Los sindicatos de la mesa sectorial convocan dos jornadas aisladas de huelga. La Asamblea Menos Lectivas se suma para seguir construyendo el movimiento desde abajo en vistas a movilizaciones más fuertes y decisivas.
Jueves 24 de octubre
El curso pasado se saldó con cinco huelgas educativas. La principal impulsora y organizadora de estas fue la Asamblea de Menos Lectivas, el movimiento de docentes que comenzó a autoorganizarse a principios de año, en el que también participan CGT, CNT Comarcal Sur y STEM. La Asamblea Menos Lectivas es un punto de inflexión en la lucha por la educación pública, una conquista de las y los trabajadores que responde a un clima de 13 años sin grandes luchas impuesto por las burocracias sindicales frente a los ataques de los gobiernos neoliberales de distinto color. Aunque la reivindicación principal con la que surge el movimiento era que se cumpliera (como ha ocurrido en el resto del Estado) la reducción de horas lectivas para volver a la carga de docencia de 2011, las reivindicaciones no se quedaron en esto. Menos Lectivas salió a luchar exigiendo también el fin de la segregación y los programas que fomentaban su extensión (la Comunidad de Madrid es la región que más segrega a sus alumnos a nivel europeo), una sustancial bajada de ratios en todas las etapas educativas, mayor dotación y recursos para la escuela pública, más orientadoras y menos cupos, recuperar el poder adquisitivo perdido y la reducción inmediata de la burocracia que asfixiaba su labor docente.
Aunque muchas de estas reivindicaciones no son exclusivas de Madrid, es en esta comunidad donde se da una situación especialmente sangrante. No sólo por el agravio comparativo en relación con aquellas regiones que sí han reducido las horas lectivas, sino también al plan consciente del gobierno de Ayuso de desmantelar la educación pública madrileña con cada nueva medida, como la incorporación del primer ciclo de la ESO en colegios y escuelas o la financiación cada vez más descarada de los centros concertados y privados con dinero público. Un desmantelamiento, dicho sea, que tiene el beneplácito del gobierno “progresista”, quien a su vez lleva su propia agenda de ataques, como hemos visto con la nueva ley de FP que privatiza todavía más la enseñanza y la adapta a las necesidades de las empresas y el mercado.
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Frente a la pasividad que imponía la mesa sectorial compuesta por ANPE, CCOO, CSIF y UGT, que apelaban al diálogo con la misma Consejería que ponía la escuela pública en la picota, Menos Lectivas surgió desde los centros como una fuerza alternativa. Sobrepasando la pasividad de las burocracias de los grandes sindicatos, las y los docentes conseguimos impulsar tres exitosas jornadas de huelga en febrero y forzar a la mesa a convocar dos jornadas más en mayo, donde el papel de Menos Lectivas fue esencial para organizar los piquetes y la gran manifestación que desbordó las expectativas de las organizaciones de la mesa sectorial.
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En respuesta a este proceso de lucha y organización, este curso se inició con una nueva ofensiva por parte de la Consejería, negándose incluso a sentarse con la mesa sectorial. Menos Lectivas inició el curso fomentando la autoorganización en los centros con paros de dos horas y una gran manifestación el 25 de septiembre. Con esta movilización y la creciente organización en los centros los docentes volvían a lanzar un mensaje: las y los docentes seguiremos luchando para mejorar sus condiciones y, con ello, la enseñanza pública.
Huelga del 29O y 21N: Hay que imponer un frente único de lucha que enfrente la división que buscan las burocracias
Los sindicatos de la mesa se han visto deslegitimados frente a las y los trabajadores, pero también para la Consejería, por no ser capaces de imponer el orden. Esto ha llevado a los sindicatos mayoritarios a convocar dos jornadas de huelga el 29 de octubre y el 21 de noviembre, así como dos concentraciones por la mañana en días lectivos. Naturalmente, dos fechas tan dispares y acciones por la mañana sin convocar paros demuestran la nula voluntad de que el conflicto sea favorable para las y los trabajadores ni implique el más mínimo grado de organización.
Pese a todo, Menos Lectivas, atendiendo a la voluntad de las asambleas de los centros, se ha sumado a la convocatoria, con un bloque propio en las manifestaciones y con una hoja de ruta enfocada a la organización de los centros para aumentar la conflictividad. Naturalmente, desde el movimiento se hizo un balance negativo de la convocatoria, a la que se percibe como impuesta y sin ningún tipo de preparación de base ni apuesta por la organización. Esta crítica no solo la hacemos las y los docentes que somos parte de Menos Lectivas. También la hacen afiliados de los grandes sindicatos, muchos de los cuales se organizan también en Menos Lectivas, sobre todo de CCOO y UGT. Sin embargo, esto todavía no es lo mayoritario. Por ello, como ya ocurrió en mayo del curso pasado, poder coincidir en una jornada unificada convocada también por los sindicatos de la mesa sectorial es importante porque la mayoría de sus afiliadas siguen teniendo como referencia a estos sindicatos al tiempo que ven necesaria esta lucha. Desde Menos Lectivas se busca esta unidad construida desde abajo y luchar con ellos.
El frente único es precisamente eso, golpear juntos, pero marchar separados. Sin embargo, sería muy optimista creer que basta actuar en paralelo con una hoja de ruta propia para convencer a los trabajadores que todavía confían en estas burocracias que rompan con ellas y recuperen sus organizaciones para la lucha. Si se busca no sólo sumar aritméticamente, sino fomentar la autoorganización y la democracia desde abajo, es vital romper con la lógica de las direcciones de los grandes sindicatos: hay que hacer una crítica manifiesta que ayude a desenmascarar su papel desmovilizador en el mismo proceso de lucha. Precisamente es este tipo de unidad el que rechazan los sindicatos de la mesa: ellos prefieren la unidad diplomática, un seguimiento sumiso, o incluso paralelo, siempre que no haya críticas manifiestas a sus métodos antidemocráticos y su estrategia conciliadora.
Ahora bien, no todas las organizaciones y activistas que participamos en Menos Lectivas han defendido en forma unánime la participación de la convocatoria de la mesa sectorial. Hay parte del espacio que lo hace con un sano recelo hacia los sindicatos de la mesa sectorial, más deseosos de ser de nuevo interlocutores válidos de la Consejería que de luchar por los derechos de las y los trabajadores. Por otro lado, STEM y CNT han decidido en esta ocasión no adherirse a estas dos jornadas de lucha, aunque advirtiendo que sin llevar a cabo ningún tipo de boicot ni campaña en contra.
En un comunicado de CNT comarcal Sur, en el que se explica este punto de vista, se apunta a que ha habido un cambio de contexto entre mayo y el presente. Al margen de que en esta nueva convocatoria se ve más palpablemente ese intento por desgastar al movimiento, el comunicado hace hincapié en la necesidad de una hoja de ruta alternativa. Para CNT no se puede “permitir que las cúpulas de los sindicatos de la MS sigan marcando los ritmos, formas y objetivos de la lucha docente sin debatir ni contar con el profesorado organizado asambleariamente, que somos quienes estamos debatiendo, impulsando y sosteniendo día a día, Centro a Centro, el actual ciclo de movilización en defensa de la educación pública”.
No podemos mas que coincidir con esta lectura. A diferencia de las convocatorias de los días 29 de octubre y 21 de noviembre, que se han hecho desde arriba sin consultar a las y los trabajadores que estamos en los centros, menos Lectivas ha decidido cada una de sus medidas de lucha en asambleas. Por eso mismo Menos Lectivas es un bastión conquistado por las y los docentes, desde la cual tener una agenda propia al margen de la mesa sectorial y las cúpulas sindicales. De hecho, Menos Lectivas es la que ha levantado las propias convocatorias de la mesa, organizando asambleas centro por centro, poniendo el cuerpo en las jornadas de lucha y de huelga, y abriendo debates que conducían a la ruptura con la política divisionista de las direcciones de los sindicatos conciliadores. En pocas palabras, uniendo por abajo lo que dividen por arriba.
No obstante, no se puede ignorar cuanto ocurre en el tablero. Esta agenda propia, que ya Menos Lectivas tiene planteada, debe combinarse con ser los principales impulsores de la unidad en la lucha, sin dejar de expresar en modo alguno la crítica a las burocracias. Porque este es el mejor terreno para superar la división de los trabajadores y sus organizaciones, que es justamente lo que hacen las burocracias de la mesa sectorial.
Como bien señala CNT, no se trata de la unidad como un fin en sí mismo. En nuestra opinión es con un objetivo doble: sumar fuerzas para la lucha frente al gobierno, y al mismo tiempo desenmascarar la política conciliadora de los sindicatos mayoritarios ante sus propias afiliadas y afiliados. Y esto no puede hacerse por fuera de la lucha, se debe hacer en su mismo contexto: participando de la lucha y estando a la cabeza de impulsarla con un método democrático de organización desde abajo. De hecho, este fue el motivo por el que las huelgas de mayo hicieron tanto daño a CCOO y UGT y, ante estas nuevas convocatorias, parte de sus bases, todavía en minoría, han realizado una crítica interna a sus propios sindicatos. Si no se hubiera dado ese contexto, esas afiliadas seguirían ajenas a Menos Lectivas.
En este sentido, Menos Lectivas tiene el desafío de saber combinar esta hoja de ruta con una crítica feroz a las burocracias sindicales, constituyendo un frente único desde el cual hacer una guerra sin tregua tanto a la Consejería y al Ministerio como a sus colaboradores de la mesa sectorial.
Si queremos derrotar los planes del Gobierno de la CAM, es necesario seguir soldando la unidad desde abajo para que las nuevas jornadas de huelga sean un éxito, mostrando una vez más cuales son los métodos de lucha de la clase trabajadora: los piquetes, las asambleas, la unidad con las y los estudiantes, las concentraciones y la movilización.
Un éxito en las jornadas del 29 de octubre y 21 de noviembre, lejos de fortalecer a las burocracias, lo que fortalecerán será el movimiento que crece desde abajo en cada centro, que es la base para imponerle a la mesa sectorial un verdadero plan de lucha con un programa de reivindicaciones que camine hacia la huelga general educativa, que busque la unidad con las luchas por la vivienda y los servicios públicos, para torcerle el brazo a Ayuso y la Consejería. A este objetivo dedicaremos todos nuestros esfuerzos las y los docentes y estudiantes de la CRT.