Este 12N se cumple un año de la huelga general más importante desde los 90’. Las y los trabajadores del Hospital Barros Luco Trudeau se manifestaron exigiendo la libertad de los presos políticos de la rebelión mientras en el sector primario en CESFAM y con marchas de miles en Plaza Dignidad las y los trabajadores alzaron la voz contra el precario presupuesto 2021, el Bono COVID, entre otras demandas. Estas luchas plantean la potencialidad del sector de salud para unificar demandas desde la base y de diferentes sectores contra el corporativismo. ¿Qué obstáculos toca enfrentar?
Jueves 12 de noviembre de 2020
A un año de la huelga general del 12 de noviembre las y los trabajadores de la salud del Hospital Barros Luco se manifiestan exigiendo la libertad de los presos políticos de la revuelta luego de una asamblea a la que asistieron decenas de trabajadores y también familiares de las y los presos políticos.
En Plaza dignidad miles de trabajadores de atención primaria salen a luchar por mejores condiciones salariales y contra un presupuesto que atenta contra la salud del conjunto de la población. También se organizan en CESFAM con asambleas, concentraciones, cortes de calle y actos culturales. En ambos casos las y los trabajadores de la salud demuestran su potencial luchando por demandas circunscritas tanto en el terreno sindical, como por demandas políticas que cuestionan el régimen heredado de la dictadura: la prisión preventiva a cientos de presos políticos de la revuelta como mecanismo de aleccionamiento para el conjunto de la población que salió a luchar en la rebelión, y el cuestionamiento a un sistema de salud precario, desfinanciado y segregador.
Esto ante un gobierno que responde otorgando el bono de satisfacción Tramo 1, pero a costa de mantener un precario presupuesto en salud que aumenta sólo $160 percápita. Tampoco han dicho nada sobre el Bono COVID.
Para movilizarnos sin temer a las amenazas del gobierno y directores, es urgente mostrar toda la fuerza de las y los trabajadores de la salud, cuya labor y entrega tanto en rebelión como en pandemia ha sido aplaudida por millones. Sin ir más lejos, los portuarios dieron su solidaridad al paro de atención primaria, siendo estos uno de los sectores estratégicos del país.
Para que la potencialidad de las y los trabajadores de la salud se convierta en un factor activo para retomar la lucha de octubre, es necesario superar el divisionismo que existe entre las diferentes organizaciones de trabajadores de la salud y pelear con un solo puño, con un paro nacional efectivo y unitario para conquistar todas nuestras demandas. ¿Cuánta fuerza se habría demostrado con la paralización total de la salud este 12 y 13 de noviembre y una marcha unitaria en Plaza Italia?
Así mismo es necesario organizarse desde la base con asambleas y un gran encuentro nacional de trabajadores de la salud convocado por las diferentes federaciones y confederaciones que sume con derecho a voz y voto a delegados de base.
También es necesario unificar las demandas del sector de la salud, con las demandas de la rebelión como la lucha por la libertad de los presos políticos o la pelea aún vigente y necesaria por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Sabemos que sólo con una huelga general y echando a Piñera podremos echar abajo la herencia de la dictadura y no con este proceso constitucional controlado por los mismos partidos del régimen de siempre. Para eso necesitamos la más amplia unidad de trabajadores, estudiantes, jóvenes, mujeres, pueblo mapuche y sectores populares y unir nuestras reivindicaciones en un pliego único de demandas.
En las movilizaciones de este 12N el sector de la salud mostró toda su potencialidad para unificar las demandas de diferentes sectores y su fuerza de lucha. Con esa fuerza levantemos un plan de lucha ascendente para preparar efectivamente y desde la base un paro nacional unitario, convocado por las diferentes organizaciones de la salud (Confenats, Fedasap, Fentess, Fenats Nacional, Fenpruss, Fenasenf, Fenats Histórica, Confusam, Colmed, Conafutech, Fenacoor, Fenfussap, entre otras), las principales organizaciones sindicales (CUT, ANEF, CdP…), sociales, de DDHH, del movimiento de mujeres, asambleas territoriales, que incorpore la pelea por la libertad de los presos y la lucha por sistema de salud pública, unificado y nacional, echando abajo el negocio de los privados, contra los despidos y por un salario mínimo acorde a la canasta familiar ¡No más precarización de nuestro trabajo! ¡No más precarización de la salud pública! ¡No más precarización de nuestras condiciones de vida! ¡Libertad ahora de las y los presos políticos de la revuelta!