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Red Internacional
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Opinión. Día del Trabajador Social en Chile: ¿Administrar los recursos del Estado o cambiar la realidad?

A propósito del día del Trabajador(a) Social en Chile, es necesario reflexionar en torno a nuestra labor, al servicio de qué está nuestra profesión y cómo superar los estrechos marcos actuales de administrar la miseria de lo posible. ¿Seguimos reproduciendo las políticas sociales desde el Estado acríticamente o cambiamos la realidad social de raíz?

Sábado 12 de noviembre de 2022

La profesión tiene su origen en el año 1925, en donde se crea la primera Escuela de Servicio Social. Y en el año 1950, tras una larga jornada de análisis y debate en torno al quehacer profesional desarrollada desde el 06 al 11 de noviembre se declara, el último día de la jornada, como día del Asistente Social.

La carrera desde 1960 en adelante es parte de un proceso de profunda reflexión y cambios que se gestaban en ese momento en Chile. El rol del estudiante y profesional era haciéndose parte de la lucha de clases, con una estrecha ligazón con los sindicatos y juntas vecinales. Ocupándose de las reivindicaciones como el derecho a vivienda, mejores condiciones laborales para los trabajadores, la educación como un derecho, una salud digna, entre otras cosas. El enfoque era poner la profesión al servicio del pueblo y sus intereses. Todo esto fue abruptamente detenido por los sucesos vinculados al Golpe de Estado de 1973, implantando una Dictadura Militar.

A partir de esta fecha, la profesión se enfrenta a un periodo de dura represión, persecución y censura. Se cerraron diversas Escuelas a lo largo del país, partiendo por la Universidad del Norte en Arica y las sedes de La Serena, Chillán, Talca y Osorno de la Universidad de Chile. Los fondos bibliográficos fueron censurados y se destruyeron todas las memorias de titulación que fueran consideradas “subversivas”.

Esta época de terror, cercenó el sueño de muchos estudiantes y profesionales. Fue y aún lo es, una gran tarea el recuperar la memoria histórica y por sobre todo dar un giro de lo que nos dejó la herencia de dictadura: una carrera que quedó más bien relegada a la administración de los recursos del Estado y que, salvo excepciones, está más alejada del trabajo directo con las poblaciones, fábricas, sindicatos, el campo y la ciudad.

La tarea de las y los Trabajadores Sociales en la actualidad

Históricamente el capitalismo nos ha utilizado para tratar de legitimarse y dar salidas rápidas y de carácter asistencialista ante problemáticas sociales mucho más estructurales. A través de la institucionalización, el Estado ha cooptado luchas y demandas de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores; transformándolas en programas y políticas pero sin dar una solución real.

Recuperar una perspectiva crítica también es importante cuando los tiempos de crisis plantean qué papel van a jugar las y los trabajadores, en un escenario donde las familias trabajadoras son golpeadas por la inflación y el alza en los precios de productos de primera necesidad, obligados a endeudarse para llegar a fin de mes. Mientras al parecer las prioridades vienen siendo otras: entregar más recursos a carabineros, una institución que se ha visto involucrada en bullados casos de corrupción y responsable de violaciones a los DDHH. De esta forma el Gobierno de Gabriel Boric ha tomado la agenda represiva de la derecha y de los empresarios. Este reforzamiento y legitimación de las fuerzas represivas del Estado, se viene desarrollando de la mano de todos los gobiernos de turno. Y temas como educación, salud y vivienda se plantean como “mejoras graduales”.

Esta situación obliga a las y los estudiantes y profesionales a cuestionarse qué perspectiva debe tomar la profesión. Hoy más que nunca es necesario plantear una posición transformadora ligada a proyectos emancipatorios. Desde fomentar la participación y organización en los lugares de trabajo y estudio, hasta cuestionar el funcionamiento total de la sociedad.

El verdadero reto del trabajo social está en buscar qué tipo de trabajadores queremos ser y al servicio de qué está nuestra profesión, tenemos a nuestra disposición muchas herramientas que podemos poner al servicio de la clase trabajadora y sectores populares, buscando desarrollar la organización. Esto es parte de la potencialidad que podría ayudar a desplegar un Trabajo Social ligado a la lucha de clases, donde las estrategias colectivas muestran el poder social de quienes las encarnan y superan los estrechos marcos actuales de administrar la miseria de lo posible.

La profesión de Trabajador social no puede comprenderse sin las luchas de los pueblos, sin la organización de los trabajadores por mejorar las condiciones de vida. Es la demanda colectiva la que plantea la necesidad de dar respuestas colectivas, es decir la creación de los servicios sociales con el financiamiento público.” (Oliva, A. Trabajo Social y Lucha de clases. Ed. Imago Mundi, Buenos Aires, 2007)