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Red Internacional
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Música / Rock. Dry Cleaning en Niceto: crónica de un despegue

El cuarteto londinense se presentó este martes 16 a sala llena en el tradicional reducto de Palermo luego del show en Mar del Plata el domingo. De corta pero expansiva trayectoria, ofrecieron un show prolijo y ajustado, a la altura de las expectativas.

Miércoles 17 de mayo de 2023 14:30

Dry Cleaning dejó manija al público presente en Niceto. Fotos: Pablo Astudillo.

Dry Cleaning dejó manija al público presente en Niceto. Fotos: Pablo Astudillo.

Desde hace algunos años es cada vez más difícil presenciar el momento de despegue de bandas internacionales con proyección antes de ese salto a “las grandes ligas”, si es que hay un lugar ahí para una banda como Dry Cleaning. Es por eso que había razones para asomarse a ver qué está pasando en ese “primer mundo” del rock.

Aunque se embanderó al combo de South London bajo la cobija de esa especie de kitsch que hoy se da en llamar post punk, aprovechando un revival caricaturesco originado en algunos países de la periferia europea, esta banda inglesa formada en 2018 posee una personalidad y peso específico propios que demuestran con soltura la diferencia entre imitar y crear.

La magnética presencia de Florence Shaw. Foto: Pablo Astudillo.
La magnética presencia de Florence Shaw. Foto: Pablo Astudillo.

La presencia escénica está anclada en la performance vocal de Florence Shaw, quien posee un registro vocal de ultratumba que recita de manera monocorde como si se tratara de un slam de poesía, con una cadencia agitada y obsesiva que no explota, sino que sube a un espiral de desesperación y claustrofobia contagiosos. Su despliegue es estático y distante, con una expresividad teatral sustentada en la mirada perdida en el horizonte y austeros movimientos de los brazos. Un tándem corporal que con el correr de las canciones convierte a paso firme el show en un ritual hipnótico que Flo sostiene de manera laboriosa, monopolizando así la atención escénica.

Dry Cleaning apareció en escena poco antes de las diez de la noche luego de la cálida performance de Richard Coleman, quien con tan sólo una guitarra y su voz intacta dejó al público listo para recibir a los ingleses con una ovación. Emergieron de la penumbra al escenario con la joven vocalista (no es lo mismo que cantante) ataviada como una hechicera en rojo sangre, pálida como un cadáver en un halo misterioso que inquieta mientras retribuye dulcemente los vítores. Abrumados por el recibimiento, la siguieron Tom Dowse en guitarras, el bajista Lewis Maynard y Nick Buxton tras los parches y así conformados ofrecieron un set de hora y media compuesto principalmente por el álbum Stumpwork (2022) junto a lo más destacable de New long leg (2021) y el flamante EP Swampy (2023).

La presentación arrancó con el ¿autorreferencial? “Viking hair”, que forma parte del repertorio de la banda desde los inicios y deja entrever la propuesta estética de Dry Cleaning. El despliegue histriónico de Tom Dowse, guitarrista dotado de una técnica personal que enmaraña los altavoces con arpegios espectrales que resquebrajan el ambiente, en línea con armonías quejumbrosas que alternan con riffs alejados de la ortodoxia del punk: así logra colocarse en un lugar central que alcanza a disputarle protagonismo a Shaw. Mientras, se sucedían piezas sutiles como “Kwenchy Kups” o “Stumpwork” del disco homónimo y otras delicias como “Her hippo” o “Swampy”, celebrados con sendas ovaciones. Alguien comenta que Dowse es una especie de John Frusciante pero con buen gusto, y la camisa a cuadros con mangas cortas y bermudas parece darle la razón: el muchacho se nutre de la calidez del público y arenga a la audiencia. Atrás de Shaw y Dowse se erige la figura de Lewis Maynard en el bajo, como salido de una banda grunge de los ’90 pero ejecutando unas líneas frenéticas con un sonido dub que patean el esternón, a su vez sostenido de manera sobria por Nick Buxton en batería, quien esperaría al tramo final del concierto para pasar al frente y revelarse poseedor de una soltura y justeza que soportó rítmicamente la profundidad sonora de Maynard, inclusive metiendo un arreglo con saxo tenor en el epílogo.

El show se estructuró en una primera mitad más atmosférica y reflexiva, donde la acumulación de climas esquizofrénicos y paisajes pantanosos pedía un respiro, a juzgar por el entumecimiento del auditorio. Hasta que irrumpió el funk potente de “Liberty log” del último disco y el sonido pareció corregirse de la timidez hacia el clímax. A partir de aquí se sucedieron los momentos más crudos de la noche, en los que el despliegue de Dowse contagió de adrenalina al público que salió del letargo: “Good night”, “Don´t press me”, “Unsmart lady” (de lo más interesante del grupo) y el cierre antes de los bises con “Scratchcard lanyard” (un verdadero clásico post punk) que dejaron bien caliente la pista para la despedida con “Magic of Meghan” y “Anna calls from the arctic”, redondeando el final de un show sin fisuras. Que ilusiona por el futuro de Dry Cleaning, pero más por el hábito de presenciar bandas internacionales en plena vigencia.