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Red Internacional
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Educación. Educación: Argentina quedó fuera de la prueba PISA

La OCDE no incluyó al país en el informe final afirmando que el muestreo de datos fue insuficiente en cantidad. El kirchnerismo y el macrismo se cruzan en críticas por los índices sobre educación. La posición de la izquierda.

Martes 6 de diciembre de 2016

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no incluyó a la Argentina en el ranking que mide los estándares de calidad educativa, argumentando que fueron insuficientes las muestras tomadas entre 7500 estudiantes de 15 años, consultados sobre ciencia, comprensión lectora y matemática.

"La muestra es demasiado pequeña para garantizar la comparación", señalaron en el informe que hoy se difundirá en todo el mundo.

El actual ministro de Educación, Esteban Bullrich, dijo hoy en una conferencia de prensa sobre este tema que “la mala educación es hacer mal las cosas” y acusó a la gestión kirchnerista por manipulación de datos, afirmando que "trabajamos desde que asumió el presidente Macri en el compromiso por la verdad".

Por su parte, el exministro de Educación kirchnerista, Alberto Sileoni aseguró que "no hubo manipulación de datos" durante la prueba y justificó que la muestra fue menor a la de 2012 porque hubo escuelas que "no existen más", ya que se fusionaron entre sí en los últimos años.

¿Qué es la evaluación PISA?

La prueba PISA es una prueba estandarizada administrada por la OCDE, evalúa el rendimiento escolar de chicos de 15 años en diferentes países del mundo. En la última edición participaron 75 países. Comenzó a tomarse en el año 2000 y se realiza cada tres años.

Tiene la particularidad de ser igual en todos los países; desde Singapur, Vietnam o Hong Kong hasta Argentina, pasando por toda América Central y Europa se evalúan los mismos contenidos y se arma una escala arbitraria a partir de los datos arrojados. Así, el puntaje tiene sentido sólo comparado con otros países. Por ejemplo, en la prueba de 2012, la puntuación de Argentina en matemáticas fue de "388". Ese puntaje la ubicó en el puesto 59 de 65 países.

La prueba se divide en tres partes: matemática, ciencias y comprensión de textos. Con los resultados de las tres áreas se construyen tres rankings mundiales comparativos.

Evaluando para el mercado

Entre idas y venidas de acusaciones políticas entre el kirchnerismo y el macrismo, se esconde lo que hay detrás de este tipo de evaluaciones y pruebas internacionales estandarizadas.

Los resultados de las pruebas PISA se utilizan políticamente; ya sea para ocultar las problemáticas socioeconómicas que influyen en la educación y "dibujar los números", o para atacar a la educación pública con estándares de mercado, atándola a la productividad, como se intentó hacer este año con el Operativo Aprender.

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A esto se suman otros cuestionamientos a estas evaluaciones. Son pruebas estandarizadas que se limitan a evaluar y comparar “competencias” y “conocimientos”, de esta manera recortan y abstraen lo que se evalúan sin reparar en los diferentes planes de estudio, las currículas, hábitos culturales, situación socioeconómica de la comunidad educativa, contexto socio político, estructura escolar, condiciones de enseñanza aprendizaje y proyecto educativo de cada país.

Este tipo de evaluaciones se organizan alrededor de una a la lógica económica que convierte a los estudiantes en potencial capital humano, con expectativas de rendimiento y competitividad, o excluidos de esas posibilidades si no cumplen con los estándares esperados.

Eso sí, todo pensado para las necesidades de la economía internacional y la explotación capitalista de las futuras generaciones.

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