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Red Internacional
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Crisis política. Duque avanza con el "diálogo" para intentar desactivar las protestas en Colombia

La oposición política y el llamado Comité Nacional de Paro se suman a la trampa de diálogo propuesta por el Gobierno de Duque, que tiene el objetivo de sacar a la gente de las calles.

Jueves 6 de mayo de 2021 22:04

EFE/ Jesús Diges

Aunque con menor intensidad que en días anteriores, este jueves colombianos y colombianas volvieron a las calles. Desde el 28 de abril que el pueblo trabajador y pobre, campesinos, estudiantes y pueblos originarios enfrentan al Gobierno del derechista Duque.

Lo que empezó como una manifestación contra la regresiva reforma tributaria se convirtió de a poco en un cuestionamiento más profundo del plan de gobierno, la gestión de la crisis económica y sanitaria y el régimen político colombiano.

Este jueves Duque pidio "escucharnos como sociedad y encontrar soluciones", aunque sigue sin tender la mano a las organizaciones de las protestas. La Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP/OEA) se apresuró a contestar que "estos diálogos son necesarios y urgentes" pues "la actual coyuntura demanda el gesto genuino de todos los actores para conversar sobre los temas que más preocupan a la sociedad colombiana". No sorprende de la OEA que en cada rebelión que se da en latinoamérica actúa casi como una oficina de EE. UU.

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Duque había hecho un llamado similar el martes pasado al inmediatamente se sumó un coro de derechistas como el ex presidente Uribe.

Este mismo jueves la mesa directiva del Senado determinó hacer una sesión solamente para escuchar a los líderes de las movilizaciones y conocer las peticiones que están haciendo al Gobierno nacional. El presidente del Congreso, Arturo Char, aseguró que en la sesión se escucharán a los líderes del paro y a los voceros del Gobierno para iniciar un acercamiento entre las partes.

El senador Iván Cepeda del centro izquierdista Polo Democrático dijo a EFE que "hemos llegado a un punto de verdadero agotamiento del modelo que le ha propuesto el uribismo al país" y pidió que se convoque al Comité Nacional del Paro.

Por su parte la congresista por la Colombia Humana María José Pizarro dijo en el Congreso que hay que darle "un rumbo claro a las movilizaciones", y estimó que "bienvenida sea la protesta pacífica (porque) la indignación social tiene que ser atendida". Se sumó así al coro de políticos y medios de comunicación que insisten en esa división entre “violentos y pacíficos” que sólo busca separar a los sectores más decididos y radicalizados de los manifestantes del resto del pueblo.

El centroizquierdista Gustavo Petro, líder de la formación de Pizarro, había declarado el martes pasado que el Comité Nacional de Paro, debía reformular las protestas con el fin de evitar las manifestaciones masivas, incluso llamando a una huelga general sin movilizaciones, en un claro intento de darle una salida airosa al gobierno de Duque.

Como parte de la misma maniobra varios medios de comunicación realizaron un análisis de la lista de peticiones del comité de paro al Gobierno. Entre ellas figura el retiro del proyecto de ley 010 de salud, una campaña masiva de vacunación y una renta básica de por lo menos un salario mínimo mensual. Los cálculos de los costos, dicen, haría necesaria una reforma más profunda que la que desató la rebelión. El corazón de la maniobra es que nunca consideran un aumento de impuestos a la burguesía y las empresas.

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Mientras se dan estos movimientos por arriba, por abajo continúan las movilizaciones en las tres ciudades más importantes del país, Cali, Medellín y Bogotá, la capital. En ellas se dieron paros y movilizaciones sectoriales como taxistas, docentes y salud. Además en el interior del país se registran bloqueos de carreteras.

Y la policía sigue reprimiendo duramente la protesta. La ONG Temblores contabiliza 37 asesinatos por parte de la policía además de cientos de heridos y denuncias de abusos policiales a los manifestantes.

Además, a causa de una política alentada por las propias cúpulas políticas con sus declaraciones contra los “violentos” y “vándalos”, cada vez se registran más ataques de civiles a manifestantes, incluso con armas de fuego. Un ejemplo es el de Lucas Villa que según las últimas informaciones disponibles se encuentra luchando por su vida luego de que un grupo de civiles le disparara en la ciudad de Pereira.

Luego de las jornadas de protesta de noviembre de 2019 la burocracia de las centrales sindicales en el Comité Nacional de Paro se embarcó en un largo proceso de diálogo que le dió un respiro a Duque y no cambió nada en la realidad de Colombia. Esta vez el pueblo trabajador y pobre, los campesinos y todos los sectores en lucha tienen planteado evitar esta trampa y avanzar contra el gobierno y el régimen neoliberal.