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Red Internacional
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México, Distrito Federal. Dos años de gobierno de Miguel Ángel Mancera: tan antipopular como reaccionario

Sandra Romero

Sandra Romero México | @tklibera

Miércoles 24 de septiembre de 2014

Miguel Ángel Mancera, expolicía y actual jefe de gobierno del Distrito Federal, la cuarta ciudad más poblada del mundo, dio su segundo Informe de gobierno. Las encuestas lo ubicaban al inicio de su gestión con una aprobación alrededor de 53%. Ahora, sólo en dos años la aprobación de su gobierno ha bajado: hoy se sitúan entre 31 y 35%.

Esta evidente impopularidad no es fortuita. Mancera, quien llegó al poder como candidato independiente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha tomado medidas antidemocráticas y antipopulares, aumento al costo de servicios como el transporte, cuyas deficiencias han abierto además varias crisis políticas al gobierno del DF. Esto se suma a la represión y criminalización de la protesta social y su constante colaboración política con Enrique Peña Nieto y el PRI.

Mancera presenta un segundo Informe de Gobierno superficial y “optimista”. Hasta se dio el lujo de interrumpir su discurso para enviar un saludo al diputado priista Fernando Espino, un burócrata conocido por su nepotismo, acción clientelar y arbitrariedades al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, con 12 mil trabajadores sin posibilidad de disentir.

Déficit de infraestructura urbana

El Distrito Federal, con casi 21 millones de habitantes, presenta graves problemas de espacios y servicios públicos, que son insostenibles, además de la contaminación, inundaciones, falta de agua potable, de transporte, etcétera.

A pesar de esto, mientras Mancera le impuso a los dueños de dos millones de autos con más de ocho años de antigüedad nuevas restricciones al “Hoy no Circula”, argumentó que fue “por compromiso contra el cambio climático”.

Ahora anuncia su colaboración en la construcción del multimillonario proyecto aeroportuario, que ocupará mil quinientas hectáreas, con una inversión inicial de 169,000 millones de pesos, obra que distintos especialistas califican de un atentado al ecosistema del Lago de Texcoco y una amenaza al desarrollo urbano de la capital.

Pero Mancera mira hacia otro lado y busca sacar provecho político de la que pretenden sea la obra del sexenio para Enrique Peña. ¿Qué les dirá el gobierno del DF a los pobladores de Nezahualcoyotl, Texcoco y Atenco, cuando el gobierno les vuelva a ofrecer 1 peso por cada metro cuadrado de tierra?

En un intento por contrarrestar sus medidas antipopulares, como el alza al boleto del metro y las pésimas condiciones en que viajan miles de trabajadores diariamente, repitió el anuncio ya hecho de ampliación a varias líneas de este sistema de transporte.

Pero parte de la Línea 12 del metro, la de construcción más reciente, está cerrada desde marzo, en medio del escándalo por falta de planeación, una enorme inversión, la promesa de sanciones para los funcionarios responsables y sin una fecha de apertura. Asimismo insistió en su propuesta de incremento al salario mínimo y anunció el aumento de 32% al salario de los trabajadores del GDF y la desaparición de la contratación terciarizada de trabajadores eventuales y por honorarios.

Mancera represor

Es evidente que el jefe de gobierno se posiciona frente a los empresarios y busca aliados políticos a toda costa. Por ello, lo distingue su autoritarismo para enfrentar la protesta social y facilita las condiciones para la represión de la policía federal en las protestas sociales en la capital, como vimos durante el desalojo del Zócalo contra el magisterio.

Las detenciones ilegales son constantes y la especial aversión de su policía contra la juventud es evidente: se encapsulan contingentes y se ha impedido el uso del Zócalo para protestas.

El gobierno del DF utiliza discrecionalmente el Código Penal para mantener en prisión a quienes considera disidentes, hoy presos políticos de su gobierno, como al joven anarquista Mario González. Mientras tanto, la ciudad alberga a miles de presos comunes por delitos que no cometieron y aumentan delitos graves en la capital como latrata de personas, donde el DF se ubica en los primeros lugares del país.

Sergio Moissens, referente del Movimiento de los Trabajadores Socialistas y expresopolítico, entrevistado por esta corresponsal, señala que “es necesario luchar contra la criminalización de la protesta social, por la libertad y el desprocesamiento de todos los presos políticos. Para eso convocamos a organizaciones de derechos humanos, sindicales, estudiantiles y de mujeres, a poner en pie un gran movimiento contra la militarización y la represión”.