A casi un mes de iniciada la cuarentena nacional obligatoria, la provincia de Buenos Aires gobernada por Axel Kicillof mantiene fuera del Servicio Alimentario Escolar (SAE) a miles de jóvenes y adultos que son parte de la modalidad de Educación de Adultos.
Sábado 11 de abril de 2020 14:55
Mientras continúa la cuarentena, se profundiza la crisis económica que afecta a millones en nuestro país. Por un lado, sale a la luz la crisis sanitaria y las consecuencias de años de vaciamiento de la salud pública; por otro, una crisis económica brutal que golpea al pueblo trabajador.
Mientras el gobierno destina u$s 250 millones al pago de la deuda externa y a militarizar los barrios, son miles de trabajadores que perdieron sus ingresos por los despidos, suspensiones y rebajas salariales mientras otros directamente perdieron sus ingresos porque no pueden salir a trabajar.
En esta situación se encuentran miles de estudiantes -y sus familias- de la modalidad de Educación de Adultos de la provincia de Buenos Aires que abarca estudiantes de primaria y secundaria en los CENS, FINES y COA.
La gran mayoría de ellos, al no contar con título secundario, tienen trabajos informales y precarios o son jubilados que perciben la mínima. Son parte de los miles que la semana pasada llenaron enormes filas en los bancos para cobrar su jubilación o un subsidio del estado, insuficiente para cubrir la canasta familiar.
Forman parte de esos 11 millones que solicitaron el subsidio de 10 mil pesos que ya fue rechazado para el 70% de los solicitantes y tampoco alcanza para cubrir las necesidades básicas, y que además en medio de la cuarentena se ven imposibilitados de salir a trabajar.
En este contexto, los estudiantes de la modalidad de adultos continúan excluidos del Servicio Alimentario Escolar que el gobierno provincial reparte en escuelas primarias y secundarias que de por sí es insuficiente y de muy baja calidad nutricional y se entrega sólo dos veces al mes con un presupuesto por día de $50 por alumno, y esta situación se agrava si consideramos que la modalidad adultos incluye a adolescentes a partir de los 14 años.
"Yo soy adolescente, tengo 16 aňos. Para mí es importante en esta época de pandemia tener derecho a recibir el bolsón y no solamente alimentos. Es necesario todo lo que tenga que ver con la higiene y prevención como el alcohol en gel, mascarillas y guantes. No es lo mismo comer mucha harina que comer frutas o verduras y carne" planteó Lorena, estudiante de la EPA 704 de Tres de Febrero a La Izquierda Diario.
Esto es consecuencia directa de años de desfinanciamiento y recorte al presupuesto educativo que vienen realizando todos los gobiernos. Sin ir más lejos, el gobierno de Alberto Fernández que en campaña prometió priorizar la educación mantiene el presupuesto del macrismo que recorta lo destinado a educación para mantener el pago de millones a la deuda externa.
Esta situación afecta particularmente a la modalidad de adultos, siempre relegada con escuelas sin edificio propio que funcionan en edificios de otras instituciones o hasta en clubes, fábricas, centros de jubilados o en contextos de encierro. Con una gran mayoría de sus estudiantes que están bajo la línea de pobreza y no tienen acceso a una computadora, internet y muchas veces ni siquiera a un celular y en caso de tenerlo están limitados en su uso por no poder cargarles crédito o poder acceder a Wifi.
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Una modalidad donde los docentes y trabajadores de la educación están precarizados y sobreexplotados ya que deben desempeñar más tareas de las que les corresponden al no haber presupuesto para cubrir los cargos necesarios. Y donde en tiempos de cuarentena se hace casi imposible mantener la continuidad pedagógica.
El hambre no espera
En esta situación, la mayoría de nuestros alumnos no cuentan con los recursos para enfrentar la cuarentena por el Covid-19. En su mayoría son sostén de familia o madres adolescentes que viven hacinados en viviendas precarias o villas miseria sin acceso al agua potable ni a elementos de higiene. Y la única ayuda que reciben es la que organizan muchas veces los propios estudiantes junto a docentes de las escuelas públicas.
Se hace urgente frente a la pandemia un plan del estado basado en el no pago de la deuda externa y destinar esos millones a equipar el sistema de salud y de educación para garantizar que en todas las escuelas del país y en todas las modalidades haya bolsones de comida suficientes para todas las familias y de calidad nutricional para enfrentar la cuarentena y de la misma forma garantizar un salario de cuarentena de $30.000.
El diputado provincial del FIT-Unidad Claudio Dellecarbonara adhirió al amparo presentado por docentes y el CeProDH al gobierno de Axel Kicillof para que dé una respuesta inmediata a las necesidades que tienen de alimentación nuestros estudiantes en los barrios, no sólo en cantidad sino también en calidad porque es fundamental para la salud en tiempos de coronavirus. Y porque el hambre de nuestros estudiantes y sus familias no puede esperar, es importante redoblar fuerzas en esta pelea en toda la provincia.
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