Alrededor de ocho mil personas participaron ayer en la manifestación que se replicó en los alrededores del Monumento a la Bandera. Importante en términos numéricos pero alejada de manifestaciones en donde la clase media y la oposición tuvo más capacidad de convocatoria. Los efectos colaterales de una crisis nacional que se mete de lleno en el clima pre electoral santafesino.
Jueves 19 de febrero de 2015 15:10
Cerca de las 19 el Monumento a la Bandera era el punto de reunión de unos ocho mil manifestantes. Como en el resto del país, aquí también la composición social recayó sobre la clase media céntrica y sus sectores más pudientes. Señores y señoras de arriba de cincuenta años, profesionales, sobre todo abogados, en grupo de amigos o en familia y escasa participación de jóvenes.
Cerca de las 20 horas arrancó una movilización con ningún destino claro. Sólo al final un “núcleo duro” de unas mil personas se dirigió al frente de la sede de la casa de gobierno en Rosario, algunos porque lo llevó la marea, otros en señal de que si Bonfatti no quería marchar, ellos marchaban hasta donde estaba Bonfatti, al decir de algunos manifestantes. A estas horas se expresó el núcleo más virulentamente anti-kirchnerista que se mechaba el cantar de “Argentina, Argentina” con el de “Asesina, Asesina”. No obstante lo que primó en general en la jornada fue el silencio.
La plana política local no se expuso demasiado, parece que intentaron cumplir con el deber pero sin que se note demasiado. Se acercaron hasta el lugar el senador del socialismo Rubén Giustiniani, el diputado nacional de la UCR Mario Barletta, y algunos concejales del radicalismo y del PRO. No obstante primo el perfil bajo más allá de los cacareos y los pases de facturas con Bonfatti los días previos.
El 18F y la interna en el Frente Progresista de Bonfatti
Los coletazos del 18F también se metieron de lleno en las internas del Frente Progresista Cívico y Social. Las internas en este sentido parecen seguir dos cursos.
En primer instancia el de radicales contra socialistas. Mario Bartella, diputado nacional de la UCR, que va a internas en las PASO contra Miguel Lifchtiz al cargo de gobernador, parece haber intentado usar el envión del 18F para posicionarse en su disputa con el socialismo. Fustigó al gobernador Bonfatti y a su negativa en participar en la marcha. Declaró sentirse “triste” por ello e interpeló al gobernador: “¿Quién se encierra en su soberbia y decide arbitrariamente?” Desde el Ejecutivo provincial lo tildaron de trasnochado. A pesar de todo, las probabilidades de ubicarse como un candidato competitivo en las internas parecen alejarse cada día más (si es que alguna vez estuvo cerca de ello) y la jornada de ayer no parece revertir la situación.
Pero las internas que avivó el 18F no se agotan allí. El Partido Socialista, aunque como organización adhirió y llamó a movilizarse, encaró la jornada nacional de protesta dividido por lo menos en dos posturas. Por un lado se expresó un ala más conciliatoria representada fundamentalmente por Bonfatti quien días antes había declarado que no participaría de la reunión. El gobernador declaró que no quería “entrar en el juego de blanco o negro” y que el camino entonces es el “diálogo entre argentinos”. La intendenta de Rosario, Mónica Fein, aunque más ambigua que Bonfatti también había señalado que no participaría, aunque llamaba a movilizarse.
Rubén Giustiniani, que sabe representar el ala derecha de la organización, no tardó en espolear al gobernador. Acusó que la posición de Bonfatti era errónea porque “coincide con el kirchnerismo”. En Buenos Aires la plana mayor del socialismo se hizó presente con Binner (cuyas pretensiones presidenciales ya son testimoniales) Miguel Lifschitz y Juan Carlos Zabalza, titular de la bancada del PS en el Congreso Nacional.
Lejos de asumir una posición independiente en las internas del FPCYS y del Partido Socialista en particular se combinan posiciones que pasan de un anti kirchnerismo furioso con ribetes clarinistas y posiciones más conciliadoras con el gobierno nacional, que recaen generalmente en la figura del gobernador en donde prima una relación de dones y contra dones con el Ejecutivo Nacional basada en inversiones como la del ferrocarril Rosario-Retiro, el arribo de la gendarmería, entre otras (decisiones, todas, en donde Binner quedó relegado al segundo plano). Sin embargo y no por ello, la clase gobernante en Santa Fe no deja de formar parte de los bandos encubridores que ayer se expresaron en todo el país.
Rodrigo López
Nació en Rosario en 1989. Es licenciado en Historia de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.