Desde hace algunas semanas se desarrolla la paralización de dos carreras de la UTA. Por un lado, Trabajo Social que pelea por levantar un protocolo de luto y por otro, Ingeniería Civil en Computación e Informática, que exige mayores recursos para las y los estudiantes, ante los problemas de infraestructura.
Sábado 28 de octubre de 2023
Las y los estudiantes de la carrera de Trabajo Social y de Ingeniería Civil en Computación e Informática de la Universidad de Tarapacá votaron hace algunas semanas paralizar sus clases, cada una con sus respectivas demandas y petitorios.
La movilización en la carrera de Trabajo Social nace en torno al lamentable fallecimiento de una de sus compañeras, donde la carrera optó por mantener las actividades y evaluaciones pese a lo que estaba aconteciendo, por lo que su petitorio está vinculado a responder frente a estas situaciones. Entre los principales aspectos de este petitorio está: una semana de duelo, una placa o altar en honor por su compañera, hacer lo del título póstumo, entregando el título a su familia de manera simbólica. Su bandera de lucha es la creación de un protocolo de duelo para todas las carreras, que pueda ser elaborado y discutido de forma triestamental, docentes, trabajadores y estudiantes.
En la otra vereda se encuentra la carrera de Ingeniería Civil en Computación e Informática, que lleva más de dos semanas en paro, exigiendo mayores recursos para las y los estudiantes ante los problemas de infraestructuras, entre las principales denuncias hacen referencia a cantidad insuficiente de salas de clases disponibles las que obviamente tiene una capacidad limitada. Actualmente cuentan solo con seis salas de clases disponibles y una sala de estudio con capacidad para 30 personas, totalmente insuficiente para una carrera que cuenta con aproximadamente 300 estudiantes.
Expresión de lucha estudiantil en momentos de desorganización
Post proceso de acreditación, donde la UTA logró acreditarse por 6 años, se abren estas situaciones que las autoridades intentaron esconder bajo la alfombra durante dicho proceso para lograr su objetivo, seguir administrando para su beneficio la educación de mercado, a costa de precarizar las condiciones de estudiantes y trabajadores. Si bien cada carrera tiene sus propias exigencias, las situaciones que atraviesan tienen puntos en común y también mismos responsables. Es necesario partir del hecho que el autoritarismo y la falta de democracia universitaria permite que un puñado de autoridades con sueldos millonarios que nadie elige decidan por toda una comunidad educativa, estos son aspectos centrales que mantienen la precarización en la educación pública.
Son ellos quienes deciden desde los aspectos académicos como la sobrecarga académica, hasta cuando determinan subir los aranceles y la matrícula cada año, cuando disponen de cuánto se destinará en infraestructura o en salud mental de las y los estudiantes. El problema es que mientras ellos sean quienes deciden, ninguna medida irá en beneficio de la comunidad universitaria, docentes, funcionarios y estudiantes.
Las luchas que comienzan a darse en las diferentes carreras, son en concreto posibilidades de reavivar el movimiento estudiantil en perspectiva de retomar nuestras demandas. Por lo mismo, es necesaria la máxima unidad de las carreras paralizadas, abriendo espacio a que más carreras expongan sus problemáticas. Que se impulsen asambleas por carreras y facultades, en horarios protegidos y con máxima difusión, tomando el ejemplo de las carreras que hoy se están movilizando. El consejo de presidentes de las carreras debe llamar a un pleno general de todas las carreras para fortalecer esta lucha, donde se discuta un plan de lucha para conquistar las demandas. Es necesario plantear la necesidad de articularse ampliamente antes de llegar a acuerdos con las autoridades de la universidad, para enfrentar juntos el autoritarismo y pelear por el cumplimiento de todas las exigencias. No podemos confiar en las autoridades que ganan sueldos de gerentes viven una realidad ajena a la de cualquier estudiante o trabajador de la universidad.
Es por esto que es muy necesario levantar la exigencia de la democracia estudiantil, retomando y levantando nuevamente la demanda del Cogobierno triestamental, donde docentes, funcionarios y estudiantes decidan sobre distintos aspectos de la universidad, como lo es la extenuante jornada y carga académica de las mallas curriculares, métodos de evaluación, donde se destinan los recursos y también las autoridades elegidas democráticamente y con cargos revocables.
A la vez, cada pelea hay que pensarla en perspectiva de volver a poner al frente las demandas históricas del movimientos estudiantil, porque esa será la única forma de darle salida a los problemas que hoy enfrentamos las y los estudiantes, retomando el programa histórico de lucha y movilización por educación gratuita financiada 100% por el Estado. Esta educación gratuita debe ser integral, es decir, debe contemplar alimentación y transporte gratuitos, mientras que asegure personal psicológico para los problemas de salud mental para cada estudiante que lo necesite y residencia universitaria para estudiantes de región con problemas de vivienda. Además, de poner fin al subcontrato y a los contratos a honorarios, paso a planta por parte de la universidad de todos los funcionarios.
Cada vez que el movimiento estudiantil y la juventud se ha levantado ha jugado un rol clave en la lucha por generar cambios, ejemplos hay de sobra, que cuando se lo proponen y junto a la clase trabajadora han puesto en jaque a quienes se siguen llenando los bolsillos a costa de estudiantes, trabajadores y sectores populares. Como estudiantes no nos podemos limitar a las demandas estudiantiles o solo a lo que nos involucra hoy directamente, en un contexto de inflación y crisis económica que viene golpeando a las familias trabajadoras, quienes se las deben arreglar para llegar a fin de mes, y donde la ultraderecha viene capitalizando el descontento en los sectores populares, se hace necesario discutir el cómo le ponemos fin al avance de la derecha, confiando en nuestras organización y nuestras fuerzas.
El movimiento estudiantil y sus organismos deben discutir cómo enfrentar este fraude constitucional cocinado por los partidos tradicionales desde el PC hasta los Republicanos, y como enfrentar a la derecha conservadora de Kast que se viene fortaleciendo a medida que el gobierno de Boric va cediendo. Un proceso que es totalmente antidemocrático y anti trabajadores, mujeres y sectores populares.