Asamblea legislativa. Discurso presidencial: cuatro mentiras de Milei sobre la economía

A 82 días de asumir el gobierno, el presidente realizó el discurso de apertura de la Asamblea Legislativa en el Congreso. Sin anuncios contundentes en materia económica, repitió el libreto liberal desde su asunción y reafirmó que seguirá acelerando el rumbo del “cambio”: más ajuste fiscal, reducción de la planta estatal, liberalización de precios y tarifazos, junto con un horizonte de reformas laborales antiobreras y previsional.

Entre sus definiciones económicas se destacan cuatro falacias sobre el impacto de sus medidas. Quien paga el ajuste, ¿la casta, o los trabajadores y el pueblo pobre?

1. Ajuste fiscal: “Fue sobre sector publico y no sobre el sector privado”

Milei planteó que en enero llevaron adelante “la reducción del gasto público más profunda de la historia” y que este ajuste “no recayó sobre el sector privado”. Pero los datos muestran otra cosa: la “licuadora” inflacionaria de Milei y Caputo sobre jubilaciones y salarios públicos explicaron la mayor parte del “superávit fiscal” que festeja el Gobierno.

De acuerdo a los datos publicados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) se desprende que de cada $100 de superávit financiero obtenido, $ 64 se los sacaron a los jubilados.

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“Todos los conceptos mostraron disminuciones reales en la comparación interanual, siendo las más significativas las observadas en los gastos de capital (-75,6% a/a), programas sociales (-59,6% a/a), transferencias corrientes a provincias (-53,3% a/a), jubilaciones y pensiones (-32,5% a/a), gastos en personal (-18,0% a/a), asignaciones familiares (-17,7% a/a) y transferencias a universidades (-16,5% a/a).” indica el informe de OPC.

Por primera vez, el Estado destinó en enero más plata para pagar intereses de deuda que jubilaciones y pensione.

El ajuste no lo pagó la casta. Salvo con “sector privado” Milei se refiera exclusivamente a las grandes empresas, que se hicieron un festín con salarios deprimidos y precios por las nubes.

Pero su relato busca insinuar que no son los trabajadores que día a día mueven la economía quienes sufren las consecuencias del ajuste. Un discurso que choca con la realidad de los aumentos de alimentos, tarifas de servicios y transporte, combustible, prepagas, alquileres, entre otros gastos que realizan las familias trabajadoras mes a mes.

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Milei también mencionó la motosierra del recorte de la obra pública. Lo que complicó aún más el freno en la construcción y en la actividad económica, que ya empieza a ver peligrar miles de puestos de trabajo.

2. Alquileres: “Bajaron los precios de los alquileres”

El presidente recordó que con el DNU se tiró abajo la ley de alquileres y en consecuencia, sin esa regulación, bajaron los precios de los alquileres.Nada más opuesto a la realidad. Sólo en enero los precios de los alquileres treparon un 16%. El precio medio de alquiler de un departamento de 2 ambientes zona norte del Gran Buenos Aires se ubica en $ 335.845 por mes, de acuerdo al relevamiento de Zonaprop. “Los departamentos grandes son los de mayor incremento de precio en enero”, indica el reporte.

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En 2023 los alquileres subieron alrededor del 260% en CABA. El drama habitacional se profundiza para millones de familias que cada vez destinan mayor parte de sus ingresos a pagar la renta. La eliminación de la ley de alquileres ha dejado a los inquilinos sujetos a las condiciones leoninas del lobby inmobiliario, en algunas zonas llegan a pedir contratos en dólares.

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— Inquilinos Agrupados (@InquilinosAgrup) March 2, 2024

3. Jubilaciones: “Hay 4 millones de trabajadores que no aportaron y no cumplieron su deber”

Milei apunta ahora a atacar a las jubilaciones por moratoria. De acuerdo a los datos oficiales, al día de hoy hay cerca de 3,6 millones de titulares que perciben jubilaciones y pensiones por moratoria, según las estadísticas de la Secretaría de Trabajo. El 75 % son mujeres.

Se trata de trabajadoras y trabajadores que aportaron a la sociedad toda su vida trabajando, pero son invisibles a los registros públicos. Si las personas próximas a jubilarse hoy no pueden hacerlo y necesitan una moratoria, no fue por elección, es por haber trabajado en la informalidad o por haber estado en ciertos períodos desempleados.

En su gran mayoría, es también, por haber realizado tareas como las de limpieza, cocina, cuidado de niños, enfermos y personas mayores, etc, tareas hechas fundamentalmente por mujeres que no fueron reconocidas ni remuneradas, pero que cumplen un rol fundamental en la reproducción de la fuerza de trabajo. Esas mujeres no tienen aportes no porque no han querido, sino por un sistema capitalista patriarcal que no reconoce ese trabajo realizado y no remunerado.

Además, el sistema previsional se financia en gran parte, y cada vez más, con recursos impositivos, que hoy recaen sobre todo al consumo y en forma regresiva sobre sectores de menores ingresos. Consumo que estas personas han realizado, brindando recursos al sistema. Justamente son quienes tienen menos tienen o trabajan en la precariedad, los que destinan la mayor parte de sus ingresos a comprar bienes y servicios para vivir. Distinto a los grandes empresarios y encabezan las listas de evasión y fuga.

En los próximos años el 90 % de las mujeres no podría acceder a una jubilación ordinaria porque no reúne los 30 años de aporte que requiere el sistema, por lo cual la única forma de jubilarse es vía moratoria.

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4. Salarios: “El salario real es de 300 dólares, cuando en la década del ´90 llegó a 1800 dólares”

En otra reivindicación de la casta menemista, que no es la primera vez que Milei plantea públicamente, afirmó que Menem y Cavallo en los años ´90 subieron los salarios hasta el valor de 1800 dólares. Una locura.

El salario mínimo en la convertibilidad equivalía a 200 dólares y las jubilaciones mínimas a 150 dólares.

Las cifras arrojadas por el Ministerio de Trabajo entre 1994 y 2001, los trabajadores registrados (Ripte) como máximo en algún momento se llegó a percibir 900 pesos (equivalentes a 900 dólares), pero los valores estuvieron por debajo de eso. Incluso en el caso de los no registrados el promedio es mucho menor.

La única realidad es que hoy el salario mínimo es de 180 dólares y sólo con la inflación de diciembre los salarios en promedio se desplomaron un 14%, con un deterioro que continuó en enero y febrero.

Milei y "su nuevo orden" son una declaración de guerra contra la clase trabajadora que viene soportando todo el peso de este ajuste. Ahora llama a los gobernadores a un pacto fiscal buscando conseguir algún consenso político para seguir avasallando conquistas laborales y recortando partidas como educación, gasto social y jubilaciones.

La devaluación de diciembre no sólo recalentó los precios -que en sólo dos meses sumaron un 51,3%- en consecuencia se desplomaron las ventas porque la plata no alcanza. La recesión se profundiza y marzo comienza con nuevos anuncios de despidos. Son las consecuencias del plan de Milei, Caputo y el FMI, por eso hay que enfrentarlos en las calles, exigiendo a las centrales sindicales que convoquen a un paro nacional y un verdadero plan de lucha. También se necesita impulsar una coordinación desde abajo en lugares de trabajo, estudio y en las asambleas barriales que vienen dando una fuerte pelea contra el plan motosierra.

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