La pandemia por COVID-19 viene golpeando a nivel mundial, siendo los más pobres quienes se llevan la peor parte, cuarentenas y aislamientos para quienes puedan, mientras millones deben seguir exponiéndose al virus, como son las y los trabajadores de la limpieza de los hospitales.
Agrupación "Abran Paso" Agrupación de trabajadoras y trabajadores de la salud
Domingo 29 de marzo de 2020
Hace ya casi cuatro meses comenzó el brote del virus COVID-19 en China, expandiéndose a nivel mundial llegando a ser miles los contagiados y muertos, expandiéndose por Europa llegando a América.
En países de América Latina llegó hace un par de meses, estando Chile en la lista de países donde más rápido ha avanzado, con una salud pública por el suelo que hasta hoy no responde a las necesidades de la población trabajadora y pobre, ya son más de miles los contagiados, y el gobierno de Sebastián Piñera con Jaime Mañalich a la cabeza del ministerio de salud no han dado una respuesta a la altura de la situación, su único interés ha sido mantener las ganancias empresariales a costa de enfermar y permitir que mueran a causa del virus.
En redes han salido varias denuncias de los hospitales a lo largo del país mostrando las condiciones en que las y los trabajadores de la salud deben trabajar para hacer frente al virus, atendiendo a las y los contagiados. Muchos plantean que se queden en las casas para no expandir el virus, mientras detrás de las frías paredes de los hospitales, la primera línea de la salud arriesga sus vidas y la de sus familias por no tener la condiciones necesarias de protección.
Que la organización de las y los trabajadores sea el virus que se expanda en los lugares de trabajo
En Antofagasta no es distinta la situación, en un hospital concesionado que tiene externalizados a los sectores más precarios y con las peores condiciones laborales decidieron decir basta. Las y los trabajadores del Sindicato N1 de la empresa concesionaria Siglo XXI, quienes realizan las labores de aseo, lavandería y mantención sacaron la voz por todas y todos esos trabajadores de la salud que deben trabajar sin las medidas de protección necesaria.
Organizadas en asamblea impulsaron una comisión de higiene y seguridad para velar por el cumplimiento de estas medidas, paralizando dos días hasta que los empresarios de la salud dieron respuesta.
En esta lucha se conquistaron sus demandas, pero lo más central fue la experiencia que vivieron y los métodos de organización que quedó en sus conciencias. Eligieron delegados para la comisión de higiene y seguridad para poder fiscalizar que se cumplieran las medidas de seguridad, democráticamente votados en asamblea por sus mismos compañeros y compañeras, decidieron movilizarse y mostrar su fuerza, parando hasta que llegaran a dar respuesta a sus demandas, hicieron temblar el hospital.
La asamblea se convirtió en el momento donde deliberaban frente a las propuestas de la empresa, todas y todos tenían voz y eran escuchados, las decisiones no pasan solo por los dirigentes sino que también por sus delegados los mismos que las y los trabajadores eligieron como representantes y ninguna reunión con la empresa se hacía a puertas cerradas.
Sus ansias de conseguir las condiciones mínimas de seguridad para sus trabajadores daban la fuerza para no bajar los brazos, paralizando un turno completo por dos días, algo que jamás se ha visto en el hospital más grande de América Latina, los sectores más precarizados sacaron la voz.
Todas y todos sabían que tenían la fuerza para hacer que el hospital no funcionara hasta que tuvieran respuestas, “sin limpieza no hay salud”.
Hoy no solo conquistaron sus demandas sino que hicieron consciente su fuerza, la fuerza de quienes mueven al mundo. Que esta lucha no acaba aquí y siga hasta terminar con el subcontrato, la herencia de Pinochet que permite la precarización de servicios tan esenciales como el aseo, hay que tocar las ganancias de los grandes empresarios, así como lo hicieron las y los trabajadores del aseo en el hospital de Antofagasta, porque no solo arrebataron lo que les correspondía, sino que tomaron en sus manos su propia seguridad mediante la comisión de higiene y seguridad quien se hará cargo de ahora en adelante de la repartición de insumos para protegerse contra el virus y así no poner en riesgo sus vidas y la de sus familias.