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Red Internacional
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Política. Día de entrega nacional: hoy se pagan más de U$S 9.000 millones a los buitres

Mientras crecen la inflación y los despidos, hoy se hace un desembolso millonario para los buitres. Los argumentos neoliberales de Macri sobre el empleo, y la resistencia.

Fernando Scolnik

Fernando Scolnik @FernandoScolnik

Viernes 22 de abril de 2016

Cuando termine el mes de abril, una inflación pronosticada de más del 6 %, o quizás más, habrá castigado los bolsillos del pueblo trabajador en el área metropolitana. Los tarifazos en el transporte, la luz y el gas impulsan el nuevo salto inflacionario, que también se siente desde hace meses en los productos de la canasta básica. Por otro lado, los despidos en el Estado, sumados a la recesión económica que también lleva a cesantías en el sector privado, ha llevado a más de 127.000 la cifra de puestos de trabajo perdidos desde que comenzó el año.

En un brutal contraste, los fondos buitre recibirán hoy con los brazos abiertos un pago de más de U$S 9000 millones de parte del gobierno nacional. El macrismo celebra eufórico el retorno a los mercados internacionales y el comienzo de un nuevo endeudamiento que hipoteca una vez más el futuro del país (para el cual emitirán bonos por u$s 16.500 millones), mientras que para el Frente para la Victoria el hecho implica el fin de su relato de “Patria o Buitres”: esta entrega nacional fue aprobada en el Congreso gracias a los indispensables votos del FpV en el Senado.

Este pago es un nuevo episodio de un gobierno que sirve de forma acelerada a los intereses de los grandes capitalistas, habiendo comenzado por la devaluación, la quita y baja de retenciones y los tarifazos. Gracias a todo esto, el dueño del fondo buitre Elliot Management, Paul Singer, elogió a Macri y lo catalogó como el “campeón de las reformas económicas”.

En este marco, Macri ensayó ayer un intento de argumentación neoliberal sobre las bondades de "volver al mundo" para generar trabajo. En una muestra de cinismo, durante un acto por la reapertura de la fábrica Cresta Roja, el presidente sostuvo que “es mi angustia la angustia de cada argentino, y estoy ahí. Como cuidamos a los empleados de Cresta Roja, cuidaremos a todos”.

A confesión de partes, relevo de pruebas: el “cuidado” que ofreció Macri para los obreros de esta empresa fue la represión con la Gendarmería en diciembre, y ahora la reapertura de la planta con solo 1300 de los 3500 trabajadores directos que la empresa tenía anteriormente. Más aún: los empleados firman un contrato de solo dos meses y una fuerte reducción de los salarios. Decenas de los activistas de la lucha siguen afuera.

Sin embargo, Macri insistió ayer con que éste es el camino para generar trabajo, y generalizó las conclusiones más allá de este caso particular cuando rechazó de plano los dictámenes que el día anterior fueran emitidos en el Congreso Nacional para prohibir despidos. "Ya probamos en el 2002 con leyes que prohibían, eso no trajo más trabajo, destruyó el trabajo", advirtió Macri.

La argumentación sostiene que mejorando a los empresarios las condiciones para despedir y flexibilizar, vendrán más inversiones y habrá más trabajo. Por supuesto, eso va acompañado de un ataque a los delegados que defienden los intereses de los trabajadores. Se trata de un relato que millones de trabajadores ya conocen: es el mismo que sostuvo el gobierno de Fernando de la Rúa para defender la tristemente famosa “Ley Banelco” de flexibilización laboral. La historia terminó en la catástrofe de la crisis de 2001.

Hoy Macri busca seducir las inversiones que le faltan para relanzar la alicaída economía nacional, entregando las condiciones de vida de los trabajadores. Todas las veces que el presidente se refería en su campaña electoral a mejorar la productividad de la economía, a esto hacía referencia.

Resistencia

Sin embargo, para aplicar estos planes, el gobierno necesitaría doblegar la voluntad de los trabajadores y el pueblo, que no quieran retroceder en sus condiciones de vida.

Ayer 20.000 trabajadores bancarios marcharon por el centro porteño, en el marco del paro que sostienen por 48 horas reclamando por el salario y contra despidos. En la misma ciudad, miles de estudiantes se movilizaron exigiendo el boleto educativo gratuito. La Unión Obrera Metalúrgica convocó a un paro nacional del gremio para el 5 de mayo. La Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA) adelantó que pedirá un 48 % en las paritarias. Los estatales vienen resistiendo los despidos desde el comienzo del año. El perseguidor de activistas Ricardo Pignanelli del SMATA anunció que “el sábado que viene haremos una asamblea nacional con más de mil delegados, donde vamos a analizar toda la situación de la industria automotriz argentina, les diré lo que pienso y si los delegados me avalan, haremos lo que tenemos que hacer en defensa del trabajo de los mecánicos de todo el país”.

Si toda esta bronca no estalló hasta el momento en un plan de lucha nacional de todo el movimiento obrero, es por la tregua que sostienen las cúpulas sindicales con el gobierno.

De todos modos, entre la bronca que crece por abajo, y la falta de respuestas del macrismo que negó hasta los cambios exigidos por ganancias, algunos de los ejemplos arriba citados muestran que sectores de la burocracia sindical han tenido que salir a expresar, aunque de forma distorsionada, los reclamos de los trabajadores, usando la fuerza de los mismos para negociar sus prebendas (como los fondos millonarios de las obras sociales) y preparándose para actuar como contención del descontento obrero. En este marco, convocan para una movilización para el 29 de abril, pero se siguen negando a llamar a un paro nacional que sea el comienzo de un plan de lucha para derrotar los ataques, como exigen la izquierda y el sindicalismo combativo.

Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner retornó a la escena nacional preparándose, con la propuesta de Frente Ciudadano, para las elecciones de 2017, y descartando toda resistencia: en su plan, este espacio sería conformado por gobernadoras que aplican el ajuste como Alicia Kirchner, burócratas sindicales, empresarios que despiden y senadores que votaron a favor de los buitres.

Contra los planes de todos ellos, el PTS en el Frente de Izquierda propone impulsar la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud para enfrentar el ajuste, la entrega nacional, y que la crisis la paguen los capitalistas.


Fernando Scolnik

Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.

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