Durante el día de ayer se celebró el Día de la Independencia de Afganistán del imperio británico, en medio de manifestaciones pacíficas que fueron violentamente dispersadas por el recientemente impuesto Emirato Islámico, luego de la salida de tropas norteamericanas.
Viernes 20 de agosto de 2021
Este 19 de agosto se celebró el Día de la Independencia de Afganistán que conmemora el Tratado de Rawalpindi en 1919, normativa que garantiza la independencia de los afganos, por parte de los británicos.
El tratado anglo-afgano de 1919, también llamado Tratado de Rawalpindi, fue un armisticio hecho entre el Reino Unido y Afganistán durante la Tercera guerra anglo-afgana. Se firmó el 8 de agosto de 1919 en Rawalpindi (India británica, hoy Punjab, Pakistán) y es celebrado el día 19 de agosto.
Este día fue celebrado hasta 1992, cuando los muyahidines respaldados por los Estados Unidos derrocaron a la República respaldada por la Unión Soviética, quienes estuvieron en este territorio entre abril de 1978 y abril de 1992, tiempo en el que se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán, apoyadas entre diciembre de 1979 y febrero de 1989 por el Ejército Soviético.
Luego de la retirada de las tropas soviéticas en 1989 y con la caída de la Unión Soviética en 1991, en el año 1994, el movimiento de los Talibanes (“estudiantes en religión”) apareció en Afganistán, un país devastado por la guerra contra los soviéticos y que enfrentaba una lucha fratricida entre muyahidines apoyados por Estados Unidos desde la caída del régimen soviético en Kabul, este grupo nacionalista e islamista fundamentalista sunníes, tomaron Kabul en 1996 e instauraron la fiesta.
Después de los atentados a las torres gemelas el 2001, Estados Unidos dejó de prestar su ayuda a los grupos Talibanes y se fue en picada contra grupos como Al Qaeda o el Isis, tomando el control de Afganistán durante 20 años, donde solo mantuvieron a raya este grupo extremista sin poder garantizar la supuesta “Paz” que querían lograr, junto con combatir el “Terrorismo Internacional”. Es por esto que luego de que Donald Trump “negociara” un acuerdo de paz con los talibanes para retirar sus tropas el 2020 y con la ya definitiva retirada de tropas ordenada por Joe Biden hoy en el 2021, es que Afganistán no logró resistir mucho tiempo y quedó a manos nuevamente de los Talibanes quienes impusieron su denominado Emirato Islámico.
Es en este contexto que miles de afganos salieron pacíficamente a las calles a celebrar este día, en forma de repudio contra los Talibanes que ya han dejado a varios muertos y han hecho que se de una de las crisis migratorias más brutales de los últimos años, con imágenes que han remecido al mundo entero.
Mientras que grandes superpotencias como la Unión Europea, China, Rusia y Turquía, ya se prestan a reconocer a los Talibanes como nuevo gobierno de Afganistán, millones de personas nos encontramos atónitas frente a las violentas imágenes vistas en redes sociales.
¿Por qué las grandes superpotencias se prestan a reconocer a los Talibanes?
Como hemos visto a lo largo de la historia, una de las situaciones a las que más se ha visto expuesto el país de Afganistán es a los intereses de las superpotencias, razón que hoy en día no cambia mucho, ya que en su momento ya lo denunciaba Julián Assange en un video grabado el 2011 donde dice que “El objetivo es utilizar Afganistán para lavar dinero de las bases impositivas de los E.E.U.U y de países europeos y traerlos de vuelta a las manos de las elites de seguridad transnacional, por lo que el objetivo es tener una guerra sin fin y no una guerra exitosa”.
En este caso que en medio de la crisis hegemónica de Estados Unidos, el gigante asiático como lo es China, busca poder consolidar su poderío a través de la “Ruta de la Seda” un plan estratégico de ramificaciones geopolíticas y económicas que puede posicionarlo como principal potencia mundial y a su vez controlar los importantes recursos naturales de Afganistán que son el petróleo, gas, cromo, cobre, oro, hierro, zinc, plomo, mármol o piedras preciosas, entre otros, cuyo valor supera los 800.000 millones de euros.
Es por esto que es necesario luchar contra los grandes capitalistas y sus intereses imperialistas para que los pueblos oprimidos puedan tener derecho a su propia autodeterminación, sin tener que verse presas de la violencia e intereses de superpotencias que poco y nada tienen que ver con el desarrollo como intentan hacerlo ver.