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Red Internacional
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Internacional. Earl deja miles de damnificados en Centroamérica

A su paso por Centroamérica se debilitó y regresó a su estatus de tormenta tropical, sin embargo, y teniendo en cuenta el grado de vulnerabilidad de la población de Belice y Guatemala, sigue creciendo el número de damnificados.

Martes 9 de agosto de 2016

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Foto AFP

El huracán Earl mantuvo en alerta máxima a gran parte de países centroamericanos durante el pasado fin de semana. El país más expuesto a la trayectoria de Earl fue Belice, donde la agencia de protección civil anticipó que el huracán podía hacer impacto principalmente en localidades del sur de la antigua capital de Belice.

Esta razón llevó al gobierno de dicho país a suspender operaciones gubernamentales y cerró los aeropuertos del país, así como los puertos marítimos de carga y turismo, según la Organización Nacional de Manejo de Emergencias. Además, se establecieron albergues para pobladores en áreas propensas a inundaciones y deslaves.

En el caso de otros países como Honduras, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) decretó el pasado miércoles alerta roja en la zona caribeña al acercarse la tormenta a la isla de Guanaja, una de las mayores del departamento Islas de la Bahía, donde se encuentra Roatán, el principal destino turístico de esa nación, y se contó también con el cierre de aeropuertos internacionales y terminales aéreas.

Otro país gravemente afectado fue Guatemala, donde las autoridades impusieron la alerta naranja en los departamentos norteños de Petén e Izabal. Como medida de precaución, tanto en Honduras como Guatemala suspendieron las clases en los lugares que podrían ser los más afectados.

Los daños

El huracán Earl llegó a Belice dejando secuelas que van desde la falta de agua e inundaciones, hasta la interrupción de servicios de saneamiento básico en el país centroamericano.

Según el último informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se ha dado a conocer que en Belice más de 110 mil niños sufren las secuelas tras el paso del huracán, donde 27 mil niños son menores de cinco años.

A estas condiciones se suma el anuncio de cada año en países centroamericanos, sobre reportes del alto riesgo por deslizamientos de tierra. Cabe recordar que en el caso de Guatemala la población ha sido gravemente azotada por este tipo de sucesos; tal es el caso del deslave en El Carambray, que en octubre del 2015 dejó cientos de muertes en familias de trabajadores.

En Guatemala el costo para la población ha sido de más de 700 personas evacuadas, donde los albergues no son suficientes para el grueso de la población damnificada, según las propias declaraciones de Protección Civil.

David de León, vocero de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) en Guatemala, manifestó que el fenómeno meteorológico causó problemas diversos con 151 viviendas y un puente colapsó debido a la fuerza de un río. El municipio con mayores daños en el país centroamericano fue Melchor de Mencos, donde se reportaron 177 milímetros de lluvia, y con el mayor número de evacuados.

Aún cuando las autoridades gubernamentales han declarado que se encuentran asistiendo a las cientos de familias afectadas, ha sido difícil ocultar las pésimas condiciones de infraestructura en ambos países. La planificación de zonas habitacionales se realiza bajo el lucro del sector empresarial, mientras el gobierno permite la construcción en zonas de alto riesgo, dejando a miles de familias a su suerte y bajo pésimas condiciones de vulnerabilidad en temporada de lluvias y huracanes.