“El sur se renueva” reza el slogan del PRO: a la mudanza de la sede del Gobierno de la Ciudad a Parque Patricios y Parque Lezama, la extensión red de subte H y del metrobus se suma que el Distrito Tecnológico acaba de alcanzar las 200 empresas radicadas, atraídas por 14 años de exención impositiva.
Andrés Arnone Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA)
Sábado 18 de abril de 2015
En 2009 el proyecto de Macri presentaba a la nueva oleada de inversiones como un beneficio tanto para los vecinos como para los empresarios que se instalen allí. Para esto ofrece una serie de exenciones de impuestos como Ingresos Brutos para personas físicas o jurídicas dedicadas a las tecnologías de la información y a las comunicaciones.
Polos de ganancias
El total de exenciones impositivas viene significando un ahorro de $70 millones para estas empresas, que ya han reubicando los puestos de trabajo de 10.000 personas, según informes del gobierno porteño. Mientras tanto, los trabajadores municipales desplazados a estos barrios seguirán bajo las múltiples formas de contratación precaria que abundan en el Estado.
Los nuevos vecinos del sector privado no se quedan atrás en ese aspecto, como lo saben bien los trabajadores de Telefónica, de Gestión Compartida (Grupo Clarín) y de los call centers, sin mencionar a empresas amigas del PRO como Iron Mountain, acusada de incendiar sus propias instalaciones para desaparecer documentación comprometedora sobre lavado de dinero.
Este proceso también significa la consolidación del área como una de las de mayor rentabilidad para las empresas de construcción. En el 2008, antes de los planes de Macri para “revitalizar al Sur”, el precio del m2 en Parque Patricios era de alrededor de U$S 1.100 y hoy el precio se disparó a U$S 1.800. Este aumento de precios fue un 15% mayor que la revalorización promedio del resto de la ciudad.
Esto puede considerarse un éxito para su lógica de negocios, ya que el mercado vuelve a tener en cuenta a una zona muy cercana al centro. Para contrastar este salto con otros barrios, comparémoslo con Recoleta, donde antes el precio del m2 era un 100% más caro, achicándose ahora la brecha a solo un 40%.
Al tecnológico se le suman el Polo Farmacéutico en Villa Lugano, el Distrito del Diseño en Barracas, el de las Artes en La Boca y San Telmo y el Audiovisual en Chacarita, todos con los mismas exenciones impositivas. La estrategia de “revitalizar el sur” de los planificadores urbanos del PRO pasa centralmente por habilitar nuevas zonas productivas para atraer inversiones. Intervenciones urbanas de este tipo nunca resultaron en una mejora de las condiciones laborales de quienes trabajan en aquellas empresas, ni de los habitantes tradicionales.
¿Progreso para quiénes? Más viviendas vacías, y más caras
Las propuestas de los urbanistas de mercado apuntan a una “revitalización urbana” orientada a la revalorización de la propiedad y no de sus habitantes. Esto, con el correr de los años, va desplazando a la población original de barrio al no poder hacer frente al aumento del costo de vida resultante de esa elitización gradual. Este mismo proceso de gentrificación también se vivió en Palermo Holywood, San Telmo y otros lugares degradados, donde las inversiones son atraídas por el suelo barato o los incentivos estatales.
Hoy los ingresos en el sur de la ciudad son un 40% más bajos que el promedio de la ciudad, y ninguna política de “revitalización urbana” real puede pensarse sin tener en cuenta a los trabajadores, tanto los residentes como los que trabajan en la zona. La raíz de la degradación urbana tiene su raíz en la de los ingresos de los trabajadores, al no poder mantener el estado de sus casas.
Los resultados de más de 20 años de gobiernos de la UCR, el PJ y el PRO son evidentes. El censo de 2010 en la ciudad de Buenos Aires revela que hay un 125 % más de viviendas vacías, llegando a 340 mil, y 75.252 habitantes menos que en 1991; en ese tiempo el precio del m2 aumentó un 100% en U$S.
Esta es una de las causas de que las villas se hayan cuadruplicado, aumentando de 50 mil habitantes a 275 mil aproximadamente en el mismo período. Escenarios similares de especulación y exclusión urbana se repiten en todas las grandes ciudades del país gobernadas tanto por los kirchneristas como por los radicales, el PRO o UNEN.
Las cifras concretas demuestran la imposibilidad de conciliar el acceso a la ciudad y a la vivienda para los trabajadores y sectores medios, con los negocios para las grandes constructoras y desarrolladores urbanos. Es por eso que en estas elecciones necesitamos instalar en la agenda política una profunda reforma urbana opuesta a la ciudad de los negocios.
Desde el PTS en el Frente de Izquierda proponemos una salida al problema de la vivienda, comenzando por: