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Red Internacional
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Mujer. Día femenino: historia de un derecho en desuso

El día femenino surgió ante la necesidad que tenían un gran número de mujeres de poder faltar a sus trabajos por las molestias físicas que les generaba el período menstrual .

Martes 15 de marzo de 2016

En nuestro país este derecho no está regulado por la Ley de Contrato de Trabajo (LTO). Sin embargo existen varios convenios colectivos que establecen un día al mes para que sea gozado por el personal femenino.

Una investigación del National Health Service de Gran Bretaña, mostró que un 14% de las mujeres no pueden asistir al trabajo en los días más intensos de su periodo menstrual. Además un 40% sufre de problemas de concentración debidos a los dolores y molestias que este provoca. Por esta razón una empresa británica implementó una política de licencias por período menstrual, que incluyen la flexibilidad horaria durante esos días.

Pero, volviendo a la Argentina, en muchos Convenios Colectivos se incluye este artículo. La licencia puede estar presente también en alguna normativa estatal (provincial o nacional). De hecho en la provincia de Buenos Aires, una ley lo dispone para agentes públicos: “el personal femenino gozará de un (1) día de licencia por mes calendario con goce de haberes. El día de uso de esta licencia queda a elección de la interesada, debiendo dar aviso con anterioridad a la iniciación de la jornada laboral”.

Un dato a tener en cuenta es que la mayoría de los Convenios Colectivos fueron redactados durante la década del setenta. Cuando la última dictadura cívico militar dio el golpe de estado en marzo de 1976, dejó sin efecto la aplicación de los mismos, y con ellos quedó en el olvido el Día Femenino.

Por otra parte, hay gremios, como el de docentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en los cuales este artículo directamente no existe. Es decir que un trabajo que en su mayoría es hecho por mujeres ignora la importancia de contar con él. Lo mismo sucede en el ámbito de las empresas privadas.

La cuestión es que por olvido u omisión hoy en nuestro país la mayoría de las mujeres trabajadoras no tienen este derecho.

Algunas de las razones esgrimidas por las cuales no se aplica el Día Femenino, es que si la mujer se siente mal puede pedir licencia médica. Esto que parece un razonamiento basado en el sentido común, es difícil llevarlo a la práctica. En principio porque los médicos laborales no extienden certificados por un dolor menstrual como enfermedad y justificación de ausencia. Sin contar que las mismas, justificadas o no, suspenden automáticamente el pago del presentismo. Teniendo en cuenta que una gran parte de las mujeres tiene trabajos precarizados, es de suponer que entre sus opciones no exista la de faltar y perder esa suma, que aunque pequeña es muy importante.

El día femenino, la extensión de licencias por maternidad, espacios que funcionen como lactarios, flexibilización horaria para madres con niños menores a dos años, la instalación de jardines materno-paternales, son todas demandas largamente exigidas y que aún se encuentran pendientes.

Pero existe un límite muy delgado entre la exigencia de un derecho y la concesión a cambio de mínimas demandas como estrategia para aumentar las ganancias.
El Día Femenino junto con el resto de las demandas mencionadas son un derecho, y como tal deben ser ejercidos en libertad. Pero de ninguna manera pueden transformarse en nuevos eslabones de la larga cadena que oprime y explota a miles de mujeres en todo el mundo.