Los trabajadores de Coca Cola paran contra el trato inhumano de la empresa que los obliga a repartir refrescos hasta altas horas de la noche.
Jueves 6 de junio de 2019
Este 5 de junio, decenas de trabajadores de la embotelladora Coca-Cola en Santa Rita, Durango, pararon labores denunciando terribles condiciones laborales que incluyen jornadas de 15 horas y equipos de dos trabajadores para repartir por lo menos 600 cajas de refrescos por ruta.
Denunciaron al gerente de recurso humanos, Ernesto Gallegos, que se ha negado a ofrecerles una solución a los trabajadores que exigen que se respete su contrato y la jornada laboral de 8 horas. Gallegos ha respondido que hay hora de entrada pero no de salida.
Los trabajadores tienen una demanda concreta: que se respete la jornada laboral de 8 horas y que se contrate a más personal para repartir el trabajo excedente que son obligados a cumplir diariamente.
En la planta temen represalias por parte de su sindicato, el Sindicato de la Industria Embotelladora de Gómez Palacios, perteneciente a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), quienes como burocracia sindical han jugado históricamente un rol traidor en los paros y huelgas recientes, como en Volkswagen Silao, en el que entablaron diálogo directo con la patronal y llamaron “paro loco” a la protesta de los obreros de base.
Este paro focalizado en Durango estremece al empresariado de la frontera que ve en Matamoros el fantasma de la clase obrera organizada y está al pendiente de que los paros no se contagien a otros estados. Para contener este contagio, la CTM juega un rol clave.
Los paros obreros develan la terrible situación en la que cotidianamente trabajan millones de personas que dejan la vida en la fábrica y los centros de distribución, dónde la ley son las jornadas de más de 8 horas por un salario que no cubre ni la canasta básica.
