Marchas en Santiago, reuniones en Atacama, discusiones en el Comité Político de La Moneda. La movilización logra romper el cerco de los medios de comunicación de masas y llega al corazón del gobierno, que igualmente, da un nuevo portazo. Una jornada de tiras y aflojes, con el gobierno mostrando dos caras, pero una sola política.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Martes 5 de abril de 2016
En Atacama, señales de diálogo
Mientras el presidente de la ANEF ratificaba el paro indefinido y aclaraba que la huelga de hambre continuaba, el Intendente como representante del Gobierno retomaba el diálogo que había dado por congelado.
¿Pero se puede avanzar algo con ese diálogo? Las decisiones, parecen pasar por Santiago. Y las señales de diálogo, una maniobra contra los trabajadores para distraerlos.
En Santiago un nuevo portazo
Las movilizaciones se mantienen. Funcionarios públicos viajaron a Santiago donde marcharon en Plaza Italia, se concentraron en La Moneda, se reunieron con partidos de la Nueva Mayoría. Todo fue en vano. Volvieron a chocar con la intransigencia del Gobierno.
El subsecretario del Interior Aleuy declaró que "hemos tenido una discrepancia importante con el movimiento, en términos de si corresponde repetirles un bono que estaba establecido para una sola vez", y provocativamente agregó que "menos cuando la región es la séptima más cara, ni la primera ni la segunda”.
El vocero del Gobierno Marcelo Díaz reforzó con que “tenemos restricciones presupuestarias que todo el país conoce, todo el país sabe que el cinturón está más apretado, que tuvimos que hacer un ajuste y que hay menos recursos". Aún así, el tema fue llevado al Comité Político del Gobierno en La Moneda, de donde habría salido que mañana oficializarían su respuesta.
Aunque ya fue nuevamente ratificada: un no rotundo al bono. Los trabajadores recuerdan que no se trata solo del bono, sino del protocolo por Atacama.
Una señal confusa
El bono es el motor de la movilización, lo que hace que se haga carne en los trabajadores. No hay que soltarlo. Porque el Gobierno tiene una maniobra, desde la primera mesa de diálogo con Aleuy, que propuso un “Plan Maestro” para Atacama, con inversiones y leyes de reclasificación para los trabajadores del sector público.
Quitar del centro el motor de la movilización, el bono, puede hacer que entre fácil la maniobra del Gobierno. Por eso, los dirigentes no deben dar señales confusas. El bono no se negocia, mientras se avanza con el protocolo, y no al revés.
Señales de fuerza
Para la respuesta del lunes 4 que el Gobierno comprometió, ya los trabajadores dan nuevas señales de fuerza. La CONFUSAM anunció que podría convocar a un paro nacional de su sector. La ANEF anunció que prepara nuevas acciones.
Se suman expresiones de solidaridad. Hay que reforzarlas.
¿Cómo conseguir todas las demandas del protocolo de Atacama y atraer nuevas fuerzas? Sumarlas a la movilización, llamando desde asambleas de base a que llamen a paralizar y movilizarse las organizaciones estudiantiles como la FEUDA con un paro estudiantil indefinido; a los sindicatos mineros como la CTC; a los sindicatos portuarios como la Unión Portuaria; a los sindicatos de los trabajadores industriales, del comercio y los servicios; a los pescadores artesanales., transformándolo en un paro con movilización de todos los trabajadores de la región.
