Dilma Rousseff da su alegato en el juicio político al que es sometida y que concluirá el miércoles, sellando el golpe institucional en Brasil.
Lunes 29 de agosto de 2016 12:21
La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, presentó en la mañana de este lunes sus alegatos finales en el juicio político que le puede costar el cargo y afirmó que el Senado "está a un paso de concretar un verdadero golpe de Estado”.
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En horas de la mañana, y acompañada por el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, la presidenta, suspendida en sus funciones tras el golpe institucional que dio lugar al inicio del impeachment, se presentó en el Senado para dar su declaración en el juicio político que se lleva adelante por supuesta malversación de fondos.
Con derecho a 30 minutos de exposición, en su discurso ante el Senado, Dilma afirmó que “El primero de enero asumí mi segundo mandato, fui electa por más de 54 millones de votos. Asumí un compromiso de defender y cumplir la Constitución para sustentar la unión y la independencia de Brasil. Respeté el compromiso que asumí y estoy orgullosa por ello”.
Luego se defendió de las acusaciones, diciendo que “Jamás atentaría y practicaría contra los intereses de los que me votaron. Como todos, tengo defectos y cometo errores, pero entre mis defectos, no están la cobardía y la deslealtad”.
Rousseff volvió a descalificar los cargos que la señalan de haber incurrido en maniobras ilegales para "maquillar" los presupuestos y reiteró que ha sido "acusada injusta y arbitrariamente" para darle viabilidad a "un golpe" promovido por la elite política y económica.
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Tras el alegato de Rousseff 47 senadores, que se anotaron previamente en un listado, están interrogando a la mandataria del Partido de los Trabajadores sobre las acusaciones que pesan sobre ella.
Para lograr la destitución, son necesarios al menos 54 votos del total de 81 senadores. Los aliados de Temer, el ex vicepresidente de Rousseff y actual presidente interino, afirman garantizar entre 60 y 61, por lo que estaría casi asegurado el triunfo del impeachment contra la mandataria del PT.
Rousseff, en su discurso, apeló a su militancia durante la dictadura militar brasileña, cuando fue encarcelada y torturada por los militares. "Vi compañeros mientras eran violentados y hasta asesinados. Era muy joven, tenía mucha esperanza en la vida. Tengo secuelas de tortura en el cuerpo y el alma, pero no cedí y resistí, resistí las tempestades del terror. Continué luchando por la democracia. Hoy, como en el pasado, resisto. No esperen de mí el silencio de los cobardes. No lucho por mi apego al poder, lucho por la verdad y por la justicia. Lucho por los pobres de mi país".
Desde que asumió su segundo mandato, en 2014, la profunda recesión que golpea a Brasil y los escándalos por corrupción marcaron su gobierno, lo que llevó a que hace nueve meses iniciara el proceso de juicio político que termina esta semana, con la votación final del Senado.
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