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Red Internacional
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Burocracia Sindical. Dirigencias de la CUT aceptarían un “reajuste acotado” del salario mínimo

El pasado martes comenzó la discusión del ajuste del salario mínimo en el parlamento donde el gobierno propuso incrementar en 1.500 pesos los ya miserables 320mil que representa el salario mínimo en Chile, debido según ellos a la crisis económica y laboral producto del Covid-19.

Sábado 5 de septiembre de 2020

“No nos negamos a un reajuste acotado por este periodo, pero no pueden ser ni 1.500 pesos ni tampoco puede ser pensado que esto sea a un año”. Con estas palabras de Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores y militante del Partido Comunista de Jadue, nuevamente pone a la CUT al servicio del gobierno de los empresarios. Si bien, propuso un salario mínimo de 400 mil pesos, rápidamente acordó con el gobierno en que el reajuste este año sea acotado.

“Es impresentable que nosotros le protejamos las espaldas, una vez más, a los empresarios de nuestro país” sostuvo como crítica al paro de los camioneros. “Acá lo que necesitamos es la voluntad real y, yo, al empresariado no lo veo ni lo he escuchado”, refiriéndose a que el problema son los empresarios, lo cual no es ninguna novedad, pero lo que no menciona Bárbara Figueroa, quien también es profesora y parte de la dirección del Colegio de Profesores, es cuál es el rol de la CUT, la principal central de trabajadores hoy de Chile, ante todos los ataques que el gobierno ha llevado a cabo contra los trabajadores todo este año para beneficio de los grandes empresarios.

El silencio cómplice de las dirigencias de la CUT la han llevado a recibir críticas desde las bases de trabajadores que ven cómo ante el desempleo y leyes anti trabajadores como la de “protección al empleo”, que ahora tiene a más de 700 mil trabajadores suspendidos, en un universo de más de 2 millones de desocupados, no han hecho ni un intento de organizar a las y los trabajadores en asambleas virtuales para ver cómo enfrentar las miserables condiciones laborales y de vida a la que el gobierno en alianza con los empresarios los han llevado.

La hipocresía del Partido Comunista es alarmante: por un lado votan las leyes anti trabajadores en el congreso, como la ley de “protección al empleo” y con la figura de Jadue se muestran defensores de las sentidas demandas del pueblo pobre trabajador, pero a la hora de organizar a los trabajadores que ellos mismos dirigen para poder hacerle frente a medidas miserables como lo es un reajuste del salario mínimo de 1.500 pesos, siguen sin responder a la altura. “La CUT está en cuarentena” sostienen los trabajadores y, en cierto grado es cierto, para organizar a los trabajadores están callados, pero para reunirse con los empresarios no.

Para con los empresarios disposición a reunirse ¿y con los trabajadores?

“Nos vamos vamos a reunir con la CPC cuando quiera sentarse con la CUT y no cuando intente construir una interlocución falsa” sostuvo Bárbara Figueroa. Si bien sus palabras son una crítica a la Confederación de Producción y del Comercio (CPC) -principal organización empresarial en Chile que reúne a las más grandes fortunas del país como Luksic, Matte y Angelini-, mostrando que los empresarios son la piedra de tope para avanzar en mejores condiciones laborales, lo impresentable de sus palabras es que aún sabiendo los intereses y el actuar del empresariado en Chile sigan dispuestos a reunirse con la CPC y no con los trabajadores, quienes son despedidos, atacados con las suspensiones o que ven cómo se le recortan las horas o los derechos laborales en plena pandemia.

Las dirigencias de la CUT optan por el camino de los acuerdos con el gobierno y los empresarios, en un contexto en el que se augura una mayor crisis económica. La necesidad de organizarse para hacerle frente a los ataques del gobierno y los empresarios es más importante que nunca, en este sentido, las acciones que han protagonizado los portuarios que paralizaron sus puestos para hacerle presión a la votación de la ley del 10% en el congreso muestran que el camino a seguir es la organización de todos los sectores de trabajadores, la única forma de conseguir la fuerza para enfrentar a los dueños de Chile.

En ese sentido, urge desenmascarar el rol de la burocracia sindical del Partido Comunista en la CUT, que le asegura la pasividad social y la estabilidad al gobierno, cuando hoy lo que se necesita es enfrentarlo.

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