Somos miles las y los profesionales de la educación que nos desempeñamos como Maestras de Apoyo a la inclusión de personas con discapacidad en escuelas del sistema educativo en condiciones de precariedad absoluta.
Martes 14 de abril de 2020 11:57
Son muchísimos les niñes y adolescentes los que se encuentran recorriendo su trayectoria escolar en diferentes niveles del sistema educativo con proyectos de inclusión.
Las maestras de apoyo a la inclusión (MAI) son las que acompañan dichas trayectorias con otros actores educativos y las familias.
La modalidad de educación especial se ve sobrepasada por la falta, casi nula, de creación de nuevos cargos. Por eso una sola docente debe atender a 7 estudiantes o más en algunas ocasiones y quedando otros sin atención en lista de espera.
Es por eso que muchas familias optan por solicitar en su obra social a una maestra de apoyo a la inclusión.
Debido a la falta de cargos y bajo una falsa idea de trabajo independiente muchos docentes no tenemos otra opción que trabajar como monotributistas casi sin derechos.
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Las condiciones de precariedad
Sin licencias médicas: Al estar bajo esta forma de trabajo no podemos hacer uso de licencias médicas como cualquier trabajador, teniendo que trabajar en ocasiones enfermos. "Si no trabajas no cobras".
Sin aguinaldo, ni vacaciones: Los meses de enero y febrero por estar fuera del ciclo lectivo no pueden ser facturados, obligandonos a tener que tomar otro tipo de trabajo en esos meses para poder poner algo sobre la mesa teniendo en cuenta que muchas docentes son sostén del hogar.
Tampoco existe un abono extra para compensar el aguinaldo.
Importantes demoras en el pago: Dado que las obras sociales están adheridas al sistema único de reintegro (SUR) por el cual la Superintendencia de Servicios de Salud le reintegra a las entidades de medicina los honorarios de cada docente.
Este plazo tarda 90 días teniendo los docentes que esperar para cobrar los meses facturados. En la actualidad algunos todavía no cobraron diciembre de 2019.
Sin paritaria: Los docentes no podemos elegir a quien nos represente en la fijación de los valores a facturar establecidos en el nomenclador. En los últimos años perdimos siempre frente a la inflación.
Un módulo de 20 horas semanales no llega a $17.500 de ahí hay que descontar AFIP y ARBA. Quedando una miseria para subsistir.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio
El gobierno optó ante la situación de pandemia mundial llevar a cabo un aislamiento sin GPS y tomó medidas que en definitiva están afectando a los sectores más vulnerables con despidos, suspensiones con rebajas salariales, e inclusive ajustes, como los que se dan en discapacidad.
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Todavía no hay ninguna normativa oficial que retroceda con el 50% de ajuste en las prestaciones, entre ellas la de maestra de inclusión. Pero algunos medios adelantan que esto será así.
En caso de suceder solo fue posible por la acción conjunta de las familias y los diferentes profesionales que se organizaron para repudiar el recorte en discapacidad.
Esto demuestra una vez más, que hay otro camino para no aceptar estas condiciones de precariedad laboral y de ataques a los trabajadores.
