondo no fue suficiente. Para 2023, a pesar de la caída de la recaudación por la sequía el organismo multilateral, ratificó la meta de cumplir con un déficit fiscal primario de 1,9% del PIB. Para el año próximo propone un ajuste mayor y Massa anticipó que el próximo Presupuesto (que también lo escribirá el Fondo) incluye una meta de déficit cero. Esto significa que podarán más partidas como pueden ser subsidios a las tarifas, jubilaciones, programas sociales, etc.
Déficit cero es lo mismo que prometió Domingo Cavallo en 2001 que terminó de hundir al país en la desocupación masiva y condujo a niveles de pobreza que superaron el 50%. También Mauricio Macri, con Nicolás Dujovne como Ministro de Economía, planteó déficit cero y se despidió con cinco millones de nuevos pobres; se duplicó el nivel de inflación anual, provocó más de un 10% de desocupados; y una deuda fraudulenta e impagable.
Lo que queda a la vista es que con cambio o sin cambio de signo político, es el FMI quien continúa al mando de la política económica.
Pelear por otra salida
Los planes de los ganadores de la jornada del domingo apuntan contra la clase trabajadora. Javier Milei propone la total libertad de las grandes empresas para explotar fuerza de trabajo asalariada que incluye contrarreformas laborales y privatizaciones. El economista reivindica a Domingo Cavallo, el padre de la convertibilidad que estalló en 2001 en una de las peores crisis económicas en la historia del país. Su propuesta de dolarización de la economía con la debilidad de las reservas puede implicar una fuerte devaluación, que pulverizaría los salarios.
Si Milei insiste con la dolarización puede darse un escenario de "profecía autocumplida" donde el precio del dólar termina aumentando más porque todos actúan esperando que suba ante una eventual devaluación para dolarizar, lo que sube la demanda del billete verde y así su cotización, y lo que empuja a los ahorristas a deshacerse de sus tenencias y depósitos en pesos.
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Juntos por el Cambio también tiene un proyecto de libertad absoluta del capital para empobrecer a las mayorías populares. El gobierno de CEO pasó de prometer “pobreza cero” a aumentar la pobreza. La promesa de la lluvia de inversiones gracias a la liberalización del movimiento de capitales derivó en un récord de fuga de capitales a guaridas fiscales, en mayor parte financiadas con deuda externa que hoy ahoga a las mayorías trabajadoras en la miseria.
Esta hipoteca de la deuda fue la que honró el gobierno del Frente de Todos que cargó sobre las espaldas de las mayorías trabajadoras que por décadas pagarán los compromisos que hizo Martín Guzmán con el FMI y con los lobos de Wall Street, que Sergio Massa continúa. Se prometió terminar con el ajuste macrista, pero las condiciones de vida de la clase trabajadora empeoraron. El desencanto y la bronca de los sectores populares no fue magia. El voto a Milei expresó el rechazo a las grandes coaliciones patronales.
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Solo la izquierda denunció que no era posible honrar la deuda sin atacar las condiciones de vida del pueblo trabajador. Como afirmó Myriam Bregman “somos la única lista de cara a octubre que enfrenta a los candidatos del FMI y las políticas de ajuste y represión”.
En los últimos cuarenta años, las fuerzas políticas que defienden el sistema capitalista condujeron a la decadencia económica y social actual. La clase trabajadora y el pueblo pobre tienen que oponer su propio programa frente a las fuerzas capitalistas. El desconocimiento soberano de la deuda, como propone el Frente de Izquierda Unidad, es una medida esencial para terminar con la decadencia a la que somete la clase capitalista a las mayorías populares, junto a otras medidas de soberanía nacional y en defensa de los recursos tales como la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de los trabajadores.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.