Juventud. Educación de Mercado: aranceles suben un 7,5% promedio y baja la matrícula en universidades y Centro de Formación Técnica

Este año las instituciones de educación superior han sufrido una baja de estudiantes, tanto porque no postulan como porque congelan sus estudios, con casos críticos en instituciones privadas más pequeñas como la Universidad Los Leones a la que sólo postularon 19 personas, de un cupo de 355, o INACAP Y AIEP que perdieron 8 y 6 mil estudiantes en 1 año, respectivamente.

La directora ejecutiva de Acción Educar Magdalena Vergara, declaró en La Tercera que “con la pandemia, esta caída podría ser aún más pronunciada en los próximos años y eso puede afectar el financiamiento de las instituciones”. Y que “lo más lamentable es que los más afectados son los estudiantes vulnerables”.

Ante esta situación, los aranceles han subido en promedio $210.000, ya que esta es la solución que encuentran los dueños de la educación para no dejar de ganar: no hay tantos estudiantes, les cobramos aún más a los que queden.

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El mercado de la educación nos obliga a quienes estamos estudiando a endeudarnos para pagar millonarios aranceles que van directo a los bolsillos de los gerentes de la educación, y a los de las autoridades como el Rector de la U de Chile que impone por un sueldo un poco más de 10 millones de pesos.

Desde el gobierno atribuyen la disminución de estudiantes al 18 de octubre y a los intentos de boicot a la PSU, además de las condiciones críticas de la pandemia. Pero con esto tratan de esconder que con la crisis sanitaria y la crisis económica que trajo, las familias y les estudiantes no están en condiciones de poder endeudarse con créditos y que a su vez no cumplen con los requisitos para acceder a las becas como la gratuidad. Además de los problemas que traen las clases online, tanto en una entrega de formación poco profunda como por los problemas de salud mental que produce la cuarentena y la crisis.

Chile despertó, y sabemos que el sistema educativo es un negocio que tiene que acabar. Porque la educación es un derecho y debe ser gratuita. Podemos conquistarla con la fuerza que se viene demostrando en las calles desde el 18 de octubre y el día previo a la votación del retiro del 10% donde fueron decenas las barricadas y cacerolazos en todo Chile exigiendo la aprobación del proyecto, así como también en contra de la justicia patriarcal que quería dejar en su casa al violador Martín Pradenas. Los portuarios dieron el ejemplo mostrando su apoyo a la familia de Antonia, paralizando y haciendo el llamado a terminar por completo con las AFP.

En este contexto de crisis sanitaria es que la tarea de acabar con el negocio de la educación, que por años hemos peleado en las calles se hace más necesaria que nunca. La lucha por una educación gratuita, de libre acceso y financiada por el estado, se hace urgente ante los cientos de estudiantes que son arrojados a la calle y endeudados por no poder continuar pagando por su derecho a educarse.

Es por eso que desde las organizaciones estudiantiles como la Fech, que está en su proceso de elecciones, y el conjunto de la Confech necesita tomar esta demanda, y dejar de decir “educación gratuita” porque hay que decirlo. Tenemos que organizar concretamente a les estudiantes en unidad con los millones que salimos a las calles desde octubre, a los portuarios, exigiendo que la CUT llame a movilizar para terminar con uno de los legados de la dictadura, como es la educación de mercado.

Así, con esta fuerza, podemos conquistar una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, donde las grandes mayorías trabajadoras y populares podamos decidir por nuestros derechos, como la educación, la salud, el trabajo y pensiones por sobre de la línea de la pobreza.