Sin sorpresas, Isabel Díaz Ayuso ha alcanzado la presidencia de la Comunidad de Madrid con los votos de PP, Cs y Vox, asumiendo públicamente que cumplirá a rajatabla el pacto con la extrema derecha.
Diego Lotito @diegolotito
Jueves 15 de agosto de 2019
Ayuso investida presidenta de Madrid con los votos a favor de PP, Cs y Vox. EFE/ Kiko Huesca
Con 68 de los 67 votos que necesitaba para formar gobierno, la candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha obtenido la mayoría absoluta de la cámara autonómica para ser investida como presidenta gracias al apoyo de Ciudadanos y la ultraderecha de Vox. Los 64 votos en contra fueron del PSOE, Mas Madrid y Unidas Podemos.
La investidura tuvo lugar después de que Ayuso se comprometiera públicamente a cumplir con los acuerdos programáticos pactados con Ignacio Aguado de Ciudadanos (que será su vicepresidente) y Rocío Monasterio de Vox. “A Ciudadanos y Vox les digo que tanto un proyecto como el otro se van a cumplir", ha dicho Díaz Ayuso. “El documento de Vox lo asumo en su totalidad, y lo voy a cumplir, esa es mi palabra, lo mismo que el acuerdo de 155 puntos con Cs”, ha afirmado este miércoles Ayuso, tras un agitado debate con los portavoces de Mas Madrid y Unidas Podemos - Madrid en Pie.
Ciudadanos ha reconocido que “el acuerdo costó”, como ha dicho Ignacio Aguado, aclarando que las propuestas de Vox “no son incompatibles” con su pacto con el PP y que “son perfectamente asumibles”. Y así fue sellada la triple alianza derechista que gobernará la comunidad de Madrid por los próximos cuatro años, con un presupuesto de 22.000 millones de euros, el tercero más importante del Estado español.
PP y CS, que se han repartido las 13 conserjerías del gobierno autonómico, intentarán aplicar el acuerdo de 155 medidas, basado bajar impuestos a los más ricos, expandir la educación concertada e impulsar nuevos pelotazos urbanísticos y contratos de infraestructura. Pero nada sucederá sin el apoyo de Vox, que cobrará su apoyo… y con creces.
La ultraderecha y la sartén por el mango
“Nuestro compromiso con el PP y Cs acaba en el momento que comienza el de ustedes con nosotros, que es en esta votación”, ha dicho este miércoles Monasterio, haciendo alarde de que sin la llave que representan los dos diputados ultraderechistas en la asamblea de Madrid no hay gobierno.
La ubicación de la representante de Vox, que jugará el juego de ser oposición y gobierno a la vez, busca mantener el protagonismo de la ultraderecha a pesar de su debilidad numérica. Porque apoyar la investidura no significa -y Monasterio se ha encargado de recalcarlo hasta el hartazgo- que vayan a aprobar automáticamente los presupuestos, ni que vayan a permitir que el Gobierno autonómico pierda el tiempo con “el cambio climático, el bienestar animal ni con toda esa patulea”.
Como hemos visto en Andalucía, donde Vox amenazó con tumbar los presupuestos del ejecutivo de PP y Cs hasta que vio reflejada en las cuentas la financiación de sus políticas, el gobierno autonómico madrileño promete cualquier cosa menos algo parecido a la normalidad y la estabilidad.
No sólo es VOX, es el PP
"Entre permitir un Gobierno del PSOE con comunistas y chavistas o apoyarle a usted [Isabel Díaz Ayuso], está claro lo que preferimos". Así comenzó su discurso Monasterio en la sesión de investidura, para defender a continuación su modelo de sociedad: mínima intervención estatal, menos impuestos, persecución a los inmigrantes y ponderación de la familia hetero patriarcal como eje central; por decirlo de algún modo, una mezcla rocambolesca de neoliberalismo y nacional-catolicismo.
El documento del pacto del PP con Vox prevé que Días Ayuso asuma buena parte del programa de la extrema derecha, como obligar a los centros educativos públicos a comunicar a los padres las temáticas de talleres y charlas antes del comienzo del curso; cambiar el sistema de identificación de los menores extranjeros no acompañados; defender que “hay que combatir el machismo, pero no a los hombres”, o promover la natalidad con una consejería específica de Familia.
Al mismo tiempo, el documento de Vox recoge plantea que las fuerzas de seguridad del Estado puedan acceder a los datos que tiene la Administración sobre los migrantes en situación irregular o "que cualquier tipo de acoso, discriminación o violencia será tratado de la misma forma, evitando que diferentes víctimas de acoso tengan diferentes grados de protección".
Vox representa, que duda cabe, una involución en derechos y libertades democráticas. Pero no sólo es Vox. En el gobierno de la comunidad seguirá el PP de toda la vida, el de las tramas de corrupción, los pelotazos urbanísticos, la persecución a los inmigrantes, los ataques a la sanidad, la educación y las pensiones. En pocas palabras, el gobierno de y para los ricos.
La saga del PP continúa
El Partido Popular ha mantenido el poder en la comunidad de Madrid ininterrumpidamente desde 1995. Esta vez fue la primera que perdió las elecciones -en manos del PSOE-, pero la alianza del “trifachito” le permitirá seguir en el trono. Díaz Ayuso añade así su nombre a la larga saga de presidentes (y presidentas) del PP en la Comunidad de Madrid: Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Jaime González, Cristina Cifuentes, Ángel Garrido y Pedro Rollán.
Esperanza Aguirre, de hecho, es a quien en su discurso de investidura Días Ayuso ha puesto como ejemplo y cuasi guía espiritual de su futura gestión. Si, la Aguirre, la “Margaret Thatcher” de la Comunidad por casi una década, la
que alcanzó el poder en noviembre de 2003 con el voto de dos tránsfugas del PSOE, la que siempre cayó bien parada a pesar de los escándalos mayúsculos de corrupción como la Púnica o la Gürtel. Y hay que reconocer que la nueva presidenta de la comunidad de Madrid le hace honor a su estirpe.
En 2011, una empresa participada por el padre de Ayuso recibió de la entidad semipública Avalmadrid un préstamo de 400.000 euros que nunca devolvió. Antes del primer impago, la hoy presidenta aceptó la donación familiar de dos inmuebles, que así quedaron fuera del alcance de posibles acreedores. Uno de los debates más broncos de la sesión de investidura fue justamente el cuestionamiento de las y los diputados de Mas Madrid y Unidas Podemos - Madrid en Pie sobre este hecho.
“¿Cuándo aceptó la donación de varios inmuebles por parte de un familiar era consciente de que garantizaban una deuda con Avalmadrid?”, le dijo Isabel Serra, portavoz de Unidas Podemos Madrid en Pie, durante el debate. “¿Era usted el contacto del PP con EICO [empresa investigada en la Púnica]?”, añadió antes de lanzarle: “¿Cuánto tiempo cree que va a pasar hasta que la Fiscalía Anticorrupción pida su imputación?”.
“¿Puede aclarar el posible delito de alzamiento de bienes, los 400.000 euros nunca devueltos, los cinco años sin pagar el IBI, la presunta relación con la trama de la Púnica?”, insistió Íñigo Errejón, de Más Madrid.
Díaz Ayuso evitó responder a los cuestionamientos, argumentando que se trata de “un asunto familiar y privado”. Peor aún, sostuvo que sacar a la luz pública el caso es parte de una campaña “machista” y de “acoso mediático” orquestada por la izquierda, según ha dicho Díaz Ayuso.
Cuánto dure el gobierno de Días Ayuso depende de múltiples factores, empezando por el equilibrio inestable de la triple alianza de derechas que la llevó al poder. Pero también, y mucho, en cómo resuelva la nueva presidenta crisis como la de Avalmadrid, que puede estallarle en la cara. Sin ir más lejos, el diputado de Más Madrid en la Asamblea, Eduardo Rubiño, ha anunciado este miércoles que su partido llevará a la Fiscalía las informaciones que relacionan a la presidenta de la Comunidad con el préstamo concedido a su padre.
Madrid, espejo y distorsión
En una columna de su blog en Público, Juan Tortosa escribió que “Madrid funciona como termómetro de la temperatura política del país, y que Vox presione en el ayuntamiento de Cibeles o en la sede autonómica de la Puerta del Sol adquiere mayor repercusión que si lo hace en cualquier otra institución del resto del país. El eco mediático añadido, qué duda cabe, está garantizado de antemano.”
Es cierto. Pero al mismo tiempo que es un espejo, Madrid distorsiona la realidad. Porque hay una contracara. Por un lado, el fortalecimiento del PSOE a costa de la disgregacion de las derechas y el fracaso del neorreformismo (a pesar de los intríngulis que por ahora han evitado que Sánchez sea investido). Por el otro, las fuertes nubes de tormenta que se aproximan en la economía europea y mundial. Por último, una sociedad hastiada de la precariedad laboral y la carestía de la vida, disimulada e intensificada a partes iguales en tiempos veraniegos. Se vienen tiempos interesantes, diría Confucio.
Diego Lotito
Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.