Parafraseando a Marx en su respuesta a Proudhon, el acuerdo salarial firmado por Conadu, Fedun y Fagdut para la docencia universitaria, desnuda lo miserable del aparateo y burocratización de los mecanismos de regulación del trabajo.
Viernes 30 de octubre de 2020 17:09
En tiempos de crisis se evidencia su debilidad para defender las condiciones de vida de las y los trabajadores y las fisuras de la “forma sindical” sacralizada.
En efecto, con el voto de esas representaciones de docentes universitarios de segundo grado y con solo CONADU Histórica en contra, se aprobó el 28 de octubre un miserable “aumento” del 7%.
Los argumentos esgrimidos para tan vergonzosa aprobación fueron de tenor económico y político. Por el primero se adujo que con el aumento se empata a la inflación. Solo un contorsionista de los números puede afirmar sin sonrojarse tan insólita afirmación. Comparando INDEC y salarios se ve rápidamente el derrumbe anual del 18% del poder adquisitivo.
Desde el aspecto político, vale la pena transcribir en imagen lo afirmado por el secretario general de la CONADU:
Según estos dichos, cualquier lectura del crecimiento de desigualdad en pandemia, las concesiones al gran capital financiero, agroexportador o minero multinacional y local hay que guardarlas bajo la alfombra para no ser “funcional a la derecha”. Un día después de la firma, el 29 de octubre, Guernica, como metáfora y literalidad dejó definitivamente vacío el argumento.
¿Cuánto gana un docente universitario?
Les docentes autoconvocades de la Universidad Nacional de Villa María hacen un análisis a partir de la planta de su propia Universidad. Los cálculos sobre 966 registrados resultan los siguientes:
Esto es, el 81% de los cargos se encuentran muy lejos de la línea de pobreza estimada por el INDEC en $47.219 para una familia de cuatro integrantes. El 7% en estos números es una pizza o con suerte la factura de INTERNET. En las otras 56 universidades nacionales la situación es igual o peor.
Les docentes han sostenido la educación pública universitaria en condiciones adversas, propias del teletrabajo plebeyo: supresión de los límites entre trabajo remunerado y no remunerado y extrema intensificación en ambos andariveles: estrés, insomnio, problemas osteoarticulares, angustia, deterioro ocular; la casa convertida en aula en hábitats no preparados para ello; problemas de conectividad; la totalidad de los gastos a cuenta de estudiantes y docentes que horada más la precariedad son algunas de las consecuencias.
Docencia universitaria en Córdoba
La Universidad de Río Cuarto, en CONADU, rechazó en asamblea la oferta. En la Universidad Nacional de Córdoba se hizo una consulta virtual y el 71% de las y los docentes afiliados rechazó la oferta. En Villa María el gremio ni siquiera informó que se discutían paritarias. Lxs autoconvocadxs asumieron la tarea de informar, organizar, cuestionar. Tanto CONADU, en la que se insertan Río Cuarto y Córdoba, como FEDUN a la que obedece el gremio reconocido de Villa María votaron por aprobar la oferta. Les docentes están enojades. Quieren independencia sindical. Salvando las distancias, como la filosofía, la discusión sobre la paritaria se constituye en una herramienta de lucha para los trabajadores.
Como en la mayoría de los sectores castigados por la crisis sanitaria, económica y social y por la decisión de “resolverla” vía ajuste a las y los trabajadores ocupados o desocupados; formales o informales; surge la protesta, la autoconvocatoria, el desborde de las conducciones gremiales, se evidencia el anquilosamiento de las formas “tradicionales”.
En Córdoba el reclamo y la movilización genuinas, las que poco lugar ocupan en los medios hegemónicos, las nacidas desde el grito de los explotados y humillados ha ido in crescendo, así como se ha agudizado la represión y el gatillo fácil. Ensayar respuestas a la pregunta de siempre, sobre cómo unificamos las luchas, se vuelve acuciante.