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Red Internacional
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EL 2020 un 18% de personas decidieron jubilarse por temor a pensiones de miseria

Las cifras de nuevos pensionados caen un quinto respecto del año anterior en un escenario laboralmente inestable y una crisis sanitaria que no habría florecido a tal punto sin ayuda del gobierno en favor de las empresas

Martes 26 de enero de 2021

Según informó de la Superintendencia de Pensiones (SP), durante el año 2020 se "acusó recibo del severo impacto social, económico y sanitario de la pandemia por Covid-19, pues al cierre del año registró un total de 139.244 nuevos pensionados, cifra un 18,1% inferior a la reportada en 2019".

Se dice comúnmente que los datos hablan por sí solos, pero cuando los datos están enredados en un informe del gobierno dejan de ser datos por sí solos. Hablemos claro: una disminución de casi un quinto de pensionados no puede reducirse simplemente a una pandemia en abstracto. El “severo impacto social, económico y sanitario” del que habla la SP, no lo lograba un virus sin la ayuda de un gobierno que hizo de todo para favorecer las ganancias de los capitalistas.

Los nuevos pensionados por vejez disminuyeron un 20% respecto del año 2019; por sobrevivencia los números cayeron un 13% y por invalidez un 15% respecto del mismo periodo. ¿Pero qué dicen estos datos de conjunto?

En primer lugar, el año 2020 no fue parejo en términos de nuevos pensionados, los tres primeros meses tuvieron un alza en comparación al año anterior. ¿A qué se debió esto? La Superintendencia de Pensiones admite que fue porque los trámites se atrasaron desde la revuelta y se acumularon para esos meses. No tan coincidentemente, desde que terminaron esos tres meses los números de infecciones por Covid-19 comenzaron también a aumentar, mientras los nuevos pensionados disminuyeron.

En lugar de “echarle la culpa” al virus o esperar a que se vuelva buena persona, podríamos explicar la disminución de nuevos pensionados por una mezcla entre el mal manejo sanitario del gobierno, leyes para favorecer las ganancias de los capitalistas a costa de que la clase trabajadora consumiera sus ahorros de cesantía, y la necesidad de mantener un sustento económico en un clima de inestabilidad laboral y precarización de los empleos.

La SP dice que la crisis sanitaria y económica la trajo el virus, pero no explica cómo llegamos a ese punto. Al poner el gobierno prioridad a las ganancias de los capitalistas, la salud se volvió un negocio más jugoso que nunca, ya que los trabajos que se mantienen hasta el día de hoy y el transporte público utilizado para llegar a ellos aumentan los contagios mientras los centros de salud se repletan.

Un 20% menos de nuevos pensionados por vejez, son un 20% menos de trabajadores y trabajadoras de la tercera edad que no tienen posibilidad de hacer un trámite o que ven como única salida seguir trabajando ante un escenario tan inestable y condiciones cada vez más miserables. La explicación de estos números no puede atribuirse en abstracto a un virus, el desastre actual y adultos mayores trabajando más cerca de la muerte son consecuencias de un capitalismo miserable y de sus políticos a sueldo sentados en la moneda. No es el Covid en sí, es el capitalismo putrefacto.