×
×
Red Internacional
lid bot

Elecciones EE.UU. 2016. Donald Trump: la hipocresía de los poderosos

A tres semanas de su lanzamiento como precandidato presidencial, no cesa el escándalo del xenófobo magnate Donald Trump. Insulta a los migrantes, pero son ellos quienes están construyendo su nuevo hotel y con su trabajo acrecientan su fortuna.

Bárbara Funes

Bárbara Funes México D.F | @BrbaraFunes3

Miércoles 8 de julio de 2015

El 15 de junio pasado, Trump afirmó que “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…). Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”.

A continuación, aseguró que si llega a presidente construirá un muro de 3,000 kilómetros de extensión en la frontera sur estadounidense, con sus propias empresas, y se jactó de que nadie hace muros mejores que él y muy baratos.

Tras estas declaraciones inició un escándalo que día con día presenta nuevos episodios. Distintos artistas, como América Ferreira, Shakira y Ricky Martin salieron a responderle. Univision, NBC, la tienda departamental Macy’s y Carlos Slim rescindieron contratos comerciales con él, como la transmisión del concurso Miss Universo y campeonatos de golf, entre otros.

Las empresas claramente lo hicieron porque el mercado latino, en Estados Unidos y fuera de este país, es muy importante y perderían miles de millones de dólares si no repudian las ofensivas declaraciones del multimillonario.

De acuerdo con datos de la agencia Nielsen, los latinos son los consumidores más importantes en los últimos años, y junto con los asiáticos y afroamericanos gastaron más de 3,400 billones de dólares durante 2014 en Estados Unidos.

Recientemente, Trump realizó nuevas declaraciones tratando de “aclarar” sus dichos. Según se publicó en The Washington Post, ahora dice que “el gobierno de México envía lo peor de su gente”.

Incluso se apoya en un lamentable hecho en el que una joven estadounidense murió por un disparo realizado accidentalmente por un migrante indocumentado, para hacer generalizaciones carentes de base material y sesgadas por un reaccionario desprecio por los migrantes.

¿Quiénes construyen el nuevo hotel de Trump?
Según trascendió en distintos medios, son migrantes quienes llevan a cabo la edificación del nuevo hotel del magnate en Washington DC –que costará 200 millones de dólares- a pocas cuadras de la Casa Blanca. Algunos indocumentados y otros con estancia legal.

A su vez, Jorge Ramos, de Univision, dio a conocer que Trump contrató también numerosos trabajadores migrantes en otros hoteles de lujo que posee el multimillonario.

Una nueva muestra de que a los xenófobos su odio racial les llega hasta donde pueden obtener alguna ventaja para sus bolsillos.

Los migrantes cobran salarios más bajos que otros trabajadores, ya que los magnates como Trump aprovechan su precaria situación para imponer las peores condiciones de trabajo.

No se ve perfilar en el horizonte una “reforma migratoria” que legalice aunque fuera a una parte de las personas hoy indocumentadas. Pero lo cierto es que Estados Unidos necesita de la mano de obra de latinos, asiáticos y africanos que llegan al gigante del norte en busca de un futuro y cuya misma precariedad e ilegalidad es utilizada por las patronales para pagarles los salarios más bajos.

Es la juventud migrante la que puede sostener el tímido crecimiento económico de Estados Unidos, como se explica en un estudio publicado por Univision.

El partido republicano y los votos latinos
En primer lugar, es necesario destacar que algunos estrategas de campaña republicanos consideran que, para poder disputar la presidencia, el partido al que pertenece Donald Trump debe obtener el 40% de los votos latinos.

EnEl País recuerdan que en 2012, el fracaso electoral Mitt Romney, el candidato republicano, “se debió a la falta de apoyos que consiguió del electorado latino: sólo logró el 27 % de los votos hispanos, frente al 71 % que se llevó Barack Obama.”

Ahora, con sus polémicas declaraciones Trump logró dividir al partido republicano que quiere representar como candidato presidencial en las elecciones de 2016.

Según informa Univisión, a fines de junio el senador republicano Ted Cruz, también contendiente en la carrera hacia la presidencia, dio su apoyo a Trump. Declaró en el programa Fox & Friends de la cadena Fox News “No creo que uno deba disculparse por hablar en contra del problema de la inmigración ilegal”. Claro, porque tiene la misma postura.

Por el contrario, Jeb Bush, ex gobernador de Florida, cuya esposa es mexicana, factor que quiere usar a su favor en su candidatura, ya ha empezado a coquetear con el electorado latino. Ante los dichos de Trump dijo sentirse ofendido. Y es el único de los candidatos republicanos que mencionó una reforma migratoria como parte de sus propuestas.

El próximo 6 de agosto tendrá lugar el primer debate de candidatos republicanos, organizado por la cadena Fox. Hasta ahora, hay 16 postulantes, pero en el debate sólo hay lugar para 10. ¿Cómo se eligen? Por la posición que ocupa cada uno en las encuestas. Con sus ofensivas declaraciones, es muy probable que el magnate Trump se haya ganado un lugar, si es que conquistó a los sectores más ultrareaccionarios que son base de este partido.

Los demócratas pelearán el voto latino
Hillary Clinton, la principal precandidata demócrata a la presidencia anunció que si llega a la Casa Blanca buscará un “camino a la ciudadanía” para los 11 millones de migrantes indocumentados.

¿Olvidará la comunidad latina que Obama incumplió sus promesas de una reforma migratoria en sus dos mandatos? ¿Podrán olvidar a los jóvenes latinos ejecutados por la maldita policía estadounidense, a las madres migrantes encerradas con sus hijos en los centros de detención de migrantes, en condiciones inhumanas? ¿Podrán olvidar a los cientos de miles de deportados cada año que gobernó Obama?

Más allá de matices y peleas electorales, republicanos y demócratas están de acuerdo en lo fundamental: garantizar ganancias a los magnates como Trump, allanar el camino a las trasnacionales para expoliar a todos los países que se encuentran al sur del Río Bravo, y mantener la opresión sobre los migrantes, para explotar mejor al conjunto de la multiétnica clase trabajadora estadounidense.