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Red Internacional
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Declaración. Día de la acción global por el aborto legal, libre, seguro y gratuito

El derecho al aborto, un derecho básico para que las mujeres y los cuerpos gestantes, puedan decidir sobre sus propios cuerpos sigue siendo una gran deuda social. Las iglesias, en alianza con los Estados, siguen criminalizando y manteniendo en la ilegalidad esta práctica. Exigir este derecho es parte también de exigir el derecho a una maternidad digna. Hoy es un día más de lucha, la marea verde nos mostró que cada derecho lo conquistamos en las calles, hasta que sea ley. Aquí te compartimos el pronunciamiento de Pan y Rosas.

Miércoles 28 de septiembre de 2022

Foto: Cimacnoticias. Periodismo con perspectiva de género (Imagen de Andrea Franco)

Foto: Cimacnoticias. Periodismo con perspectiva de género (Imagen de Andrea Franco)

Hoy, 28 de septiembre, Día de Acción Global por un aborto legal, seguro y gratuito salimos a las calles para seguir luchando por nuestros derechos más básicos que aún nos son negados y más en este contexto de avance de sectores conservadores que pretenden que retrocedamos, como lo ha demostrado la reciente victoria de Giorgia Meloni en Italia, representante de sectores de la ultraderecha europea, o el asesinato de Mahsa Amini en Irán, arrestada y asesinada por la policía por no cumplir con el uso del yihab. Pero a la vez, se enciende en Irán la lucha de las mujeres kurdas donde las mujeres iraníes se han alzado en protestas quitándose el yihab contra el asesinato de Mahsa Amini.

También estos años hemos visto como la lucha de nuestras compañeras ha ido imponiendo grandes avances para lograr el derecho al aborto, desde Argentina que hace 2 años la marea verde ha conquistado la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) o los recientes avances en 9 estados de México que han legalizado el aborto hasta las 12 semanas y el caso de Colombia, que lejos de ser un regalo, ha sido la conquista de la marea verde extendida en toda América. A pesar de las masivas luchas, los sectores reaccionarios siguen buscando frenar nuestros derechos como ha sucedido con el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, anulando Roe Vs. Wade y retrocediendo de esa forma la despenalización de esta práctica sanitaria; o lo que ocurrió en Chile y Ecuador, donde los intentos de avances en el ámbito constitucional y legislativo -respectivamente- fueron truncados. Demostrando que solo mediante la lucha en las calles vamos a lograr nuestros derechos que constantemente nos son negados en este sistema patriarcal y capitalista.

En Bolivia, el envalentonamiento de los sectores conservadores luego del golpe de Estado del 2019 y la crisis abierta en el partido de gobierno viene haciendo que las esferas estatales giren más a la derecha de forma conciliadora, lo que ha permitido también un mayor avance en la esfera política de los sectores religiosos. Esto va planteando la necesidad cada vez más latente de un crecimiento del movimiento de mujeres y feministas para poder imponer desde las calles el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Según IPAS entre el periodo de 2014 a 2019 se registraron una totalidad de 57.825 abortos en servicios públicos y privados de los cuales el 13% (2100) representan los abortos inducidos, demostrando que la clandestinidad de esta práctica solo alimenta el lucro del sector privado de la salud, quienes cobran desde 200 bs., el acceso al aborto en condiciones altamente insalubres, y hasta más de 500 $us en las clínicas más caras. Además, denunciamos que la clandestinidad a la que nos orilla el Estado acaba causando que sea la tercera causa de mortalidad materna, que condena a la muerte a las mujeres más empobrecidas. Por esto denunciamos que el ¡Aborto clandestino es feminicidio de Estado! y que la clandestinidad es un problema de salud pública y no uno moral.

Las mujeres y personas gestantes abortamos por diversas razones, desde las imposibilidades económicas a la que nos vemos orilladas, frente a lo cual exigimos condiciones dignas para la maternidad y abortamos porque también entre muchas otras razones decidimos no ser madres, pero la decisión de abortar o no, solo les corresponde a las personas gestantes. ¡La maternidad será deseada o no será!¡Basta de precarización, exigimos condiciones dignas para la crianza!

Denunciamos que también a las niñas, los sectores religiosos en complicidad estatal les imponen una maternidad forzada, siendo Bolivia uno de los países con más embarazos adolescentes e infantiles de la región con cifras alarmantes, que suman más de 16.000 casos en lo que va del año. Pese a que la Interrupción Legal del Embarazo contemple la violencia sexual como causal, decenas de niñas y adolescentes son obligadas a parir y a ser madres, interrumpiendo su infancia y sus estudios, además de ejercer una total revictimización. Por eso, exigimos la separación efectiva de la Iglesia y el Estado.

Repudiamos también a algunos sectores del personal sanitario que intentan disuadir a mujeres y niñas de interrumpir su embarazo, en conjunto con estos sectores antiderechos e iglesias. Como sucedió con la niña de 11 años en Yapacaní, a quien personal del hospital, la iglesia y arquidiócesis católica cruceña “ofreció acogida” y atención a la “niña mamá”. ¡Negar o postergar el acceso al aborto seguro u obligar a una persona a seguir adelante con un embarazo no deseado es una forma de tortura! ¡Niñas no madres!

A la par que exigimos el derecho al aborto, luchamos por la educación sexual integral, laica, científica y de calidad y que esta sea enseñada en todas las unidades educativas, denunciamos que, como parte de este pacto entre el Estado y la Iglesia, hay escuelas en las que no se enseñan estos fundamentales temas para los derechos sexuales y reproductivos y de ejercicio de libertad sexual por pertenecer a las propiedades del clero. Siendo estos temas centrales para evitar los embarazos no deseados. De la misma manera, exigimos una mayor efectividad en el acceso gratuito y masivo de anticonceptivos, tanto los anticonceptivos como la educación sexual integral, implican la necesidad de tener sistemas de salud y educación plenamente públicos, integrales y de calidad. Por eso luchamos por ¡educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir!

Denunciamos que además de condenarnos a la muerte, el Estado criminaliza y persigue a las mujeres que han decidido abortar y sus acompañantes, siendo hasta junio 186 mujeres procesadas por abortos, varias de las cuales son víctimas de violación. Esta represión es llevada a cabo por la Policía, la misma que tiene bajo su cargo la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, y que ignora los casos de violencia machista y hunde en la burocracia los intentos de denuncia por parte de mujeres en situación de violencia, pero cuando se trata de mujeres que por diversas razones toman esta decisión, las persiguen con todo su peso. Por ello, luchamos por el desfinanciamiento de la policía patriarcal y las fuerzas represivas y denunciamos la persecución estatal.

Por esto, vemos importante articular un fuerte movimiento de mujeres, disidencias y diversidades sexuales y de género que, junto a sectores de trabajadores y campesinos, y de manera independiente del Estado y sus partidos patronales, logre avanzar en nuestras demandas y en la lucha contra este sistema que permanentemente recrea mecanismos de opresión y explotación. Entendemos que el capitalismo que recae sobre las grandes mayorías de trabajadores, ejerce más fuerza en alianza con el patriarcado sobre los cuerpos de las mujeres trabajadoras, obligadas a parir para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo. Es así que, para lograr nuestra plena emancipación, necesitamos ver la lucha de forma estructural y sumar la lucha por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito a la de los sectores explotados y oprimidos.

¡Te invitamos a organizarte con nosotras bajo las banderas del feminismo socialista!