Especial litio. Dueños del litio en Argentina: fondos buitres, bancos y empresario de medios

En Jujuy las comunidades originarias realizaron cortes de ruta en rechazo a la reforma constitucional impulsada por Gerardo Morales y aprobada también por el peronismo. Morales tuvo que retirar los artículos 50, y 36 de la reforma, pero mantuvo otros que las comunidades rechazan como el de Tierras Fiscales, Régimen de Aguas y el artículo sobre Dominio Originario de los Recursos Naturales. El negocio de fondo que protegen los radicales y los peronistas es la explotación del litio.

En la Argentina hay dos proyectos de litio que se encuentran operativos: Mina Fénix y Salar de Olaroz-Cauchari. En carpeta hay alrededor de 38 proyectos en el país en etapa inicial, de construcción, o exploración avanzada en las provincias de Salta, Catamarca, Jujuy, y San Juan.

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La Mina Fénix está instalada en el Salar del Hombre Muerto en el departamento Antofagasta de la Sierra, Catamarca, al límite con Salta, y comenzó su actividad en 1997. Este fue el único proyecto de explotación de litio durante casi 20 años en el país y produce hidróxido de litio para baterías de la industria automotriz.

Sales de Jujuy está instalado en el Salar de Olaroz-Cauchari, ubicado en el Departamento de Susques en la provincia de Jujuy. Se produce hidróxido de litio para baterías, carbonato de litio de grado técnico, que es utilizado en la industria del vidrio y cerámica, y carbonato de litio de grado de batería que se vende a quienes las fabrican.

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¿Quiénes están detrás de estos proyectos?

El proyecto Fenix es operado por la estadounidense Livent, (ex Minera del Altiplano S.A). Esta compañía recientemente se fusionó con la autraliana Alkem, quinta productora de litio a nivel mundial.

Los principales accionistas de Livent son grandes bancos extranjeros y fondos de inversión, según detalló el informe “Litio y transparencia en Argentina”, una investigación de la red Ruido y Fundeps como Blackrock, Vanguard Group inc., Global X Management Co, Morgan Stanley, Columbia Mgt Investment Ad., entre otros.

Blackrock es uno de los fondos de inversión más grande del mundo, es conocido en estas pampas por ser uno de los fondos buitres y por su participación en la gráfica R.R. Donnelley, que dejó en la calle a más de 200 familias y en la actualidad es gestionada por sus propios trabajadores ahora llamada Madygraf. Este fondo buitre hace negocios con la deuda externa y es uno de los fondos que cerró la negociación con el exministro de Economía Martín Guzmán, quien les concedió cláusulas de acción colectiva más favorables a los especuladores, que establecen las condiciones para un futuro litigio en caso de impago.

Este fondo de inversión también tiene participación accionaria en British Petroleum. Blackrock “pone un huevo en cada canasta” por un lado hace negocios con la desfosilización de la industria y, por otro lado, continúa lucrando con el petróleo, que se obtiene a partir de la fosilización. Existe un consenso científico a nivel mundial alrededor de la responsabilidad de los combustibles fósiles en el calentamiento global. Hay una crisis climática que se manifiesta en las sequías, las olas de calor, inundaciones, derretimiento de hielos, entre otras.

El informe citado destaca que en el caso de Livent “son al menos 7 las coincidencias de accionistas que poseen bonos de la deuda argentina, entre ellos los dos principales: Blackrock y Vanguard Emerging Markets Bond Fund. También están Wellington MGMT, Morgan Stanley Investment, Invesco Multi Asset Income, Federated Hermes Emerging Market Debt Fund y Northern Multi Manager Emer MKT Debt Opportunit”.

El proyecto Sales de Jujuy es operado por Sales de Jujuy S.A. una estructura conformada por la empresa australiana Allkem en un 66,5%, la empresa japonesa Toyota Tsusho Corporation en un 25% y empresa estatal del gobierno de la provincia de Jujuy “Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado - Jemse” en un 8,5%, detalla la investigación de Fundeps y Ruido.

Las dos primeras, Allkem y Toyota Tsusho Corporation, participan, a su vez, como una sola unión de empresas denominada “Sales de Jujuy Pte. Ltd”, registrada en Singapur. Entre los accionistas aparecen HSBC, Citicorp, BNP Paribas, entre otros.

No es casual la relación entre fondos de inversión, bancos y empresas. La periodista Magdalena Rua explicó en un artículo publicado en El Cohete a la Luna que “los siete bancos más grandes del mundo —Bank of America, JP Morgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs, Bank of New York Mellon y Morgan Stanley— poseen entre sus accionistas a cuatro grandes fondos: BlackRock, State Street Corp., FMR (Fidelity) y Vanguard Group.”

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Esta presencia de los fondos de inversión entre grandes empresas líderes en el mundo y, a la vez, en los bancos facilita el movimiento de capitales desde países donde operan las multinacionales hacia sus casas matrices o de las ganancias de empresas nacionales, que optan por fugar los fondos al exterior, les da un poder gravitante ante los Estados.

Jugador local

En el negocio del litio en el país también participa el empresario José Luis Manzano, que concentra 243.000 hectáreas en salares en Catamarca y Jujuy, según informó Integra Capital publicado en el DiarioAr. Este empresario es uno de los amigos del actual ministro de Economía, y candidato a presidente Sergio Massa.

El exministro de Interior de Carlos Menem también tiene acciones en medios de comunicación, empresas de energía y también en minería como en el canal América, El Cronista Comercial, Radio La Red, Metrogas, Edenor, la petrolera Andes Energía la eléctrica Andina PLC, Integra Lithium e Integra Cobre.

Las principales inversiones de Manzano en litio se ubican en Catamarca, pero el proyecto más avanzado es el de Jujuy, según detalló el mismo medio. La empresa de Manzano en Jujuy interviene en el Salar de Jama donde consiguió permisos de la provincia para explorar litio en unas 14.000 hectáreas a 40 años.

Existe un alto grado de concentración de la oferta que extrae el litio en el país y más de la mitad se procesa en plantas en el exterior como la que tiene Livent en Estados Unidos o Allkem en Japón. A pesar de las promesas de desarrollo en el país solo se profundiza el saqueo mientras ganan las grandes empresas, los fondos de inversión y los bancos extranjeros. Es necesario la estatización bajo control de trabajadores y comunidades para terminar con el saqueo extractivista y administrarlo de forma sostenible.

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