Luego de haber aplicado las políticas antimigratorias del ex presidente Trump, el mexicano López Obrador propuso otorgar visas temporales de trabajo por seis meses a un sector de migrantes para descomprimir la crítica situación en las fronteras.
Sábado 24 de abril de 2021 00:07
El presidente estadounidense Joe Biden, quien convocó a la Cumbre Virtual de Líderes sobre el Clima que se desarrolló este jueves y viernes, negó que haya acuerdo con el gobierno mexicano en otorgar visas de trabajo estadounidenses a quienes adhieran al programa Sembrando Vida en el sur del mexicano y el llamado Triángulo del Norte que comprende a Honduras, Guatemala y El Salvador.
López Obrador, durante su conferencia del pasado domingo, había dicho que pensaba proponer una ampliación al acuerdo migratorio con su homólogo estadounidense. Allí destacó que el plan permitiría un flujo no tan masivo de migrantes y, a su vez, ayudaría al medio ambiente:
“Te apoyamos para que siembres tu parcela, si vas a sembrar café, cacao, pues son tres años; te apoyamos tres años, pero a los tres años, ya que tengas tu cultivo, ya tienes derecho a una visa de trabajo por seis meses para EE. UU. Vas seis meses y regresas a tu pueblo. Tres años después de tener tu visa de trabajo, con buen comportamiento, ya tienes derecho a solicitar tu nacionalidad estadounidense. Entonces es ordenar el flujo migratorio, no estar rechazando y no aplicar medidas coercitivas. Los migrantes son seres extraordinarios, el mundo se ha hecho con migrantes”.
Recordemos que, tan sólo en marzo, el gobierno estadounidense reportó un récord histórico con 172.000 migrantes en sus fronteras, entre los que destacaban casi 19.000 menores, y que la respuesta del gobierno mexicano ha sido militarizar las fronteras para evitar el paso de las caravanas migrantes.
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El programa Sembrando Vida es uno de los proyectos eje de la gestión del presidente mexicano, en el que habitantes de zonas rurales reciben un ingreso a cambio de sembrar y cuidar árboles en sus parcelas. La propuesta de AMLO en la Cumbre Climática fue extender este programa al Triángulo del Norte y que EE. UU. otorgue visas de trabajo por seis meses a quienes adhieran al programa.
Así, estas medidas resultarían tan sólo un paliativo para desmovilizar a las personas que salen huyendo de sus lugares de origen en busca de mejores condiciones de vida, producto de años de políticas a la medida de los intereses estadounidenses y de los grandes empresarios que han llevado a niveles inéditos de pobreza, desocupación.
Recordemos que esta relación de opresión hacia México y los países centroamericanos data de finales del siglo XIX y que, desde esa época, los empresarios agrarios estadounidenses han manifestado su predilección por la mano de obra mexicana, a la que valoran debido a su resistencia para aguantar las largas jornadas en el campo. Históricamente, existe una relación de estacionalidad, ya que los jornaleros mexicanos llegan cuando comienza la cosecha y se retiran cuando merma el trabajo en el campo, convirtiéndolos en jornaleros sin tierra al servicio de las empresas estadounidenses.
Incluso, han existido reclamos que aún no son resueltos, como sucedió con las protestas de jornaleros de San Quintín, por la falta de pago de sus salarios, aguinaldos y días trabajados en enero del año pasado. Otras protestas se levantaron durante el año pasado por parte de seis empacadoras del condado de Yakima, Washington, porque las empresas estadounidenses escondían información de contagios y no ofrecieron equipo de protección para cuidar la salud de los trabajadores.
La Organización Internacional del Trabajo admitió la vulnerabilidad de las y los trabajadores del sector agrícola ante el Covid-19, según cifras oficiales son alrededor de 5.5 millones de hombres y mujeres (jornaleros y agricultores), cuyo trabajo garantiza la producción de frutas y hortalizas en EE. UU.
Ahora bien, los visados de trabajo temporal para jornaleros y no agricultores ya existen, pero no son para inmigrantes, sino para trabajadores “calificados” que pasan por un proceso para su admisión a territorio estadounidense. Además, estas visas no incluyen servicios médicos o derechos laborales plenos, como veremos a continuación.
Los visados H-2A y H-2B
El 20 de abril, se filtró la noticia sobre que el gobierno de Biden va a reservar 6 mil visas para trabajadores temporales enfocadas en Guatemala, Honduras y El Salvador, las cuales formarían parte de los 22 mil visados H-2B que se pondrán en el actual año fiscal. El incremento fue solicitado por grupos empresariales en oposición a sindicatos ante el alto índice de desempleo causado por la crisis sanitaria y económica.
El Programa de Trabajadores Temporales No Agrícolas H-2B fue creado por el Congreso para permitir a los empleadores estadounidenses invitar extranjeros a su país para ocupar empleos temporales, principalmente en el procesamiento de hueva de pescado, jardinería y hostelería; sin embargo, hay una cantidad límite durante un año fiscal. 33 mil permisos para quienes comienzan a trabajar del 1 de octubre al 31 de marzo y otras tantas para la segunda mitad del 1 de abril al 30 de septiembre.
Por otra parte, los visados H-2A –conocida como visa huéspedes– se les otorga a los trabajadores agrícolas temporales, regularmente mexicanos y latinos, por empleadores que cuentan con una certificación de condición laboral temporal; al igual que la H-2B, ésta no se otorga a persona inmigrantes, además de que deben demostrar que no hay suficientes trabajadores estadounidenses capaces, dispuestos, cualificados y disponibles para realizar el trabajo temporal. Incitando a que haya división de trabajadores de primera y de segunda.
Recordemos que el fenómeno de estratificación de clases en las sociedades capitalistas no es, únicamente político, sino sistemático y estructural, puesto que parte de la implementación de prejuicios en razón del género, raza, preferencia sexual o etnia contra personas más vulnerables para profundizar la explotación del conjunto de la clase trabajadora.
Cabe destacar que ambos visados son muy claros en que no se permite este tipo de documento para los inmigrantes y que, al ser temporales, no se les proporcionan derechos plenos; por lo que el trabajo de jornaleros y agricultores, trabajadores formales e informales, con visa o sin ésta, resulta esclavizante, precario y de alto riesgo.
Toda vez que los trabajadores jornaleros y agrícolas, migrantes o inmigrantes, extranjeros o nacionales, son esenciales para las economías de cualquier país, además que los países imperialistas son responsables del saqueo de los recursos naturales para seguir cimentando sus grandes fortunas, causando violencia y pobreza en los subordinados, resulta indispensable exigir plenos derechos humanos, sindicales y laborales para todos los migrantes.
Diana Palacios
Profesora egresada de la Normal Superior, colaboradora en IdZMx