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Red Internacional
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#UNAMNOPAGA. Docentes de la UNAM en pie de lucha ¿qué hace falta para vencer?

El movimiento en la UNAM se encuentra en una encrucijada, planteamos aquí algunas perspectivas para el mismo.

Sábado 15 de mayo de 2021

El movimiento de #UNAMNoPaga que desde hace casi dos meses ha aglutinado a cientos de docentes de las diferentes escuelas y facultades de la UNAM y a miles de estudiantes que se han hecho parte a través de las movilizaciones convocadas por la Asamblea InterUNAM, de las asambleas en las escuelas ya sea en las salas de zoom o en las transmisiones en facebook y votando paros a través de formularios, ha demostrado el enorme descontento por las precarias condiciones en las que se han desenvuelto las clases en línea como parte de la política de “la nueva normalidad”, con docentes que no reciben salario a pesar de tener que financiar los insumos para que “la UNAM no pare” y con miles de estudiantes perdiendo el derecho a estudiar por falta de luz, internet o porque tienen que trabajar.

Ante las terribles condiciones que ha dejado la pandemia, hay sectores que se han mantenido en lucha, como la huelga de notimex, o las luchas del sector salud, y trabajadores precarizados como los repartidores.

Las y los trabajadores de la educación, académicos y administrativos, así como estudiantes, no hemos sido una excepción, ejemplos tenemos varios, como el paro de estudiantil en la sede Cuauhtémoc de las UBBJ que duró medio año y que luchaba contra la precarización y despidos de docentes, los docentes despedidos de la UACM por organizarse por derechos laborales, la lucha de las y los normalistas contra el recorte presupuestal, de los estudiantes de la UAdeC, la UACJ, el TESCO y demás universidades de los estados contra la imposición de cuotas, de las trabajadoras de intendencia despedidas del IEMS y más recientemente de los estudiantes y docentes de la ENAH contra el recorte de materias.

Todas son luchas que son parte de la defensa de la educación pública y que enfrentan el ataque generalizado al sector, ataque que busca elitizar cada vez más el acceso a este derecho básico, atacar aún más las condiciones laborales del sector y convertirlo cada vez más en un negocio para los empresarios, con programas como el Aprende en Casa que ha significado un importante incremento en las ganancias de Salinas Pliego y Azcárraga Jean.

Estas políticas, promovidas desde los gobiernos del PRI y el PAN con medidas como la Reforma Educativa, son producto de la subordinación a los planes de los organismos internacionales como el FMI, la OCDE y el Banco Mundial y que mantienen su continuidad bajo el gobierno de la 4T a pesar de que mantenga un discurso que apunta a la universalidad del derecho a la educación y levantó la consigna de abajo la reforma educativa, para después aprobar una que en un 90% mantiene la política del PRI y más recientemente votar mayoritariamente la LGES.

En ese sentido, la lucha que se da hoy al interior de la UNAM es un ejemplo de los combates que están por venir, pues desde hace años no veíamos un movimiento con este alcance que denunciara las condiciones laborales tan naturalizadas en la universidad, pero para transformarlas de raíz, es necesario ver el cuadro completo, pues, aunque hoy arranquemos los pagos adeudados o que se abran más concursos de oposición, los planes de ataque a la educación se mantendrán. Es por eso que es urgente una política que apele a construir la mayor unidad, al interior de la UNAM con los tres sectores que la componen, pero también con el conjunto del sector educativo.

¿Confianza en las autoridades o reforzar el movimiento?

Como siempre que se busca reconstruir un proceso político, ya sea dentro de las universidades o en algún sector de trabajadores, viejos debates se reavivan, se reactualizan, toman nuevas sendas, apodos y nombres, pero el contenido sigue siendo el mismo. En el actual proceso es claro que existen dos perspectivas, que, aunque comparten espacio organizativo, no comparten ni perspectiva ni horizonte político.

En primer lugar, existe un bloque que pugna por un movimiento que sea de docentes, al que estudiantes y administrativos nos sumemos únicamente de manera solidaria, proponiendo que el conflicto se centre exclusivamente en los problemáticas de la UNAM, aislándolo así del resto de los sectores educativos, y buscando a toda costa, que se realice un diálogo que negocie el pliego petitorio de manera expedita, confiando en que las autoridades puedan resolver nuestras demandas, dejando de lado todo tipo de iniciativas que abonen a la autoorganización y a la confianza en los fuerzas propias y no a los canales institucionales y sin cuestionar las políticas de los partidos del régimen y el gobierno de la 4T que en armonía con la Rectoría, buscan a toda costa que este proceso no se desarrolle.

Por otra parte, estamos quienes mantenemos una postura contraria, que apunta a que el movimiento #UNAMNoPaga, logre articular las demandas de docentes, trabajadores y estudiantes. Pues sólo la unidad de estos sectores con total independencia de las autoridades, expresada en asambleas y en movilizaciones, podrá arrancar, ya no sólo el pago a los y las profesoras, sino una Universidad al servicio de las grandes mayorías y no controlada por una cúpula de funcionarios con sueldos millonarios. Además, sostenemos, que lo que se expresa en la UNAM es parte de un ataque generalizado a la educación y en ese sentido no podemos responder de manera aislada, sino que debe ser con el conjunto del sector educativo a nivel nacional.

Los directivos de las diferentes dependencias amenazan con despidos o sanciones laborales a los docentes si deciden organizarse, aprovechándose de que pueden otorgar plazas de manera discrecional gracias a la estructura antidemocrática y al criminal Estatuto de Personal Académico (EPA). En donde los profesores y profesoras han logrado organizar asambleas, algunos docentes, la mayoría de carrera y afines a las direcciones, se encargan de entorpecer los espacios organizativos, rebajando las demandas, directamente echando abajo las asambleas y haciéndose parte de la división con el estudiantado con la discusión del paro. Es el caso del comunicado sacado por un sector de docentes de Ciencias y reproducido por El Universal, que criminaliza a quienes se organizan en la asamblea de dicha facultad, acusándolos de antisemitas y misóginos sin ningún fundamento.

En el estudiantado, las autoridades han maniobrado para contraponer los intereses de este sector con la lucha de los docentes, polarizando a ambos en torno a la discusión de si se mantienen o no los paros, llamando a mesas de negociación a los docentes por academias o colegios y buscando impedir que se conformen asambleas tripartitas, como en la FES Iztacala y algunos CCHs. Buscan contraponer a estudiantes que votaron, impulsan y sostienen el paro, haciendo todo tipo de amenazas como que el semestre se perderá, que las becas serán canceladas o declarando cínicamente que el problema de pagos ha sido resuelto.

Hay también sectores de estudiantes que se pliegan a la política de las autoridades buscando cerrar las asambleas, polarizar a la comunidad contra quienes proponemos un programa combativo, evitando que el estudiantado sea parte de discusiones amplias y democráticas al llegar con acuerdos precocidos de cómo proceder, alejando y despolitizando las asambleas y convirtiéndolas en espacios deliberativos de unos pocos, como ha sucedido en la FCPyS con el Consejo Estudiantil que se autodenomina representativo de la comunidad.

Para evitar esta situación es claro, que las asambleas tripartitas son la única vía para fortalecer al movimiento, no la participación sectorial y dividida que no logra demostrar toda la fuerza social que tenemos. La tarea del movimiento es vencer la división impuesta por las autoridades, con la consigna de que ninguna demanda es aislada, pues mientras los docentes no reciben pago, 150 trabajadores por honorarios del CUAIEED son despedidos y miles de estudiantes pierden el derecho a estudiar. Los responsables son los mismos, Enrique Graue y todos los altos funcionarios y directivos, los partidos del régimen y el propio gobierno, que además impondrán el regreso a clases presenciales sin vacunación para el 100% de la comunidad universitaria. Si hay un enemigo en común, hay que responder de manera unitaria.

Contra la tregua de los sindicatos: unidad de administrativos sindicalizados y docentes precarios

Como ya mencionamos, las direcciones sindicales, principalmente del STUNAM, afiliada a la UNT -que a pesar de reclamarse democrática recientemente se sentó a negociar la reforma al outsourcing, legitimando la continuidad de la precariedad-, se ha negado a abrazar la lucha de los y las profesoras, buscando mantener la división que se impuso a los trabajadores administrativos de los docentes con la división de sindicatos. La Corriente Roja se ha limitado a declarar la solidaridad sin permitir que la base del sindicato discuta cómo sumarse al movimiento, mientras que la oposición unida, no ha hecho ningún esfuerzo para que sea el conjunto del sindicato el que abrace en los hechos la lucha docente, sumándose a las asambleas y a las jornadas de lucha, lo cual cambiaría sustancialmente la correlación de fuerzas del movimiento.

Lo que hay de fondo es la tregua que mantiene esta burocracia sindical con la patronal, que en este caso es la Rectoría, impidiendo la unidad entre sindicalizados y precarios para que estos sectores no vean sus necesidades como comunes, dividiendo y conteniendo el descontento que existe en ambos sectores por la falta de pagos, adeudos de horas extras, pagos únicos y despidos.

El Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de las y los profesores, cuyo titular es el APPAUNAM, un sindicato totalmente pro-patronal, tiene a la planta docente en total desprotección con un sin fin de modos de contratación que en últimas busca que compitan por su materia laboral de manera individual. Este sindicato, que sirve a la patronal para que las condiciones de precarización se mantengan, tuvo el descaro de declarar que recibir salarios en tiempos de pandemia es un “privilegio”.

Pero la dirección sindical de Agustín Rodríguez no es lo mismo que la base trabajadora afiliada al STUNAM, misma que también ha sufrido ataques a su CCT y a la cual el yugo de su dirección ha impuesto que no se solidaricen de forma activa con el movimiento docente, aunque de sobra sabemos, que la base trabajadora está al tanto de la situación de los docentes e históricamente se ha solidarizado con el movimiento estudiantil.

Pensemos el potencial que tendría que el STUNAM (que aglutina a más de 26 mil trabajadores y 4 mil docentes) se pusiera al servicio de la lucha actual de docentes, o más aún, pensemos en el potencial que podría tener un sindicato único que aglutine a docentes y administrativos y que verdaderamente defienda sus derechos laborales. De ahí que se vuelve clave por un lado, romper con el APPAUNAM, y plantear una afiliación masiva al STUNAM de docentes, a la par de recuperar el sindicato como una herramienta de lucha de sus agremiados, barriendo con los dirigentes enquistados como Agustín Rodríguez, y para garantizar que la estabilidad y el salario digno no sean “un privilegio” sino un derecho conquistado. Pero también se vuelve urgente que las centrales sindicales y sindicatos del gremio educativo, rompan la tregua con el gobierno y pasen de los “comunicados de solidaridad” a la lucha activa y en las calles, encabezando un plan de acción unificado que pueda hacerle frente a todos los ataques a la educación pública.

Autoorganización y unidad obrero estudiantil frente a la precarización y el regreso a clases

Las autoridades universitarias quieren a toda costa que este proceso no se desarrolle ni avance en cuestionar el resto de problemas de la universidad que tienen como origen común la antidemocrática y medieval estructura de la UNAM. Como en otros procesos, aunque con claros matices, su modus operandi es intentar convencer de que las carencias, en este caso la falta de pagos, pueden ser resueltas en los propios marcos del funcionamiento actual de la universidad. Que con programas para abrir concursos de oposición se resuelve la demanda de basificación, pero estos concursos mantienen intacta la forma discrecional en la que las direcciones y coordinaciones otorgan plazas, además de que imponen la competencia entre docentes.

Ahora el interés por frenar el movimiento de #UNAMNoPaga responde también a garantizar unas elecciones “tersas”, sin posibilidades de que se generalice y articule el descontento por las condiciones de precariedad de las grandes mayorías. Por eso es importante evidenciar que hay sectores del movimiento que mantienen una lógica de aislamiento para las y los docentes, e imponen métodos burocráticos para impedir que el movimiento se fortalezca sobre la base de la unidad dentro y fuera de la UNAM. Dividir las demandas de docentes y estudiantes, y confiar en que las autoridades resolverán “de buena fe” el conflicto, esa es la política que sostienen estos sectores, y que de imponerse llevarán al aislamiento y el debilitamiento del movimiento.

Ahora se suma el regreso al trabajo de sectores administrativos, con el nuevo semáforo en amarillo, y se mantiene como tensión constante un regreso a clases acelerado; no podemos permitir que la vuelta a las aulas sea a costa de nuestras vidas y las de nuestras familias.

Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista y la agrupación Desde las Bases STUNAM, creemos que es vital apuntalar a una política de unidad para enfrentar, no solo la precarización en la UNAM, sino el ataque conjunto al sector educativo. Fortaleciendo los espacios organizativos y de discusión, con la más amplia unidad, sobre la base de un plan de lucha que unifique nuestras demandas.

Este es el único camino hacia una universidad con un gobierno tripartito con mayoría estudiantil; es decir, que esté gobernada por los sectores que le damos vida y que conocemos de primera mano sus necesidades, para poner la educación al servicio de las grandes mayorías y no del imperialismo, los partidos del régimen y el empresariado. Lo vertido aquí es parte de la perspectiva que impulsamos y que invitamos a docentes, estudiantes y trabajadores a discutir con nosotres para fortalecer el movimiento y plantearnos una perspectiva para vencer.