Como cada año, un sector de la clase trabajadora que aún conserva derechos recibe su aguinaldo, sin embargo, para la casta política mexicana es temporada de auto asignarse millonarias sumas de dinero a costas de la pobreza de millones.
Jueves 16 de diciembre de 2021
Según la Ley Federal del Trabajo (LFT) las y los trabajadores mexicanos tienen derecho a recibir el aguinaldo, sin embargo, en un país dominado por el trabajo informal y la precariedad laboral, es un derecho que no se cumple, es más, la mayoría de la población no conoce lo que es disfrutar de derechos sociales y laborales.
No obstante, existe una casta dorada de políticos pertenecientes a todos los partidos del Congreso perciben el aguinaldo más otras “compensaciones”. Aquí la cuestión no es que lo reciban, sino que son, las y los diputados los que se auto asignan millonarias cifras que contrastan con los bajos salarios que prevalecen en México.
Los diputados, saldrán de vacaciones con una dieta mensual de 75 mil 205.16 pesos; un aguinaldo equivalente a 40 días de dieta; una prima vacacional del 50% de 10 días de sueldo por cada periodo vacacional y 20 días hábiles al año en dos periodos de 10 días cada uno.
Diversos medios informaron que se les depositarán también 45 mil 786 pesos de asistencia legislativa, así como 28 mil 772 pesos de atención ciudadana y 12 mil 787 pesos del apoyo al que denominaron “atención ciudadana- apoyo de fin de año”.
En lo que respecta a los senadores cerraran el año con un pago mensual de 105.6 mil pesos, gratificación de fin de año por 40 días de dieta y una prima vacacional de 15 días de sueldo base, dividido en periodos anuales.
Políticos millonarios, trabajadores pobres
La primera pregunta que salta a la vista es ¿dónde quedó la austeridad republicana de Morena y la 4T? Al parecer, guardada en un cajón, porque es de sobra conocido que el partido guinda es mayoría en ambas cámaras. Sin mucho problema, podría votar por una reducción de tan exorbitantes salarios y destinar estos recursos a cubrir las necesidades más urgentes de la población en salud y educación, por ejemplo. Sin embargo, no lo hacen, porque Morena, en contraste con su discurso público, no busca acabar con los privilegios de los partidos del régimen, sino administrarlos.
Asimismo, la casta política que apoyó a AMLO para llegar a la presidencia, esperaba una recompensa luego de la victoria de 2018, la cual consiguió en forma de puestos y jugosos salarios. Esta situación es indignante si la comparamos con los sueldos de la mayoría de clase trabajadora, que rondan entre los 6 mil y 7 mil pesos al mes, sin olvidar que la creciente precarización ha aumentado las horas de trabajo, negado derechos laborales y hecho la vida cada vez más difícil.
Los socialistas consideramos que la única manera efectiva de terminar con los privilegios de unos cuantos, es exigir que cada legislador y diputado cobré lo mismo que una maestra de escuela pública, enfermera o un trabajador promedio, así como la revocabilidad en todo momento de parte de los electores hacia el servidor público. Con lo anterior los puestos públicos ya no serían objeto de la codicia de unos cuantos políticos rapaces y dichos recursos destinados a fines realmente importantes como la construcción de más y mejores escuelas y hospitales públicos, la contratación de más maestros y médicos, construcción de refugios para víctimas de violencia, etc.
Un gran ejemplo de lo anterior, y prueba de que es posible un cambio, lo ofreció el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad de Argentina. En las últimas elecciones la militancia de las y los trabajadores conquistó cuatro diputaciones nacionales, entre ellas, la de Alejandro Vilca, obrero de origen indígena. Los legisladores socialistas congruentes con su programa político no aceptaron el inflado salario que ofrece el congreso y cobran lo mismo que un trabajador promedio, y la vez, usan la tribuna parlamentaria para denunciar el ataque contra los derechos de los trabajadores y para llamar a la movilización en las calles. Enseñanza de la cual en México podemos aprender mucho.