Recordamos a Eduardo Galeano a un año de su muerte a través de las impresiones de un estudiante de letras mendocino.
Viernes 15 de abril de 2016
He tenido que dejar pasar un día para poder escribirte. He tenido que dejar que se asienten las ideas para no escribir desde el dolor de tu partida. Y con escribirte no pretendo hacer un recuento biográfico de tu vida, ni una enumeración erudita de tus obras. Con esto que te escribo solamente busco traerte al presente en el que, más allá de mí y de este texto, ya estás incrustado para siempre.
Quiero recuperarte en contenido y no en forma. Podríamos escribir tesis y tesis sobre tu estilo, sobre la estructura de tus textos, sobre tus obras cumbres, y sobre un largo y tendido etcétera. Hablar de Eduardo Galeano, a un año y un día de su muerte, tiene que servir para dar a entender una concepción carnal y vívida de Latinoamérica. El hombre y el continente, sin escisiones regionales, pero respetando las particularidades. Empresa compleja, reunir lo universal y lo regional. Tu búsqueda Eduardo, creo que siempre fue un poco más allá de lo literario, de lo histórico, tu búsqueda fue, es y será antropológica. La búsqueda de ese ser americano perdido en una vorágine que no puede descifrar. La búsqueda y el entendimiento de lo americano en sentido amplio.
América contemplada desde las diferentes arterias que han ido configurándola. Ya no es solo lo latino, ingresa en tu cosmovisión lo indoamericano y afroamericano. Nosotros que hoy nos llenamos la boca de latinoamericanismo, sin darnos cuenta que desde el lenguaje ya estamos excluyendo a dos de las raíces continentales más fundamentales para comprendernos. Esa búsqueda es la que vive en tus libros y en tus lectores. En tus lectores jóvenes que comienzan a entender la masacre, y que se indignan para transformar ese dolor en esperanza, hermano. Yo le pido perdón al lector si he dejado que mi perspectiva personal inunde la persecución objetiva que se espera de una breve nota en un diario, pero con algunas cosas, no puede ser de otra manera. La cronología de tu vida ya muy bien la puede recuperar la Wikipedia o alguna otra página de literatura hispoamericana o universal, tu contenido solamente lo podemos recuperar nosotros con la lectura y con la puesta en praxis de los principios que han de llevar a los americanos a construir una patria donde el hombre no sea el lobo del hombre.
* Por Yamil Al Nayar, Estudiante de FFyL UNCuyo