Son unas 40 cesantías, la mayoría mujeres con hijos a cargo. Trabajaron durante 2 años de forma intermitente. Para la Universidad, los trabajadores son descartables. El rectorado y la dirección del Hospital se mantienen duros. Las y los trabajadores también.
Jueves 12 de julio de 2018
Conversamos con Hugo Echeverry, referente del sindicato de trabajadores del Hospital de Clínicas, quien nos explicó los motivos del conflicto. Más de 40 personas habían ingresado a trabajar en el Hospital a partir de un llamado público para auxiliares de servicio, por la modalidad de titulares, internos y eventuales suplentes.
Durante más de dos años, estos compañeros y compañeras cumplieron distintas funciones dentro del Hospital en la cocina, la provisión de alimento en salas, el lavadero, el block quirúrgico y el área de higiene ambiental. Para proteger su trabajo y por miedo a que los echen, en más de una oportunidad concurrieron a trabajar con gripe y otras enfermedades. Hoy la Universidad de la República los deja cesantes a partir de procedimientos administrativos que no son los pertinentes y se mantienen en una intransigencia de no querer reincorporarlos.
La precarización laboral en el Clínicas
Con la modalidad de estos llamados para eventuales suplentes, el Hospital puede hacer trabajar a alguien unos 5 meses cumpliendo una determinada tarea. Luego dejan de trabajar por unos 15 días, y luego se los llama de nuevo. Mientras tanto, estos trabajadores y trabajadoras no tienen los mismos derechos que los de planta: no acceden a licencias, no tienen días por estudio ni tienen la estabilidad laboral que el resto. Son trabajadores y trabajadoras de segunda.
Además, Hugo nos cuenta que los llamados también son discriminatorios porque tienen un tope de edad de hasta 45 años, “como si una persona, pasada esa edad debiera jubilarse, y ¿con qué vive?” se pregunta retóricamente.
Mañana viernes habrá nuevamente una reunión tripartita en la DINATRA. Hugo nos cuenta que la anterior “fue dura” por la postura de la Dirección del Hospital que no quiere retroceder en su decisión. Sin embargo, el sindicato de UTHC está dispuesto a pelear por mantener la fuente laboral de las compañeras y compañeros.
En principio eran 43 personas, pero en el correr de estos días la Dirección resolvió titularizar a 3. A eso se suma un compañero que, según Hugo, era de mantenimiento y cumplía un provisoriato que también quedaría cesante.
El sindicato resolvió en Asamblea General iniciar este conflicto a partir de reconocer que la forma en que la Dirección del Hospital y de la Universidad se manejó atenta contra los trabajadores y constituye una violación de sus derechos. “Está bien que el Hospital, como parte de la Universidad, tenga autonomía, pero no puede estar por encima de la legislación nacional e internacional” dice Hugo, que agrega “los compañeros tienen ganado el derecho a la titularización, porque durante todo este tiempo cumplieron sus obligaciones, pero el Hospital no se los reconoce”.
Hugo valora el compromiso y espíritu de lucha de sus compañeros y compañeras. “Hay un grupo lindo de trabajo” que se mantiene firme y tiene disposición para la lucha.
La mayoría de los cesanteados son mujeres
Como ocurre en otros casos, este tipo de trabajos donde hay que cumplir suplencias son ocupados por mujeres, en su mayoría jefas de hogar y que son el único sustento de las familias. Mujeres de diversas edades, inclusive algunas fueron madres recientemente o debieron ser intervenidas quirúrgicamente. Tampoco aquí la Universidad tuvo ninguna consideración.
La maternidad y la lactancia no se respetan en el Clínicas
De forma cínica, el Hospital de Clínicas - que cumple un servicio como efector de salud - promueve hábitos saludables de alimentación y difunde las campañas sanitarias del gobierno. Sin embargo, nunca mejor dicho que “en casa de herrero, cuchillo de palo”, porque el Clínicas no cumple ni la mitad de las cosas que pregona.
A las mujeres que trabajan en el Hospital no se les respeta las licencias por maternidad ni los períodos de lactancia. Hugo nos cuenta que una mujer que tiene fecha probable de parto, debe trabajar hasta ese día; si se toma unos días antes se los descuentan. Lo mismo ocurre después del parto, no está claro cuándo deben volver al trabajo, por lo que muchas vuelven a los 10 días, debiendo dejar a sus criaturas recién nacidas al cuidado de otras personas. Tampoco tienen derecho al medio horario por período de lactancia - algo promovido hasta el cansancio por médicos y policlínicas, hasta con una cuota de extorsión hacia las mujeres que por algún motivo no pueden garantizar la lactancia permanente y a demanda. Las mujeres del Clínicas deben hacer todo el horario de corrido, con las consecuencias que ello tiene para el recién nacido (privarle de la leche materna) y para ella misma (peligro de mastitis y otras complicaciones).
Tampoco hay un lugar de lactancia, por lo que las mujeres deben ordeñarse en los pasillos del Hospital a la vista del público, o bien en baños y otros lugares sin ninguna comodidad ni tranquilidad ni higiene. Esta es una demanda muy sentida del personal docente y no docente en toda la Universidad de la República, que tanto se llena la boca con la excelencia académica y el respeto por los derechos humanos, pero que no puede garantizar mínimas cuestiones como esta.
UTHC en pie de lucha
Las demandas concretas que están sobre la mesa de negociación por parte del sindicato son: la titularización de los cesanteados, la creación de una comisión integrada por el sindicato para controlar la lista de prelación de los llamados, y el otorgamiento desde el primer día de trabajo de todos los derechos laborales para quienes ingresan por esta modalidad de llamados (por más que sean suplentes).
El sindicato tiene pensado presentarse en el próximo Consejo Directivo Central (CDC) de la UdeLaR para solicitar el dinero necesario para garantizar la titularización de los puestos de trabajo. Si no hay una respuesta antes del 1º de julio – momento en que los 40 quedarían cesantes – se iniciaría un plan de lucha con paros distorsivos.
Las compañeras de Higiene Ambiental se encuentran en Asamblea permanente, mientras que las de Alimentación también hacen reuniones en los momentos libres, para no cortar la atención del servicio y perjudicar a los pacientes. En Ascensores también se encuentran prontos para iniciar medidas. ¡La disposición está para defender la fuente laboral!
“Los pacientes están de nuestro lado, porque nos ven a nosotros todos los días” cuenta Hugo, que ve la necesidad de ganar apoyo al conflicto que hoy mantiene en vilo al Hospital.
Sería bueno que el PIT-CNT, en el marco de la Rendición de Cuentas y la discusión presupuestal, pueda tomar las reivindicaciones del sector educativo que reclama por el 6 + 1 % del PBI para educación e investigación, y que además se proponga defender al Hospital de Clínicas y a sus trabajadores y trabajadoras, terminar con la precariedad laboral y defender los puestos de trabajo. ¡Porque no queremos más familias en la calle, porque no vamos a permitir más despidos! Sería bueno que el paro que la Directiva del PIT-CNT tiene previsto para el próximo 25 de julio sea el inicio de un plan de lucha para unificar los conflictos y que triunfen las demandas obreras.
Mañana viernes a las 12 del mediodía UTHC concentra en la puerta de la DINATRA donde habrá una mesa tripartita, el sindicato convoca a participar en dicha concentración.
Markarián tiene que asumir su responsabilidad
Hugo nos comentó que el pasado martes 10 solicitaron al actual Rector de la Universidad de la República Roberto Markarián una reunión con carácter de urgente. “Cuando se solicita urgente, te tienen que contestar en un plazo de dos horas, pero ya pasaron 24 horas y no nos contestaron}. Evidentemente, la situación de las trabajadoras y trabajadores del Clínicas no es prioridad para el rector, que ya tiene en su haber el intento de privatizar el Hospital a partir de incorporar la modalidad de la participación público privada (PPP).
Tenemos que rodear de solidaridad este conflicto. Tanto desde el movimiento estudiantil como desde el movimiento de mujeres sería importante realizar una acción contundente de solidaridad con estas mujeres y hombres que hoy defienden su dignidad.